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Tumbados y desnudos estaban en la cama, con sus cuerpos unidos bajo las sábanas. Vegeta, ladeado, contemplaba el rostro serio de su amante mientras acariciaba su pectoral con su dedo índice. Gokū miraba al frente con su ceño fruncido y sus labios rectos. Su flequillo se movía casi sin fuerza sobre su frente, acompañando a su revuelto cabello. «¿Habré hecho mal en ceder?», pensó sin quitar la mirada de él «Desde que terminamos no me ha dirigido la palabra...». Sintió una caricia en su espalda baja y agradeció el tacto en su cabeza; se preguntaba porqué el ex convicto era tan frío.

—Gokū... —Musitó, Vegeta y al momento aquél le miró.

—¿Qué?

—¿Por qué hemos hecho esto?

—¿El qué?

«No te hagas el tonto»

—No te hagas el tonto. Sabes el qué.

—Ya te lo he dicho. Quise follar sabiendo con quién.

—¿Y no te bastaba con conocer los hechos? —Él negó con la cabeza—. ¿Por qué querrías tener sexo conmigo?

—¿Acaso no puedo?

—N-No... No he dicho eso.

La madrugada los mantenía a oscuras. No era noche de luna llena, y no había apenas estrellas que iluminasen. Tocaba imaginar el rostro que pudiese el otro, al igual que había que imaginar si estaba sonrojado o no. Ahora que la cosa estaba tan íntima, Vegeta se sentía un poco más valiente a formular las preguntas que merodeaban por su cabeza.

—¿Con quién... —Bajó la mirada y prosiguió—: Con quién quedaste la otra vez?

—¿De qué hablas?

Su mirada estaba fija en el moreno, quien permanecía encogido de hombros y su vista en el fornido cuerpo de el boxeador.

—Cuando me dejaste a Goten en mi casa. ¿Con quién saliste?

—Eso no te importa.

—Bu-Bueno..., ahora que estamos en un momento íntimo, creo que sí.

Alzó si mirada y lo vio por encima de sus pestañas, dejando sus labios sin fuerza y poco entreabiertos.

—No quedé con nadie en especial —dejó de mirarle y pasó su mano por detrás de su cabeza, acomodándose en la almohada—. ¿Algo más que me quieras preguntar?

—¿Quién era?

—No sabía que eras mi padre.

—No pretendo serlo...

—Y ni falta que hace.

«Será mejor que te calles, Vegeta. Se está poniendo de borde que no veas», pensó optando por obedecer a su subconsciente. Quitó su mano del pectoral y se abrazó a sí mismo, sintiendo que aquella caricia que le había regalado ya no estaba. Bajó la cabeza y cerró los ojos, y no fue que los abrió hasta que Gokū habló de nuevo.

—¿Recuerdas la chica de pelo azul que entró en el bar donde trabajas?

—Sí. Se llama Bulma.

—Pues fue con ella.

«Lo sabía», lamentó para sus adentros. El corazón del moreno recibió un pinchazo al percibir en su tono de voz algo que brillaba.

—¿Y qué tal lo pasasteis?

—Bien.

—¿Habéis quedado de nuevo?

—No. No, ella no es mi tipo.

Heal Me [Kakavege Fanfic]EN HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora