H E A V E N ©

|23| Alcanzando el cielo en el infierno

Uh—Oh

Me estoy quedando sin aliento, pero yo

Oh yo, yo tengo aguante.

Uh—Oh

Cierro los ojos al correr pero yo

Bien, oh yo, tengo aguante

Oh, si atravieso corriendo las olas del amor

Pero yo, yo tengo aguante.

Sia— The Greatest

Ríe, vuela, vive, disfruta el cielo hasta que descubras que siempre has estado en el infierno.

Miedo. Excitación. Miedo. Excitación. Miedo.

No podía sentir nada por un Pride.

Era era la regla.

Nada más que odio.

Pero en este justo instante sentía demasiado y todo provocado por el menor de los Pride.

Los labios de Junior me daban placer mientras bajaba lentamente, la humedad de sus labios se esparcía con una suma delicia por mi abdomen hasta llegar a mi centro. Tras bajar mis pantalones su vista se fijó en mí, sus ojos grises parecieran que quisieran ver más allá de mí, más allá de mis ojos, como si se deleitara con simplemente mirarme.

—¿Que pasa si te dejo con las ganas?—preguntó sonriendo.

Mi calentura amenazó con enfriarse.

Lo mire con todo el desprecio que la situación permitía, el cual no era mucho pensando que yo estaba desnuda, él estaba semidesnudo con ese cuerpo espectacular.

—Si me dejas con las ganas...—iba a amenazarlo pero estaba demasiado excitada, mi cuerpo ardía y esa zona palpitaba necesitada de atención.—¿Estás seguro de que quieres saber lo que sucederá si me dejas con las ganas?

Él sonrió.

—Pondre el mundo a tus pies, si es lo que deseas. Pondré el cielo a arder, quemare vivos a los ángeles, destruiré el infierno, te pondré la cabeza del diablo en una bandeja de oro y me declarare como tu esclavo, si es lo que deseas.—dijo sonriendo y mirándome con esos ojos grises que brillaban junto a su declaración de amor.—Tus deseos son órdenes, Heaven. Considerate única porque tienes a un Pride a tus pies.

Dicho esto se arrodilló frente a mí y paso su lengua con una lentitud deliciosa por mi clítoris, mi cuerpo se llenó de sensaciones, mis piernas literalmente temblaban y sus anteriores palabras aún resonaban en mis oídos.

Junior Pride estaba enamorado de mí. Él haría todo lo que yo quisiera. Se notaba que estaba tan loco por mí como para prometer las mayores locuras con ese brillo en sus ojos de sinceridad, definitivamente estaba dispuesto a hacer todo por mí.

Se sentía bien, física y sentimentalmente que por una jodida primera vez le importará a alguien, que por primera vez alguien fuese capaz de poner su mundo en llamas por tal de darme calor en una noche fría. Y aunque Junior aún no llevaba a acciones sus palabras sentía que era cierto, sentía que ese chico moriría por mí.

Mis gemidos llenaban el lugar mientras los labios del menor de los Pride  succionaban aquella zona de mi anatomía con tanto delirio. La rapidez con la que lo hacía era dolorosamente placentera, iba tan jodidamente rápido que sentía como si esa zona se fuese a desprender de mi cuerpo y al mismo tiempo veía luces de todos los colores, nunca nadie me había arrancado tantos gemidos con tan solo usar sus labios.

Cuando el clímax invadió mi cuerpo, lo cual no tardó mucho debido al absoluto placer que sentía, mi espalda se arqueó y él se puso en pie.

—No eres capaz de imaginar cuántas veces he soñado con este momento desde que me besaste.—dijo tomando mi mentón y mordiendo su labio inferior de una manera sumamente sexy.—Voy a quitarme de una vez por todas las ganas que te traigo, aunque sé que una vez que te pruebe jamás podré soltarte. Eres una jodida adicción. Sí ya me tienes loco por ti con un simple beso no sé qué nivel de obsesión tenga hacia ti luego de esto.