En algún lugar en la Toscana, se cruzan dos personas - una extraviada y otra que aprovecha un mes de libertad. Sin responsabilidades. Sin expectativas. Sin juicios. Sólo ellos y el campo.
¿Será ésta la escapada que tanto anhelan o un desastre a pun...
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Menos mal que llegamos a Montreal temprano porque el clima estaba loco. Llovía sin parar y no ayudaba que la pista y el paddock estuvieran en medio del lago, por lo que todos tenían que pasar por un puente. Hubiera sido divertido, excepto por los fuertes vientos que hacían que mi cuerpo se congelara.
Estaba envuelta en una chaqueta gruesa mientras nos quedamos en la hospitalidad para la sesión de clasificación. Me sorprendió que Charles no asistiera a la tercera sesión, eligiendo quedarse en el garaje mientras analizaba los datos que recibieron de la práctica libre, así como los de Carlos.
—¿Por qué no conduce? —le susurré a Elliana. Milo estaba en el garaje, pero tuve que bajar la voz porque la hospitalidad estaba llena. Todavía estaba lloviendo afuera, así que todo el mundo estaba en el interior.
—Tiene una penalización debido a algunos cambios en la unidad de potencia, por lo que Charles comenzará en la parte trasera de la grilla mañana —mi boca se abrió mientras miraba la televisión donde la cámara se acercaba a Charles, con la cara centrada en el ordenador frente a él—. Va a necesitar un milagro si quiere ganar.
Elliana y yo cruzamos el paddock para llegar al garaje después de recibir un texto frenético de Milo. Cuando llegamos allí, estaba apoyado contra la pared fuera de la habitación de Ace.
—¿Qué pasa? —Pregunté, limpiando la manga de mi chaqueta que se mojó debido a la lluvia.
—Lo voy a hacer ahora mismo —dijo, respirando hondo mientras miraba al garaje.
—¿De qué estás hablando?
—Ace me dijo que tengo luz verde sobre lo que vamos a anunciar este fin de semana y estoy a punto de hacerlo —Milo dijo seriamente antes de caminar hacia el garaje. Sentí que los nervios se arrastraban hacia mí mientras lo seguíamos. El garaje estaba ocupado, ya que Ace acababa de regresar de la pista donde hizo entrevistas después de lograr el podio para mañana.
Los mecánicos le ayudaron a salir del coche y se acercó a su ingeniero de carreras y a Toto, quitándose el casco y la balaclava. Dios mío. ¿Cómo iba a hacer esto Milo? Elliana y yo nos quedamos a un lado cuando la pareja se reunió en el otro extremo del garaje, donde Ace guardaba sus cascos de repuesto y sus pertenencias personales. Miré por la entrada del garaje donde una cámara estaba filmando a Ace y ya sabía lo que iba a pasar.
Ace le sonrió a Milo cuando se acercaba, con los labios moviéndose mientras hablaba. Milo no respondió y, en su lugar, ahuecó las mejillas de Ace antes de conectar sus labios. Ace tardó un segundo en recuperarse, pero pronto, se formó una sonrisa en su cara mientras le devolvía el beso a Milo, con la mano asentada en su cadera.
Elliana y yo estábamos sonriendo mientras veíamos a la pareja que se alejaba el uno del otro, Ace plantando un beso casto en los labios de Milo. Detrás de ellos, Toto y los otros mecánicos se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo y sonrieron antes de sacudir la cabeza a la pareja enamorada, volviendo a su trabajo. El camarógrafo de afuera obviamente estaba filmando todo y sabía que esto estaría en todo Internet en unos minutos.
