En algún lugar en la Toscana, se cruzan dos personas - una extraviada y otra que aprovecha un mes de libertad. Sin responsabilidades. Sin expectativas. Sin juicios. Sólo ellos y el campo.
¿Será ésta la escapada que tanto anhelan o un desastre a pun...
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Mis padres siempre me han mostrado abiertamente su amor, especialmente porque yo era su única hija. Desde una edad tan temprana, me han hecho sentir todo el amor que un niño debería recibir de ellos.
Mis fans han mostrado continuamente su amor y apoyo desde que conseguí mi primer trabajo como actriz. Incluso antes de empezar a actuar, la gente ya sabía quién era y esto vino con tener una pequeña base de fans con la que sigo teniendo una amistad hasta hoy. Han estado allí para ver mis películas y respaldarme cada vez que alguien intentaba derribarme.
Mis amigos se fueron convirtiendo en mis hermanos y hermanas, mostrándome un amor que no estaba definido por el tiempo y la distancia. Todos vivíamos vidas agitadas y nos encontrábamos en todo el mundo, pero era reconfortante ver a personas que estarían listas para pasar por el cielo y el infierno por ti, a pesar de que solo eran un número pequeño.
Charles, sin embargo, era una historia diferente.
Siempre he imaginado mi relación con él como yo siendo la que mostraba actos de amor, al menos desde mi punto de vista. Lo amaba cuando ganaba carreras, pero también lo amaba cuando no lo hacía. Lo amaba cuando era tan brillante como el sol con felicidad, pero también lo amaba cuando estaba oscurecido por las sombras que lo seguían. Lo amaba cuando era Charles Leclerc, dos veces campeón del mundo e imparable en la pista, pero también lo amaba cuando era mi Charles, el chico que me dio un álbum de recortes lleno de lugares que ha visitado y el que tenía la capacidad de hacerme sentir cosas que nunca antes había sentido.
Parada frente a él, mis labios se separaron en estado de shock al escuchar sus palabras.
Ya me he enamorado de ti con los que tengo. Déjame hacer más mostrándote lo mucho que te amo.
Charles me acababa de llamar su recuerdo más importante de la misma manera que yo lo llamaba mi lugar.
Charles acababa de decir que se había enamorado de mí.
Charles me acababa de decir que me amaba.
Encontré sus ojos y me sorprendió la gran cantidad de emoción que había en ellos y ya no podía controlarlo. Vi cómo sus ojos se iluminaban cuando mis labios se ensanchaban en una sonrisa y él dejó salir una risa nerviosa.
—No sé cómo interpretar esa sonrisa.
—Es una buena sonrisa —dije, asintiendo con la cabeza mientras su pulgar acariciaba ligeramente mi mejilla.
Sus ojos escanearon toda mi cara, su mente tratando de dar sentido a mi respuesta. Fue cuando sus cejas se dispararon que supe que se había dado cuenta, pero todavía estaba buscando algún tipo de confirmación de mi parte.
—Bellerose, sé que crees que soy inteligente, pero necesito que me lo digas verbalmente cuando se trata de esto porque estoy muy cerca de cagarme en los pantalon...
