|40| Tras la máscara se oculta...

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Bienvenidos a nuestro espectáculo de locos.

Ven a conocer a nuestros monstruos.

Oh, hay una colección tan buena de cosas extrañas.

Mi paciencia se agota en medio de este reloj derretido.

Mi cerebro encarcelado con pensamientos que la mayoría consideraría podridos.

Por creer que eres diferente a un animal.

Una criatura enferma como tú debería ser sacrificada.

Pero no puedo evitarlo.

Sub Urban-Freak.

Abrí mis ojos lentamente.

Mis párpados pesaban.

Me encontré en una silla, frente a una mesa con velas y comida que olía muy bien.

Me di un susto cuando vi la sombra que yacía frente a mí, del otro extremo de la mesa, en otra silla.

-Bienvenida, Princesa Pride.-me dijo. Su voz sonaba distinta a la última vez pero igual de irreconocible. Sonaba más suave, menos gruesa y ronca.

Me levanté y me sorprendió haberlo logrado. No me había atado, ¿Por qué?

La luz de las velas me dejó ver mejor a mi anfitrión.

Ya no tenía un saco negro sobre su cabeza, en su lugar una máscara. La máscara poseía unos grandes ojos negros en el lugar de los ojos verdaderos de quién se ocultaba tras ella, sabía que a través de esos ojos me veía, yo no podía verle el rostro pero él me veía. Una sonrisa perturbadora y larga se extendía por la máscara haciéndola lucir aún más horrible. Estaba vestido de negro, un traje. El traje de ajustaba a su cuerpo y parecía... ¿Más delgado que la última vez? ¿Por qué?

Me acerqué a la puerta. No me quedaría aquí. Este maldito me había desmayado y metido aquí dentro. Cuando intenté abrir la puerta me di cuenta que estaba cerrada desde adentro.

Me di la vuelta para encontrarlo con la llave en manos.

¿A quién se le ocurría encerrar a un asesino en un calabozo que abriera desde adentro? Recordé los candados. Ellos impedían que saliera aunque tuviese la llave pero esos candados parecían haber desaparecido. No los vi cuando llegue.

Después de todo, él era un Pride y hacía lo que le daba la gana aún siendo un asesino. Probablemente pidió que quitarán los candados para poder salir cuando yo llegara y meterme aquí a la fuerza.

Bien. Estaba encerrada con el asesino. ¡Muy bien, Ivanna!

-¿Qué es lo que quieres?-exigí saber.

-Ya te lo dije.-soltó.-Quiero una cita contigo, Princesa Pride. Siéntate.

Negué con la cabeza.

-Lo que vamos a hacer puede ser de pie.-dije.

-Bien.-dijo y soltó una carcajada.-Así puedo verte completa. Aunque es mucha tentación.-a pesar de que no le veía la cara sentía sus ojos en mi cuerpo.-Ese vestido te queda muy bien. El rojo combina con tu piel. Se ajusta en tus jugosos senos y en tu perfecta cintura, además deja a la vista tu blanca y sexy pierna.

Me senté de inmediato. No quería que siguiera comiendome con la mirada y solo luego de sentarme note que lo había hecho para eso.

Él se carcajeo tras lograr su objetivo.

-Para haber echo un trío eres muy mojigata.-dijo mientas elevaba el cuchillo que reposaba sobre la mesa.

-Para ser un asesino eres muy inexperto.-dije yo mientras tomaba el cuchillo que reposaba en mi lado. No temía defenderme.

H E A V E N ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora