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Con una caja de plástico para frutas, Vegeta trajo los vasos recién sacados del lavavajillas y los fue colocando en su sitio bajo la barra que, en esos momentos, supervisaba. Se puso de cuclillas ante la zona abierta de la barra y fue llenando los huecos que previamente habían estado vacíos. Bostezó en silencio. Realmente estaba cansado. Y algo enojado, pues seguía pensando en el incidente de hacía escasas horas.

Se levantó del suelo y dejó la caja a un lado, cerca de sus pies, para empujarla un poco con la punta de sus deterioradas zapatillas Adidas.

Se remangó las mangas de su camisa blanca y acomodó su negro para que no luciese tan arrugado. Una chica se acercó a la barra con un mini vestido y arreglada para la ocasión, aunque se le veía triste. Vegeta frunció el ceño y dejó lo que estaba haciendo, que en ese instante era limpiar el grifo de la cerveza.

La muchacha de cabellos lacios color turquesa y flequillo dispar se sentó apartada en una de las butacas que decoraban la barra, reposando un codo encima de la misma y pareciendo querer pasar desapercibida. Pese a sus esfuerzos, Vegeta caminó hasta ella y, con la bayeta en mano, preguntó:

—¿Estás bien?

La de cabellos turquesa levantó su apagada mirada y resopló casi sin ganas.

—¿Me ves cara de estarlo? —Contestó borde.

—No, pero al menos trato de ayudar —contratacó el moreno.

—Nadie ha pedido tu ayuda —desvió la mirada—, aunque me vendría de perlas hablar con alguien ahora mismo...

—Bueno, puedo ser esa persona, sólo si tú quieres —dijo Vegeta apoyando sus brazos sobre la barra.

La sin nombre esbozó una sonrisa tímida con sus labios rojizos y clavó su azulada mirada en la caramelizada de Vegeta.

—Antes que nada, soy Bulma, encantada —comentó extendiendo su delicada mano al actual barman.

—Yo Vegeta, encantado —correspondió el peli-flama—. Dime, ¿qué es lo que te sucede?

—Mi novio me ha dejado plantada, ¿y sabes qué? Es nuestro aniversario.

Vegeta abrió los ojos sorprendido.

—Joder, debes de estar destrozada —dijo el moreno—. ¿Y no le has llamado? A lo mejor se encuentra en un atasco.

—Sí, lo he llamado y me ha dicho que no podía venir por motivos "laborales" —dijo haciendo comillas con sus finos dedos—. Aunque no sé de que me entristezco, siempre me hace lo mismo.

—Ah, ¿que no es la primera vez?

—Qué va —Bulma apoyó sus dos brazos en el bar, adoptando la misma postura que aquél—. Parece que espera a este día para hacerme sentir mal, ¿entiendes? Odio esto...

—¿Y has tratado de hablar esto con él? Digo, si tanto lo odias, deberías tener una conversación urgente —aconsejó el moreno apoyando su mejilla en la palma de su mano.

—Claro que lo he hablado, pero mira el caso que me ha hecho... He tratado de ser comprensible con su trabajo y cambiar mi actitud pero... creo que hay algo que no haciendo bien.

Bulma bajó la mirada y, de repente, Vegeta visualizó que ésta se ponía roja y arrugaba perceptiblemente su ceño en ademán de llanto. Un ligero sollozo salió de sus labios y, evitando ser vista por el desconocido barman, escondió su cabeza entre sus brazos cruzados.

Ey, no te pongas así vamos —dijo Vegeta llevando su mano libre al brazo izquierdo de la peli-turquesa—. Oye, te diré lo que estás haciendo mal, si es lo que quieres escuchar.

Heal Me [Kakavege Fanfic]EN HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora