Con ustedes hasta el fin del mundo

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– ¿Quién eres? –

– Eso no importa Lionel, solo quiero... pedirte un favor

– ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Cuál favor?

– Cuida de él, cuídalo que te extraña mucho... –

Lionel Messi se encontraba en unas calles extrañas y la gente parecía ignorarlo a los dos, aquel chico solo le daba la espalda mientras portaba una camisa verde con el número 18. No podía ver su rostro y eso lo desesperaba que al verlo caminar provocó correr con todas sus fuerzas, podía sentir sus lagrimas caer sin saber el motivo.

– No llores, no llores Lio y no me sigas por favor –

– ¿Quién eres? ¿Quién eres? ¡¿Cómo vos sabes mi nombre?! –

El argentino hizo caso omiso al pedido del extraño para correr hasta a él sin importarle nada, empujaba a todos al su alrededor y pudo darse cuenta de que aquellas personas no tenían rostro provocando miedo en él ¿Qué estaba sucediendo? Su respiración se agitó con fuerza que el pecho empezó a doler hasta que sintió un fuerte abrazo.

– Tranquilo Lio, todo estará bien, pero por favor cuida de él... cuídalo mucho y por favor, sonríe... todo mejorara entre ustedes, te lo puedo jurar –

Messi despertó de golpe a mitad de la noche y apenas dándose cuenta de que su rostro estaba llenó de lágrimas, aunque puede sentir como una paz gobernaba su pecho, aunque la duda estaba presente ¿Quién era aquel chico? No pudo mirar su rostro, pero la voz de preocupación que cargaba ¿De quién estaba hablando? Su mente lo llevó a pensar en el mexicano, una esperanza creció dentro de él. Todos los días desde aquella discusión con el mexicano no había podido dormir del todo bien y su rendimiento en los entrenamientos y en el colegio había bajado preocupando a su abuelo, pero jamás hablaba de sus sentimientos ni emociones, tenía miedo, tenía miedo de que se burlaran de él como anteriormente había pasado.

Hey boludo, solo estas exagerando... es un simple gato, puedes adoptar otro

¡Que quilombo che! Tampoco es pa que vos llores, solo fue una mentira blanca

¿Sos bobo? Es fácil la fórmula de matemáticas boludo

Mejor no decirle nada a nadie, pero con su amigo extranjero todo aquello cambio, se sentía feliz de conocer a otra persona que pasaba por esos mismos momentos y que era empático con él, de ser escuchado sin ser interrumpido ni juzgado. Aquellas noches añoraba volver tenerlas con él y ya había dado todo perdido hasta ese sueño.

La esperanza nació

Debía investigar en que parte del país estaba

Benditos programas de intercambio que tenía en su colegio

Bendito el Don que Dios le otorgó para jugar al fútbol, su deporte en común

Aunque no sabía que en México, todo era un caos para Guillermo Ochoa.

– Hey Pibe, mira esto... un omega muerto, asesinato escuche que digan en las noticias –

Su abuelo interrumpió sus pensamientos mientras almorzaban tranquilamente y Maradona estaba más tranquilo al ver nuevamente el brillo en su nieto, que inclusive se fue a prepara un par de mates para que pudieran platicar como cada tarde lo hacían.

– ¿Dónde fue?

– En México... eso me preocupa un poco pulguita. De seguro atraparan al asesino, era joven, muy joven y apenas estaba cursando la universidad, tened cuidado por favor, sé que paso lejos, pero... no sé qué haría si vos te pasara algo al igual que tu hermano –

WreckedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora