Capitulo 13

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-Narra Jovani-
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Es increíble!, ciencias en la primera hora.... No es que me disguste ciencias, de hecho me gustan, prefiero matemáticas pero aun así me gusta ciencias, pero me aburre la clase del profesor Cedric digg... sabe que, según he escuchado es un debilucho, nadie lo toma enserio, hasta los profesores lo hacen menos, imagino que es por su cara de niña pequeña y asustadiza, lo entiendo de verdad es débil, por eso en sus clases nadie trabaja, mas que unos, cuantos entre ellos Max y el me obliga a mi, que aburrido será este día.....

Por fin terminaron las clases ahora tenia que ir a mi club, amo el basketball pero como sé que el idiota de Sebastian está en arte con Max me preocupa y no me quería ir, sé que le puede hacer algo raro, lo conozco muy bien, no tenia de otra tuve que irme a las canchas, -(por que soy el capitán?!?! Bueno.... Ya que)-pense algo irritado. Me dirigí al salón de gimnasia, aun no llegaba nadie asi que me quité la camisa y puse un short comodo y comencé a calentar, pasaron 10 minutos, no llegaba nadie y se me hizo extraño, fui a la sala de profesores y solo estaba ese torpe debilucho.

-profesor.... Cedric? -

-emh? Si, soy yo -su voz era demasiado aguda como para ser un hombre.

-oh... emmm soy el capitán del equipo de basketball todos se están tardando demasiado, ni siquiera el entrenador ha llegado, me preguntaba si no sabia que pasó -intenté sonar amable imagino que no necesita un alumno mas que le falte al respeto.

-Ah! Claro... -inició mostrando una gran sonrisa, (está bien este tio de verdad debió ser chica, es bastante....lin.... Afeminado?)-pensé con malicia- El entrenador se accidentó así que se canceló el entrenamiento de hoy, creo que tu dirigirás el entrenamiento durante tres días..... en lo que el profesor se recupera.... Creo -dijo lo ultimo tan bajo que apenas lo escuché.

-Oh! Perfecto! Entonces... seré el entrenador malo que les pone a hacer muchas lagartijas y ejercicios aburridos -intenté bromear para que se calmara un poco.

-Jajaja espero que no se te suba a la cabeza el poder.... -Al parecer funcionó, dejó salir carcajadas y su voz sonó mucho mas tranquila.

-Claro que no, después puede venir a ver a los flojos jugar, es entretenido si le gusta el deporte, pero bueno profesor, me voy, gracias por ayudarme -estaba ansioso por ver a Max, no quería dejarlo ni un minuto mas con Sebastian aunque... están Cath y Jules, aun así quería irme.

-oh... está bien, gracias por no ser grosero como los demás chicos.... -Descuide profesor, yo... no soy siempre así, ahora si Adiós! -lo ultimo tuve casi que gritarlo por que salí corriendo.

Me sentí muy emocionado de ser el entrenador durante unos días, podré hacer partido todo el tiempo, debería practicar mis coladas, últimamente me fallan mucho, antes de ir a donde Max fui por mis cosas, como tenia prisa no me di cuenta de lo sudado que estaba y la falta de playera, llegué tan apresurado para percatarme de algo tan ruin! Sebastian tenia sus brazos rodeando a Max, Max estaba todo rojo y hecho volita entre sus brazos, Sebastian acariciaba su cabello.... Por un segundo me quedé helado, no sabia si tenia que acercarme o simplemente dejarlos, reaccioné al ver que cath les tomaba una foto, una llamarada de ira recorrió todo mi cuerpo y de un momento a otro dejé de pensar. Caminé a toda prisa hacia donde Sebastian y escuché a Cath hablarme:

-Hola seme numero 1!!!-No le di importancia y jalé a Max hacia mi, lo hice a un lado con delicadeza, me acerqué y tomé a Sebastian por el cuello, no podía hablar, no era yo mismo, me convertí en un animal, le propiné un puñetazo en la cara, lo tiré al suelo y justo cuando estaba por darle un golpe mas escuché a Max gritando que me detuviera, no sabia que hacer, miré a Sebastian y él sonreía con satisfacción, su cara me decía "pégame mas", no pude resistirme lo levanté como si fuera un muñeco de trapo y lo lancé a la pared, me sentía mal por hacer eso, pero, no podía parar, no cuando el me miraba de esa forma, se encontraba en el piso sin fuerzas, lo puse de pie de nuevo y me quedé quieto observándolo, en ese momento no escuchaba nada, no pensaba nada; Sebastian se reincorporó y me acomodó una patada en mi costado.

Uno no es suficiente para dos (Pausada)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora