diecisiete

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los brillantes y tórridos rayos del sol, el sonido relajante de las olas, la suavidad del aire marino, todo ese día parecía estar yendo de maravilla en todos los sentidos posibles. incitando a pasar el día fuera disfrutando de todas estas características únicas de la playa. ciertamente, a cualquiera le encantaría estar en ese ambiente por horas.

salvo a soobin, que ahora estaba dentro.

sentado a un lado de la ventana, mirando como los demás se correteaban unos a otros por ahí, gritando y riéndose. parecían estarse pasando un buen rato juntos.

— ¿conejito? — volteó casi por pura inercia al oír su voz, llamándolo por ese bonito apodo que sólo dejaba al pelinegro usar con él. le sonrió un poquito cuando sus ojos se encontraron, el mayor con el ceño levemente fruncido. — ¿qué estás haciendo ahí?

señaló afuera.

— estoy viendo a los chicos. — murmuró sin moverse. yoon se sentó en el sofá pequeño que había a su lado, mirando por un momento por la ventana también.

— ya veo...— calló y agregó, quitando de la frente del menor un mechón de cabello que le caía sobre esta. — pero me refería a, ¿por qué no estás afuera tú también? deberías disfrutar de la playa.

cerró los ojos, sintiendo como yoon acariciaba su cabello, disfrutando de su tacto.

— lo hago...— le escuchó reír con suavidad, y apenas volvió a abrir sus ojos se encontró con una sonrisa ligera en su bonito rostro.

— a tu manera, claro. — soobin le correspondió la sonrisa.

— ¿y tú? — preguntó, acercándose un poco a él lo más disimuladamente posible. sólo un poco, sólo lo suficiente. — ¿por qué no estás afuera?

una vez más, sus ojos se desviaron a los demás, que ahora estaban entre ellos intentando zambullir a beomgyu en el mar, siendo arrastrados de adelante hacia atrás por las olas. podía oír a la perfección sus gritos y risas desde donde estaba. y recordar los besos le hacía sentirse vacío, ni bien ni mal, sólo... como si su estómago estuviera completamente vacío.

— ¿yoon?

— sólo...— comenzó, buscando distraer al menor de la reacción un poco rara que acababa de tener por su anterior pregunta. se encogió de hombros. —...la playa no me gusta mucho.

— no te creo. — el rubio sonrió e inmediatamente el contrario imitó el gesto, negando.

— te lo juro. no soy el más grande fanático. — se levantó apenas del reposabrazos del sofá y se sentó junto a soobin en la banca al lado de la ventana, pellizcando un poco la tela de esta entre sus dedos.

— ¿entonces por qué ofreciste este lugar para venir si no te gusta? — yoon señaló hacia fuera con un suave ademán de la cabeza, soobin miró a taehyun y a yeonjun forcejeando para meterse uno al otro en el agua.

— es mi secreto. no vayas a decírselo a los demás, ¿sí? — por un momento, no contestó, su comentario haciéndole darle vueltas y vueltas a la idea que corría por su cabeza en ese momento. la misma idea que no podía dejar de pensar desde la vez que se besaron en su habitación; él quería repetirlo, pero sentía tanta... vergüenza por pedírselo. no podía.

negó.

— no lo haré. — bajó la mirada y observó por un momento como el mayor jugaba con la tela de la silla. quería tomar su mano, y el sólo hecho de pensarlo hacía que se sintiera tan inquieto. — uhm... yoon.

— dime. — notó como apretaba los labios y sus ojos no se atrevían a mirarlo de vuelta. yoon apenas pudo notar como la mano que reposaba a centímetros de la suya temblaba. — ¿soobin? ¿estás bien?

𝘀𝘁𝗮𝗳𝗳'𝘀 𝗽𝗿𝗲𝘁𝘁𝘆 𝗯𝗼𝘆. txt + male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora