𝐄𝐩𝐢𝐥𝐨𝐠𝐨 𝐈

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JEFF

Tres meses después...

Tenía siete años cuando me vendieron al diablo y me convertí en esclavo... en un luchador de jaulas.

Era 781. Esa era mi identidad. Un número.

A los ocho años, cometí mi primer asesinato.

A los trece años, me convertí en KILLER  y deje de ser Jeff.

A los quince años, fui declarado campeón en la jaula.

Había sido el favorito de mi amo. Lo mejor de lo mejor.

Cuando tenía veintidós años, lo asesiné... y a su esposa... y me convertí en un hombre libre.

Durante diez años, acepté trabajos ocasionales aquí y allá. Cacé, secuestré y maté.

Era el asesino de la Bratva.

Hasta que el entró en mi vida y puso mi lealtad a prueba.

Ta Nakunta era mi objetivo. Me pagaron por matarlo...Sin importar que se hubiera metido en mi corazón o si su vulnerabilidad me clamara... tenía que morir.

Recordaba su rostro esa noche. La mirada de puro terror en sus ojos cuando se entregó a su destino antes de perder el conocimiento. Sabía que no había escapatoria de la Muerte...

Era la Parca y la había llamado tres veces.

Y solo así, Ta murió.

Por mis manos.

Su muerte fue fácil... y maldición, fue doloroso de ver.

Inhalé el olor salado del océano mientras mi yate se movía con las olas. De pie junto a las rejas, vi a los delfines nadar en el vasto cuerpo del agua. Estaba en medio del océano, en medio de la nada. Muy lejos de mi realidad.

Respiré profundamente, cerrando los ojos.

Esto era libertad.

Me giré y mi mirada se deslizó hacia el. Estaba tomando el sol, en su short rojo tan indecente. Maldita sea, era una tentación que no podía resistir.

Se subió las gafas de sol, revelando sus bonitos ojos negros y sonrió.—¿Vas a quedarte allí o vas a unirte a mí?

Mi pecho retumbó con una carcajada y me uní a él, acostándome a su lado en la toalla. Puso los ojos en blanco y se subió sobre mí, montándome a horcajadas. Mis manos se curvaron alrededor de sus caderas y el sonrió.—¿Tienes hambre? —preguntó.

—Estoy jodidamente hambriento.

Se rio dulcemente y se inclinó para besarme. Mis labios capturaron los suyos y gimió.

Hace tres meses, había sido jodidamente egoísta como para dejarlo ir.

Ta murió...

Macao tomó su lugar. 

Macao Theerapanyakul. 

Mi hombre.

Mi todo.















(Buenas ¿cómo andan? Les avise que ya estábamos en el final, quién iba a pensar que ya estamos terminando esta historia. No pensé que iba a llegar tan lejos pero estoy super agradecido que les guste. Como siempre espero sus comentarios y opiniones. ¿Pensaban lo que le iba a pasar a Ta? ¿Qué piensan de Jeff? ¿Esperaban esta parte del final?
También comentarles que ya estoy en proceso de otra historia del JeffTa y por ahí una del BibleBuild.

Mención especial a Val y Ale, ya les actualice, no me funen.

¡Nos vemos en la última actualización pronto!)

𝐓𝐫𝐚𝐭𝐨 𝐬𝐮𝐜𝐢𝐨 (𝐉𝐄𝐅𝐅𝐓𝐀)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora