dieciséis

2.2K 224 3
                                    

— ¿falta mucho? — se inclinó un poco en su asiento, mirando por el retrovisor a su mánager que conducía de lo más tranquilo una vez los chicos finalmente se durmieron y que, al oír el tono aburrido del menor, rió.

— sí, yoon. me hiciste la misma pregunta hace cinco minutos. — el japonés tan sólo se cruzó de brazos y, como si fuese un niño pequeño, se recostó del espaldar de su asiento mientras abultaba los labios en un puchero. — ¿no tienes sueño?

— ¿no tienes sueño tú?

— no... después de los treinta te vuelves inmune al sueño de los viajes. — su comentario inevitablemente le sacó una risa.

— sí, claro. — aquello fue la última cosa que hablaron; yoon, recostado en el último asiento de la parte trasera, se volvió a ver a yeonjun, quien tan sólo estaba haciendo cualquier cosa en su teléfono. — ¿y tú?

— ¿hm? — se tragó una sonrisa al tener sus ojitos curiosos fijos en él.

— ¿no tienes sueño? — el pelinegro estuvo a punto de apagar su celular para poder hablarle más adecuadamente, pero continuó haciendo nada en él cuando una idea repentina cruzó su cabeza.

negó.

— me dormí temprano anoche. — el menor sólo asintió con lentitud, intentando ver qué tanto hacía yeonjun en su bendito celular, pero no podía ver nada por muy cerca que estuviera de él. — ¿y tú?

— ¿qué?

— ¿no tienes sueño? — repitió la pregunta que él le había hecho hace un momento, y sonrió un poco al notarlo tan inmerso en intentar ver la pantalla del aparato entre sus manos. — ¿o no me estás escuchando?

— no tengo. — frunció los labios, comenzando a sentirse un poco molesto por las acciones del mayor. — no me dan sueño los viajes en auto.

— ¿no? — vio de reojo como negaba. — qué bien.

— ¿estás... enojado conmigo? — su repentina pregunta le hizo voltear, y verlo con el ceño fruncido, casi preocupado, por poco le saca una sonrisa.

— no que yo sepa, ¿por qué? — negó con suavidad, y aquello fue la única respuesta que obtuvo de él. — bueno.

— yeonjun. — espetó su nombre, casi en un regaño.

— dime.

— préstame atención. — murmuró avergonzado, dándose cuenta inmediatamente de la sonrisita ladina que se dibujó en el rostro del pelinegro al oír sus palabras.

— normalmente esa es mi línea. — él sólo le miró mal, chasqueó la lengua y se dio la vuelta sobre su asiento buscando ignorarlo. yeonjun, por su parte, finalmente dejó el celular a un lado y se acercó a su lado de la butaca, apoyando su mentón en uno de sus hombros. — ¿te hice molestar?

— sí, mucho. — sintiendo como rodeaba su cintura con sus brazos, se encogió sobre su asiento. una corriente eléctrica recorriéndole todo el cuerpo cuando el pelinegro suspiró contra su cuello.

— está bien... esa era la idea. — una vez más, yoon se dio vuelta sobre sí y le miró con el ceño fruncido debido a sus palabras.

— ¿querías hacerme enfadar? — yeonjun le sonrió.

— sólo es gracioso verte molesto. — alegó mirándole con dulzura, el tipo de miradas que siempre derretían el corazón del japonés y aunque este no fuera muy débil, lo era siempre que se trataba de estos chicos.

— pues te vas a divertir mucho. — le sonrió con ironía y él estaba a punto de volverse hacia la ventana una vez más, salvo que el peso de una de las manos del mayor arropando su mejilla le impidió hacerlo.

— no te tienes que enfadar. tú nos conoces... sabes que sólo tenemos ojos para ti. — yoon se quedó completa y totalmente helado, sus palabras provocando un efecto colateral en él tan fuerte; sentía que su corazón iba a estallar y que tenía que hacer un esfuerzo magnánimo para poder respirar. — así como tú para nosotros, ¿verdad?

— ¿acaso era eso lo que querías oír desde un principio? — la sonrisa en el rostro de choi se ensanchó sólo un poco más, y la sensación de sus dedos acariciándole con delicadeza no le ayudaba a estar más tranquilo.

— ¿me lo dirás si digo que sí? — yoon levantó una ceja.

— no, le prometí a namhyuk sunbaenim que iba a dejar de consentirlos. — musitó, recordando el trato que había hecho con su superior el día en que huening kai y beomgyu se quedaron media hora jugando piedra, papel o tijeras para decidir quién almorzaría con él.

— ¿sí? — suspiró, deslizando su toque hasta su nuca, enredando ligeramente sus dedos entre su cabello.

—...sí. — murmuró, tan bajo que incluso habría pensado que yeonjun no le escuchó- aunque sería imposible estando tan cerca. el japonés se comenzaba a sentir cada vez más intranquilo en cuanto el espacio entre ambos se hacía cada vez más estrecho.

— ¿seguro? porque te encanta consentirnos. — tragó seco, sin contestarle nada; en parte porque tenía razón, aunque el menor tampoco sabía exactamente qué decir.

— ¿entonces?

— ¿...entonces?

— ¿qué quieres, yeonjun? — el pelinegro sonrió. ah, qué quieres, yeonjun. tan altanera y seca, pero por alguna razón (quizás porque se trataba de yoon, muy probablemente por eso) le encantaba oír esa frase cuando venía de él.

negó.

— nada. — y que descanse en paz la conversación que estaban teniendo. yoon no pudo hacer nada más que corresponder al beso que yeonjun comenzó de golpe, acorralándolo contra la puerta de la camioneta, tan cerca de él que por poco se sentaba en sus piernas, siendo el cinturón de seguridad lo único que lo cohibía de hacerlo.

— yeonjun...— intentó separarlo cuando recordó que no estaban solos, pero se arrepintió inmediatamente de haberlo hecho porque sintió como el mayor aprovechaba la oportunidad para introducir su lengua en su boca. yoon, por pura reacción, empuñó entre sus manos la tela de la camisa de yeonjun.

ellos apenas se estaban olvidando que estaban en la camioneta cuando el sonido ensordecedor de la bocina los alertó a todos, haciendo que se separaran de golpe y los demás se despertaran, alertas.

— ¿qué pasó? — el japonés fue el primero en preguntar, asustado, inclinándose hacia el asiento delantero.

— oh, nada... creí haber visto un zorro en la vía...— yoon tragó seco, debía estar paranoico. aunque la mirada que recibió de su mayor desde el retrovisor le hizo sentir pequeño. —...quizás me equivoqué.

el menor no dijo nada y sólo se volvió a encoger en su asiento... estaba en problemas.

𝘀𝘁𝗮𝗳𝗳'𝘀 𝗽𝗿𝗲𝘁𝘁𝘆 𝗯𝗼𝘆. txt + male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora