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Tobio Kageyama

Hacía varias semanas que Kageyama estaba raro. Fallaba en las colocaciones y su mente estaba en otro mundo. Algunos pensaron que podría ser por el partido que tenían dentro de un mes. Pero al ver que esto continuaba de forma repetitiva, comenzaron a preocuparse por el armador de Karasuno.

──¿Qué le pasa a Tobio? Nunca está de ese modo.──Cuestionó el entrenador en voz baja.

──Tal vez haya algo que le esté molestando.──Comentó Takeda.──Los estudio es algo que a muchos estudiantes les está afectando.──

──Kageyama es medio tonto para eso.──Llevó su mano a su mentón.──Aunque puede ser que sí.──Suspiró al no obtener respuesta alguna de su mente.

Hasta que la risa de la rubia llamó su atención.

──Espero encontrar algo..──Caminó a las bancas de las managers.──Chicas, una consulta.──Mencionó.

──¿Pasa algo entrenador?──Preguntaron.

──Sí. Bueno, verán.──Comenzó a explicarles lo sucedido.

──Nos dimos cuenta de ello, pero, no tenemos ideas que puede ser lo que le esté causando esas cosas a Kageyama.──Comentó la rubia.

──Así es.──Afirmó la chica peliazul.──Además, no sabemos que es lo que pasa por su mente.──Finalizó la chica.

──Está bien, gracias chicas.──

Y sin más, volvió a su lugar.

[ .  .  .  ]

──¡Kageyama!──Gritó el pelinaranja.

──¿Qué quieres Boke?──Preguntó, mientras comenzaba a caminar por los pasillos.

──¿Qué te sucede? ¡Tú! ¡Qué está pasando contigo!──Cuestionó impaciente.

──No lo sé..──Suspiró, para dejar de caminar y apoyarse en la pared.

Dicha acción sorprendió al de menor estatura. Nunca lo había visto de ese modo. ¿Qué le pasa? Se cuestionaba.

──Algo te pasa.──Hizo la misma acción que el contrario.──Estoy seguro que algo pasa por esa cabeza hueca que tienes.──Finalizó.

Ambos quedaron en un completo silencio. Por primera vez, el pelinaranja hacía silencio. No hablaba, simplemente respiraba. -(Se supone ¿No?)- Hasta que unas dos voces femeninas se iban acercando, llamando la atención de ambos.

Una chica alta de cabello rojo y ondulado. Con unos hermosos ojos verdes, como si fuera un diamante. Iba riendo de, quien sabe que cosa.
Y finalmente, esa chica.

El azabache dirigió su mirada a aquella chica de ojos aperlados, cabello castaño y de mediana estatura, pero al lado del chico, era un pitufo.

──¡Entonces yo, le dije que sí!──Comentó la pelirroja, emocionada.

──Que bien por ti.──Habló de forma baja, pero audible.

Ambas chicas pasaron por aquel y largo pasillo. Dejando a un azabache embobado.

──¡Aaah!──Exclamó de repente.──¡Te gusta la chica pelirroja!──Comenzó a saltar de la emocionó.

──¡No! ¡Claro que no!──Frunció el ceño. El pelinaranja dejó de saltar para mirarlo confuso.──Esa chica no me gusta, no es mi tipo.──Chasqueó la lengua.──Es linda, sí, pero no me gusta ella.──Explicó.

──¿Entonces?──Se cruzó de brazos.

──Ash, de verdad que ere un completo idiota.──Murmuró rodando los ojos para comenzar a caminar.

──¡Oye! ¿Qué fue lo que dijiste?──Frunció el ceño y caminó a su lado.

Ambos iban caminando, ya se podrán imaginar como.

Hinata: Hablando y gritando.

Kageyama: Pensativo y callado. 

:v

La semana había pasado volando. Y todo gracias a las actividades de estudiantes, prácticamente, tenían el día libre. En fin. Ya era hora de recreo, y en el gran patio se encontraban muchos estudiantes comiendo de su almuerzo, o hablando de cualquier cosa.

Entre todos ellos, se encontraba un azabache, el cual no hacía nada de lo mencionado anteriormente. Simplemente veía desde lejos a la chica que robó su corazón.

──¿Qué haces Kageyama-Kun?──Preguntó la rubia.

──¡Aaah!──Se sobresaltó, llevando una mano a su corazón.──Que susto, Chachi-san.──La nombrada rió.

──Lo siento. No era mi intención asustarte.──Se disculpó, haciendo una reverencia.

──No pasa nada..──Giró un poco su cabeza para escuchar de lo que ambas chicas estaban hablando.

──¿¡Cómo qué no piensas ir al baile!?──Cuestionó la pelirroja para tomarla de los hombros.

──No me gustan las fiestas..──Comentó nerviosa.

──No, pero, es un baile para todos. No importa si no tienes con quien ir.──Le sonrió ampliamente.──Con tal de divertirse, está todo genial.──

──Lo pensaré.──Sonrió un poco.

.  .  .

──Invítale, se nota que quieres ir con ella al baile.──Le animó la rubia.

──¿Y si ella no quiere ir conmigo?──Cuestionó.

──No te cuestiones, aún no les has dicho nada.──Comentó la de lentes.──No perderás nada intentandolo. Tal vez quieras morirte antes.──Añadió.──Imagínate si, ella misma te pide para que vayas con ella.──Sonrió.──Solo has lo que se parezca correcto.──

El muchacho dio un fuerte suspiro. . .