Día D

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Yoongi había optado por llevar todo por la paz para seguir con su vida tranquila en la medida de lo posible y lo que sea que sea la tranquilidad en su rutina; es decir, ¿qué ganaba diciendo que la mafia lo raptó por error?

Un balazo.

¿Qué ganaba si iba a la policía y soltaba toda la información con lujo de detalle?

Un balazo.

Todo se reducía a eso: un balazo en el medio de sus cejas y no quería una muerte así de macabra.

La mejor opción fue actuar como si nada hubiera pasado, lo bueno había resultado en que, si bien llegó tarde para su novela de la tarde, llegó a ver una novela turca por error y la amó más que sus comunes doramas. Tanto que no pudo aguantarlo más y se amaneció solo los primeros episodios en internet, porque, carajo, qué genial y necesitaba sentir coraje contra alguien por todas las injusticias en las que se veía víctima ¿y qué mejor que con Mahidevran? Cómo odiaba a esa bruja, incluso se había unido a un grupo en Facebook y toda la cosa. Cuando le gustaba algo, tendía a ser así de obsesivo que ya no era divertido.

Tal vez no se ganó un balazo en la cabeza, pero sí unos ojos rojos que le ardían al parpadear y la vista borrosa por haberse amanecido en eso. Se sentía en una nube, tan era así que no supo qué miércoles le estuvo diciendo Taehyung la mitad del tiempo, pero al parecer leyó en algún lugar que Hitler se había convertido en un demonio o algo así, no lo entendió, no era su problema, porque no era judío y suponía que eso lo ponía a él en un lugar seguro, por lo que no le importaba.

Estaba en el comedor, comiendo un sándwich de jamón y queso. No había desayunado, porque siguió viendo su novela en el celular y despertó solo para vestirse, incluso ahora seguía viendo un episodio que le faltaba. A este paso, terminaría con un gato angora y hablando como Hürrem, así, todo digno.

Bueno, era mejor eso que prestarle atención a su realidad que era una total pesadilla, básicamente.

—Hey, Yoongi.

Alzó apenas la mirada y saludó a Namjoon. A eso se refería justamente con "pesadilla".

Si era sincero, no le sorprendía. De hecho, incluso podría decirse que lo estaba esperando, porque siempre le pasan mierdas extrañas, suponía que lo investigó por cosas de seguridad y lo del balazo y, por obvias razones, Seokjin apareció en su radar y este enfermo obviamente iba a actuar, aprovechando la situación.

Sin embargo, Yoongi era consciente que debía actuar como si fuera una gran sorpresa. Así que abrió su boca como si no se creyera lo que veían sus ojos, llevó una mano a su boca, dejando ir un jadeo de sorpresa tan falso que ya no era divertido, su sándwich cayó al suelo incluso, fue para darle más credibilidad al asunto. Todo eso mientras Namjoon se veía orgulloso por su reacción.

Aunque no debería estarlo, debido a que Namjoon era un tanque, una monstruosidad con músculos. No obstante, ahora lucía solo como un tipo robusto, debido al grueso suéter de manga larga que era parte del uniforme, suponía que era más grande que su talla normal, caso contrario se notaría los músculos, pero no, ahora solo era un chico alto, a simple vista, relleno y con los lentes, de seguro quería reafirmar esa apariencia débil para nada amenazante y, tal vez, en busca de ello, esté pidiendo a gritos que le hicieran bullying.

Yoongi sabía que no era el más indicado para burlarse de la apariencia de alguien y que era algo malo, pero, en su defensa, no hubiera pensado eso si no supiera la verdad, porque Namjoon era atractivo, con músculos de acero y todo un lobo macho alfa lomo plateado, pero ahora... lucía como un tonto y era apropósito.

—¡A que no me reconociste! —exclamó emocionado. Le dio unos golpecitos amistosos en el hombro. Yoongi solo lo observó con pesar—. Me teñí el cabello de castaño y ahora uso lentes. —Ahora le dio unos golpecitos a las lunas—. Son falsos. Parezco un cerebrito, ahora fingiré ser una persona normal, retomaré mis estudios y le daré una vida digna a Seokjin, a su altura.

Simplemente Yoongi ➳ YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora