Amor en Apocalipsis

Capítulo 12

Una vez que estoy cerca de la avenida, veo el carro a lo lejos y voy corriendo hacia él.

Ya que estoy cerca de él lo primero que hago es checar el celular, veo que tiene como veinticinco llamadas perdidas de Isabella.

Llamo al número y después de tres sonidos me contestan.

-¿Hola?-es la voz de Isabella, se escucha un tanto angustiada y exaltada.
-¡Hola!-le digo muy contenta.
-¡Claire! Gracias a Dios que estas bien. Me tenías demasiado preocupada. Ya va más de un mes que no nos hablamos.-hace una pausa para recuperar aliento.- ¿Dónde estabas? ¿Cómo te encuentras?

No se si decirle que pertenezco a un grupo y que tengo amigos nuevos y una 'enemiga", aunque después de lo que acabo de hacer no sé si todavía cuente con ellos. Opto por no decirle gran cosa.

-Vine por armas y...
-A ¿Middletown?-me interrumpe.
-Sí-respondo.
-Stefani y yo vamos a ir, necesitamos armas. ¿Sigues ahí?
-Sí.
-Vale, ¿te parece si nos vemos? Estamos a punto de llegar.

La deseo ver, de verdad, necesito a mi amiga, ahora más que nunca.

-Sí. Yo las espero.-creo que sonríe.
-Sale, no te vayas.
-No lo haré.-Sonrio.

Colgamos.

No se porque pero empiezo a llorar, supongo que es la emoción.

El tiempo no pasa tan rápido como esperaba, ya está atardeciendo, el cielo torna un color entre amarillo y naranja, el Sol se oculta entre los grandes edificios.

Para hacer tiempo lo que hago es ver lo que tengo en el carro, las armas (el arco) y las botellas de agua. Meto las cosas en la mochila.

Alguien me toca el hombro.

Isabella, por fin la veré otra vez. Sonrió. Volteó.

¡Baaam! Alguien me pega en la cabeza y me desmayo.

Despierto y no veo nada. Tengo los ojos vendados y mis extremidades amarradas. Me duelen mucho mis muñecas.

No hay ruido y se me viene un olor a humedad. Seguramente me tienen en el subsuelo.

¿Qué pasa? ¿Porqué yo? ¿Quiénes me hicieron esto? Estaba tan emocioda por lo de Isabella que no me Di cuenta si alguien más estaba ahí o si me seguían.

Oh por Dios, Isabella...¿habrá llegado? ¿la tendrán también?

-Desamarenla.-lo dicen en tono autoritario, la voz me es familiar.

En ese instante me desamarran las muñecas y los tobillos. Todavía me duelen un poco debido a que me estuve tratando de liberar.

-¿Le quitamos la venda?-pregunta la voz de una chica.

-No, todavía no.-contesta el jefe.

Me dejan y me vuelven a encerrar.

Trató de quitarme la venda pero tiene muchos nudos raros, es imposible.

-No te lo puedes quitar hasta que yo diga.- es esa voz, pensé que se había ido. Me tranquilizó. Hasta que decido hablar, mis labios están bastantes secos.

-¿Quién eres?-pregunto.

-¿De verdad no te acuerdas de mi?

-Si te viera tal vez lo haría.-hago una mueca mientras me muevo.

-Tienes razón, pero yo no te traje por eso Claire...-se detiene y escucho pasos en la habitación.-yo te traje por que te daré algo que aprecias mucho, algo que seguramente haz estado buscando, y no, no es tu hermana.