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De pequeño siempre soñe con ser un gran pintor.

Cerre los ojos, era algo frustrante despertar con gritos y golpes pero después de todo, no me quedaba de otra, aún me faltaba un año para ser mayor de edad así que, debía aguantar hasta poder salir de casa sin que me dijeran algo.

Escuche la puerta sonar, reconocí los golpes.

Era mi hermana, Sophia.

—C-Cael... Mamá y papá pelean de nuevo..—me dijo haciendo que me levantara a abrir, una vez que lo hice la mire, ella me abrazo comenzando a llorar, cerré los ojos, rogando que esto acabará.

Así habíamos pasado toda la vida desde que recuerdo, papá golpeado a mamá y jalando de su cabello, se detuvo un poco cuando se enteraron del embarazo pero después de que Sophia nació, todo comenzó a empeorar.

Quería irme de mí casa, encontrar una manera de irme, pero no podía, mucha gente decía que debía respetar a mí padre fuera lo que fuera, pero ellos no entendían lo que pasaba en casa.

Respetaba a mi papá pero más que eso, Tenía miedo a que me golpeara o peor aún, que volviera a tocarme como cuando era un niño.

—Sophia... ¿Puedes.. Quedarte aquí?...—pregunté con miedo, no quería que se pusiera peor —iré a traer a mamá..—sonreí levemente y cuando ella me soltó decidí salir y mire la escena.

Mamá estaba tratando de cubrirse de los golpes, hecha bolita en el piso de la cocina.

—basta papá...—pedi bajando de las escaleras el me miró y sonrió con malicia.

—No te metas Cael, te ira peor si lo haces...

—¡Basta!—le grite, eso hizo que se voltear a mí y me soltara un fuerte golpe en la mejilla que me hizo sentir aturdido.

Almenos había dejado de golpear a mamá.

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—Cael.. ¿Qué haz hecho? Estas lleno de sangre...

—no pueden darse cuenta de que estamos del mismo lado Carl..—dije susurrando, luego hice una mueca.

—Sabes que se darán cuenta..—me respondió en el mismo tono.

—no si te callas la boca..—le sonreí.
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—no te tengo miedo padre— le dije luego de ese golpe, luego la puerta se abrió dejando ver a mí mi melliza.

Orlene.

Desvíe la mirada un momento, Orlene adoraba a papá, tal vez porque ella era igual que el.

Solo me dedico una mirada y subió las escaleras no tenía idea de donde había estado la noche anterior pero ahora el vestido que se había llevado estaba manchado.

Frunci el seño, esta situación me parecía similar a alguna otra pero no entendía porque.

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Flasback
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Fue entonces que lo vi.

Joe Dixon había entrado de la mano de una chica, una chica muy linda digna de el.

Regrese mi mirada a el, casi lo mire de arriba a bajo sin poder evitarlo, ese traje color rosa le quedaba tan bien, se veía tan guapo.

-Cael, deja de míralo así, me vas a llenar de saliva-me dijo Lydia haciéndome mirarla y yo negué rápidamente.

Estaba nervioso. 
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—Joe..—Susurre llamando la atención de mi hermana y mi padre a su vez.

Mordí mi labio y solo salí de ahí, tenia que buscar la manera de encontrarlo.

Porque Joe era todo lo que quería, porque nada me haría más feliz que poder sentir sus brazos a mi alrededor.

Mi amado Joe, No parare hasta llegar a ti.

Hasta que Pare de Nevar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora