Mal mentiroso

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Robert y Guillermo había decidió ir un rato al parque para despegar todas esas ideas que sus mentes se negaban a olvidar. Ambos se columpiaban con tranquilidad, disfrutando del cálido aire de la ciudad, de como algunos niños reían y jugaban alrededor de ellos provocando una leve nostalgia en ambos; el silencio reinaba entre ellos, aunque no era para nada incómodo, al contrario, era de aquellos silencios que decían absolutamente todo.

Cargaban tantas cosas que jamás han dicho

Uno por desconfianza.

Otro por no tener alguien de confianza a su lado.

– Hey Robert... tengo una curiosidad –

– Dila, puedes preguntar lo que desees y te responderé con sinceridad – Robert soltó un largo suspiro mientras giraba un poco su rostro hacia el mexicano con una leve sonrisa, a Guillermo le gustaba, calmaba de alguna manera todas las voces que no lo dejaban en paz.

– Dijiste que tenías el corazón... igual que el mío confundido y que aun seguías queriendo a alguien, sino deseas responder sabes que lo entenderé

Robert se había detenido poco a poco del columpio para poder empezar a girarse mientras miraba el cielo, meditando ante esas palabras y después de algunos segundos cerró los ojos al recordarlo.

El omega más bonito que había visto en su vida

– Deseo contarte... en verdad quiero –

– Te escuchó Polaquito, así como tú lo has hecho conmigo...

– Lo conocí en España, es menor que yo por un par de años... todo comenzó

Todo comenzó estando en España, Robert tenía tan solo algunos días en aquel país y apenas era nuevo en aquel colegio, pero como siempre, su personalidad tranquila atraía a grandes alfas que buscaban solo molestarlo. Siempre ignoraba aquellos comentarios acerca de parecer más un omega que alfa, burlándose de su casta sin importarle nada más.

Los entendía y era empáticos con ellos, solo buscaban llenar su baja autoestima molestando a otros.

Pero el primer año en el colegio no había sido nada fácil para él, sobre todo al conocerlo a él...

– Me llamó... Pablo Gavira –

– Robert Lewandowski, un placer

Ambos sintieron aquella conexión dentro de ellos y de como sus partes primitivas chillaban de felicidad en encontrarse al fin y desde ese día, ambos se volvieron amigos muy cercanos, aunque ocultaban sus sentimientos del uno al otro ¿Por qué? Gavi sabía perfectamente que jamás podría estar junto a él, pero aun así ¡No podía evitar enamorarse cada día más de Robert!

¿Quién lo diría?

Que se podría ser el amor por telepatía

La luna esta llena, mi cama vacía.

El Omega no podía sacar de sus pensamientos aquella canción, describía todo lo que sentía por Robert.

Robert no podía evitar sonreír cada vez que recordaba su día con ese bonito omega español y donde ambos compartían grandes risas, bromas, platicando sus sueños y deseos más íntimos sin temor a ser juzgados. Donde sutilmente se tocaban las manos para sentir la calidez del otro provocando que sus corazones latieran con fuerza. Hasta que, en una fiesta, Pablo no dudó en invitar a su mejor amigo Robert importándole un carajo aquellas miradas acusatorias.

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