Epílogo

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"Todo lo que termina, termina mal"

Joel;;

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Ya llevaba una tiempo estando aquí, tal vez unos meses y siendo sinceros, no era la mejor decisión que tome, me arrepentía de quedarme aquí, me encontraba sólo y Muy pocas veces hablaba con Los chicos de la academía, parecía Ser invisible para ellos.

Lo entendía bien pero dolía, a lado de mi papá almenos me sentía mejor, acompañado y cuidado también aquí era todo lo contrario y eso me hacía extrañarlo cada vez más.

La primer compañía que tuve luego de meses estando aquí fue Aidan, todo fue luego de una misión donde estuvo a punto de morir y pude salvarlo de ello.

Aidan era una persona muy agradecida,amable y podía decir qué era amorosa hasta cierto punto, me hacía sentir bien y sin duda alguna me sacaba del hoyo dónde me quedaba estancado muchas veces.

Era como mí mejor amigo almenos eso pensaba en un principio.

–¡Joel!–me grito parando mis pasos para luego acercarse y abrazarme con fuerza –Te extrañe...–acaricio mi espalda.

–Tambien te extrañe.... mucho–hable recargandome en su hombro. –¿Cómo te fue?– pregunté separándome de él y entonces lo miré atentó.

–todo salió bien... Tengo tiempo para estar juntó a ti lejos de mí padre, almenos por un día...– acaricio mi mejilla
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–almenos un día...– repetí mientras miraba la ventana con la Vista fija en lo que Aidan hacia.–Estupido...soy un estupido–dije al darme cuenta de qué ahora Arleth estaba a su lado.

Cuando notaron que los miraba se besaron haciendome sentir mucho peor de lo que ya estaba, solté un suspiro separándome de la ventana y entonces miré mi brazo una vez más y en un intento de calmar lo que sentía en ese momento del buró que estaba a mi lado saqué una navaja que tenía guardada ahí y sin remordimiento alguno hice el primer corte llevaba algunos días limpio y ahora mismo no me arrepentía de volver a ensuciar mi brazo solo quería sentir algo aunque fuera dolor físico porque lo que sentía emocionalmente no lo podía expresar.

Cerré los ojos luego de terminar de hacer aquellos cortes y me acosté en la cama haciéndome bolita comenzando a llorar en silencio nadie me dijo que el primer amor era así de doloroso, pero yo le quería, mi amado Aidan, hazme ver estrellas de la manera que quieras aunque está sea la única forma en la que yo pueda verlas.

Cuando ya comenzaba a desvanecerme debido a la pérdida de sangre que me había causado escuche que tocaron la puerta pero ya ni siquiera quise abrir no quería que nadie me detuviera.

Tal vez la primera razón por la que hacía esto era por él, porque después de mi padre él había sido la segunda persona que había roto mi corazón, la segunda persona por la que di todo y de nuevo resultó mal.

Cuando la puerta se abrio de golpe apenas y pude ver quiénes eran las personas que habían entrado ahí estaba él, Aidan se quedó en un estado de shock y cuando su padre intentó llevarme a la enfermería de la academia el lo detuvo.

–yo te ayudo a llevarlo..–dijo y entonces me tomo en brazos y cuándo llegamos a la enfermería cerré los ojos.

Después de que me revisaron y me canalizaron dejándome en la camilla ya consiente Aidan volvió a entrar pero esta vez traía un frasco en sus manos sonreí al verlo, esta era la única manera en la que él podía estar a mi lado solo cuando me veía momentos más bajos.

Hasta que Pare de Nevar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora