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Akaashi Keiji

──TN-San Todavía no llega.── Murmuró preocupado el pelinegro.

──¡HEY, HEY, HEY! ¿Cómo qué aún no llega?── Cuestionó exaltado.──¿¡Y SI NO LLEGA A TIEMPO A VER A SU QUERIDO Y ADORADO HERMANO MAYOR!?── Dijo con exageración.

──Bokuto-San, no sea exagerado.── Habló calmado.──De seguro le habrá surgido algún problema.

Suspiró.

.  .  .

Unos minutos antes que empezara el partido, la chica de la que tanto nombraba Bokuto, apareció. Con la respiración agitada, algo despeinada, y con el traje de manager medio desarreglado.

──¡Bokuto! Mira quién llegó.── Señaló uno de los jugadores.

El nombrado giró su cabeza y comenzó a saltar de felicidad al ver a su hermana. Fue junto con ella.

──¡HEY, HEY, HEY! ¿¡Por qué demoraste tanto hermanita!?── Cuestionó mientras la cargaba en el aire.

──Perdón Onii-san. Había surgido un problema en la Academia de música y me llamaron de urgencia.──

Se disculpó ya cuando el mayor la dejó en el piso.

──¿Ya ve Bokuto-san?── Añadió Akaashi.

──¡Akaashi!── Saludó la chica para lanzarse a los brazos del azabache.

──También me alegro de verla, Tn-san.── Acarició su cabello blanco.

──Mucha suerte en el partido.── Les dijo a todos al separarse del chico.

. . .

──¡SIIIIIII! GANAMOS HERMANITA!──

Gritaba de felicidad mientras giraba con su hermana en brazos.

──Bokuto.. me mareo..──

──Bokuto-san, su hermana se está mareando.── Le avisó el chico.

──Lo siento hermanita, es la emoción!──

──Ay, si, ya lo sabía..── Cayó al piso.

──¿Se encuentra bien, Tn-san?── Cuestionó el chico mientras la ayudaba a recomponerse.

──Sí, gracias Akaashi.── Le sonrió.

Luego de muchas horas en viaje a la preparatoria, el entrenador propuso ir a comer a un restaurante cercano. El cual era admirador de dicho equipo, por lo que la casa invitaba todo lo que pidieran.

──¡Esta carne está súper rica!── Exclamaron todos, excepto el azabache y la peliblanca.

Todos hablaban de forma animada, pues, aún seguían emocionados por haber ganado otro partido importante. Los dos anteriores miraban sin expresión alguna a los demás, ya que se sentían un poco excluidos de las conversaciones.

──Akaashi..──Susurró para que solo el nombrado la escuchara.

──¿Sí, Tn-san?──Habló en el mismo tono.

──¿Quieres salir? Ya sabes...──Sonrió de lado. 

Sin nada más que decir, ambos se escabulleron de la mesa y salieron afuera.

Al salir de aquel lugar, la brisa era la adecuada para caminar por la ciudad nocturna. El cielo se encontraba despejado, con millones y millones de estrellas, pero, al azabache no le importaban en lo más mínimos aquellas estrellas. Solamente le importaba una. Y esa estrella era la que caminaba a su lado.

Akaashi vio crecer a esa hermosa estrella que lo acompaña siempre a todos lados, con su sonrisa encantadora, su carisma y la personalidad algo alocada. Era diferente a su hermano. Siempre atenta y dedicada a lo que le gusta, preocupada por los seres cercanos que la rodean.

Akaashi simplemente estaba enamorado de ella. Desde pequeño siempre tuvo ese sentimiento de amor por ella.

Pero, nunca se dignó a decirle por miedo de arruinar una amistad de muchos años.