Amor en Apocalipsis

Capítulo 14

Ya van varias semanas desde que vi a mi hermana usada como experimento y sinceramente ya van varias veces que me he hartado pero mis amigas siempre están ahí para ayudarme.

Hoy me levantó temprano porque me toca ayudar en la cocina. Le explique a Aloissa que a mí no se me da muy bien cocinar y que con mucho gusto le ayudaría en otra cosa y pues me dijo que le ayudará a poner los platos y cubiertos antes de las ocho de la mañana para que cuando lleguen todos los huéspedes sólo se sienten y estén listos para comer.

Aloissa es una señora que no tendrá más de cuarenta años, tienes ya algunas canas pero su color natural es pelirrojo, usa lentes lo que hace que resalte su color de ojos, son verdes y realmente para tener esa edad esta guapa. Ella se encarga de todo lo que tenga que ver con la cocina y dos días después de mi llegada me pidió ayuda y con gusto acepté.

Cuando llegó al establecimiento saludo de costumbre a Aloissa con la mano y una sonrisa, y ella me lo devuelve, me dirijo al estante de platos para poder empezar y cuando voy a entrar al comedor me tropiezo y me caigo, haciendo que todos los platos que llevaba se rompieran.

-Si serás torpe.-susurro para mí.

Alguien abre la puerta y veo que es Kevin.

-¿Qué paso aqui? -dice abriendo los ojos.
- Me tropecé y por accidente se me cayeron todos lo platos.-digo mientras pasó la mano por mi cabello.-pero ahora lo recojo.
-Vale, te ayudo.
-No gracias, yo puedo hacerlo sola.
-Como crees Claire..insisto.-sonríe, en verdad tiene una sonrisa hermosa...tanto como Will.- yo voy por la escoba y el recogedor, tu sigue poniendo los platos. Ahora vuelvo.
-Vale, gracias. - le sonrió y sale de la habitación.

Por Dios. Esto sí es un gran desastre, ¿como es posible que no me he fijado? ¿Tan torpe soy?

Auch. Siento una gran punzada en mi pie, pero lo ignoro por que pienso que sólo pise mal.

Empiezo a hacer lo que me dijo Kevin. Un rato después el llega con la escoba y el recogedor, y se encarga de limpiarlo.

-Listo.
-En verdad perdón, no volverá a pasar.
-Descuida, es lo menos que puedo hacer. Pasaba por aquí y escuché un gran ruido. Mi curiosidad sirvió de algo, ¿no crees?
-Sí, pero perdona.
-¿Te pasas toda la vida pidiendo disculpas?
-Pues no pero no me gusta ser así.
-Pues olvida lo que acaba de pasar.
-Bueno.-sonrió.

Después de eso quedamos un un largo silencio, en un silencio cómodo porque no hay intensidad aquí, todo está bien. Me gusta estar con él.

Él sólo sonríe algo apenado y me doy cuenta de que si tiene una gran sonrisa. Su cabello aún desacomodado se ve sexy, sus labios grandes, su postura...No me creo que lo estoy pensando.

Me gusta. Siento algo por él.

-Oye, me preguntaba si...-se calla un momento y baja la cabeza como si buscará el valor necesario para lo que va a decir.-si...quisieras ir conmigo a dar una vuelta.

¿Eso significa que le gusto?

No. Eso es imposible. Seguramente me quiere hablar de otra cosa.

-Entonces...¿que dices?-esta rojito como un tomate y así se ve más sexy...
-Sí claro.-trato de decirlo lo más tranquila. Aunque estoy casi segura que estoy peor que él.
-Vale.-lo dice sonriendo y con cara de gran alivio. - Paso por ti hoy en la tarde.
-Claro, ¿a que hora exactamente?
-¿Te parece bien a las seis de la tarde?
- Me parece perfecto.
-Pues nos vemos después.
-Si, hasta después y nuevamente gracias.
-No te preocupes. Para eso están los amigos.-sonríe y se va.

Amigos. Todas las posibilidades que tenía se desvanecieron con una sola palabra. En verdad me gusta pero si él me ve así...¿que puedo hacer? Sólo ser eso que él quiere.