|30| Las profundidades de un secreto

4.1K 297 20
                                    


Espero hasta que la Parca me quite la vida.

Nunca me va a atrapar con vida.

Voy a vivir millones de vidas.

Imagine Dragons—Bones

Sangre...

Dolor...

Llanto...

«Corre»

«Corre, corre y olvida»

«Debes olvidar o te matará»

Me caigo, mis rodillas se raspan y duelen, me arrastro.

Un cuchillo yace en mis manos.

«Hazlo»

No. No. No. No. No. No. No.

—Iv.

La voz de Mack me sacó de mis horribles pesadillas, ¿O horribles recuerdos?

Me había quedado dormida tras estar esperando a que fuese medianoche, era la hora justa en que nadie se atrevía a desandar por los pasillos. Los estudiantes dormían profundamente a esa hora y los guardias merodeaban por toda la universidad justo hasta esa hora porque a partir de ese horario se dedicaban a vigilar la entrada sentados cómodamente en una silla donde llegados a un punto se dormirían.

—¿Estás bien?—me preguntó Noa.—Parecía que tenías pesadillas.

Ni yo misma sabía a qué se debían esas horribles y extrañas pesadillas.

No eran sobre esa noche, no estaban relacionadas con la matanza en Élite School porque en estas pesadillas yo tenía un cuchillo en las manos y eso nunca sucedió, ¿O sí?

Mi mente recordó que esa noche, luego de que Jinx me persiguiera y diría que me mataría me había quedado inconsciente y luego desperté rodeada de policías, los Pride no estaban y todos estaban muertos.

¿Por qué mi vestido tenía tanta sangre cuando desperté si yo solo poseía la herida en mi garganta, algunos raspones de correr en las rodillas y morados en mi piel por luchar contra ellos? ¿Por qué tenía tanta sangre encima? ¿Que había sucedido cuando perdí la conciencia? ¿Esa pesadilla era un recuerdo? Tal vez... Tal vez era un recuerdo de algo que mi mente se había enfrascado en ocultar.

La idea me aterrorizó.

Esa noche había sido horrible.

¿Aún había cosas que no recordaba?

¿Qué podía ser peor que lo que ya recordaba? ¿Qué era tan malo como para que lo hubiese olvidado?

—Sí.—dije sacudiendo la cabeza para alejar esos pensamientos.—Estoy bien.

—Ya es medianoche.—anunció Ryan.—Deberiamos irnos ya.

Todos estaban en mi habitación.

Mack. Noa. Tyler. Ryan.

—Chicos.—dije con voz temblorosa.—No podemos bajar todos. Mientras más seamos más fácil será que nos descubran.

—Es cierto.—asintió Mack.—Y recordemos que no sabemos que hay allí abajo.

—Bien. ¿Quiénes irán entonces?—preguntó Tyler, nervioso.

—Yo.—una voz femenina, ajena a todos los que estábamos adentro nos sorprendió. La puerta de la habitación yacía abierta y alguien allí parada.

Al comienzo temí y cuando vi de quién se trataba no sabía si era bueno o malo.

—¿Aisha?—dije con el ceño fruncido, mirándola.

H E A V E N ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora