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Louis era bueno. Estaba a punto de convertirse en el piloto más exitoso de la Fórmula 1. Tenía un camino claro: batir algunos récords, ganar la mayoría de las carreras y volver a repetirlo todo al año siguiente.
Por supuesto, ahí es c...
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ADVERTENCIA: Este capítulo contiene una sección que habla sobre el abuso físico y doméstico, para tu comodidad, colocaré un (*) donde empieza y termina esa parte.
Harry...
Harry.
"Harry."
Su voz sonaba desgastada pero más fuerte. Todo sonaba más claro que antes de dormirse. ¿Se había dormido?
"¿Lou?" preguntó alguien temblorosamente a su derecha. Reconocería la voz en cualquier parte.
Louis abrió los ojos lentamente, las cegadoras luces del techo de la enfermería le provocaban un fuerte dolor de cabeza. Dio un fuerte respingo antes de que se atenuaran significativamente. Siguió parpadeando hasta que sus ojos se adaptaron.
Un leve zumbido en el oído izquierdo aumentaba con cada movimiento brusco. Hizo una mueca.
"Lou, estás despierta, oh Dios mío", la profunda voz de Harry llegó como un sonido de bienvenida, casi ahogando el zumbido, el dolor de cabeza, los puntos adoloridos en su cuerpo.
"¿Qué ha pasado?" Preguntó brevemente; sentía la voz apagada. No podía haber pasado tanto tiempo.
"Chocaste en la curva diez y tuviste una conmoción cerebral leve. Han pasado cinco horas", respondió Harry, y no parecía estar bien. Hablaba como si hubiera estado llorando.
Louis parpadeaba cada vez más rápido, ansioso por ver los hermosos ojos de Harry. Cualquier cosa que viniera de él probablemente curaría el dolor mil veces más rápido.
Lo que parecieron horas más tarde, consiguió abrir completamente los ojos y girar la cabeza, muy despacio.
Harry estaba sentado en una silla junto a la mesa de la enfermería. Su traje negro estaba tirado en un mueble a su izquierda y su camisa blanca estaba desabrochada por delante, con un botón más desabrochado. Tenía el pelo como si se hubiera pasado los dedos por él cien veces, los ojos rojos inyectados en sangre y la piel blanca y pálida. Louis suspiró dolorosamente, le dolía llorar o respirar, pero estaba haciendo ambas cosas.
"Te extrañé, mucho Hazz", dijo Louis, sintiendo una sola lágrima deslizarse por el costado de su mejilla. Los ojos de Harry se cerraron con fuerza, y su nariz se encendió, roja en la punta, parecía como si hubiera llorado recientemente.
"Yo también te extrañé. Aquel accidente nos dejó a todos cagados de miedo", consiguió decir, con la voz entrecortada. A Louis se le hizo un nudo en la garganta, pero luchó contra el sollozo para evitar que se le rompiera la caja torácica.
"Lo siento. Lo siento mucho", Louis sintió que le caían más lágrimas y le llegaban a la oreja. Algunas se acumularon en sus ojos. Respiró suavemente.
Harry sacudió la cabeza enérgicamente, con el rostro contraído por la tristeza. Su cálida y ancha palma se estiró para acariciar las huellas de lágrimas de Louis, limpiándolas de su mejilla. Harry dejó que su otra mano apretara con fuerza, lo que hizo que Louis se diera cuenta de que le estaba sujetando la mano izquierda. No pudo evitar el tirón en los labios, a pesar de las lágrimas en sus ojos. Siempre se sentía mejor con Harry cerca.
