Capitulo 17

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-Narra Sebastian-


No puedo creer que Max le dijera que si a Jovani... me sentía triste y devastado, pero no iba a dejar que ellos lo notaran, solo provocaría que Jovani siguiera riéndose en mi cara, o al menos me daba esa impresión.

No sabia si rendirme con Max, me hacia daño verle, como sonreía por alguien mas que no fuera yo, imaginarlo en los brazos de alguien mas o como otra persona lo hacia suyo, era como veneno para mi.

Ya no solo era poseerlo por capricho, él había tocado una parte de mi a la que nadie se había acercado, yo no era un antisocial, había tenido muchos amigos, salido y tenido sexo con muchas chicas pero... al final todos se iban, siempre quedaba solo.

Ya había pasado un día desde que me entere que esos dos estaban saliendo, cuando llegue a la escuela ellos ya estaban ahí, no parecía nada fuera de lo normal, Jovani hablaba con los chicos de su club y Max estaba sentado en su lugar leyendo un libro, no podía mirarle, no quería que notara que me afectaba el hecho que fuera novio de Jovani.

Las clases pasaron, no hice contacto con él en ningún momento, hasta que llego la hora de ir al club, no tenia ganas de ir pero tenia que, no era un cobarde! no dejaría que los molestos sentimientos me privaran de hacer las cosas que me gustaban, he de admitir que me uní por que quería estar cerca de Max pero a mi en realidad me encanta el arte, así que con toda la fuerza del mundo fui al club.

Cuando llegue solo estaba un chico de primero que se nos había unido recientemente y Max, que parecían muy entrados en sus lienzos, Cath y Jules no estaban, eso era extraño.


-Te estarás preguntando donde están las chicas ¿no?, dijo que iban a dibujar a los del club de boxeo- dijo el pequeño.

-Gracias ....-

-Marshall, seria bueno que recordases mi nombre-

-Lo haré-


Me senté y abrí mi cuaderno y para mi suerte lo primero que tenia como obra de arte era el dibujo de Max que ya había hecho días atrás. No puede evitar soltar una risita al recordar lo mono que se veía al tratar de quitármelo, el dulce sabor de sus labios.... no no no! tengo que pensar en otra cosa, puede que sea mejor que lo olvide pero... pero nada tengo que intentarlo.

Mire hacia la ventana, estaba nublado... tengo que darme prisa en ir a casa, la lluvia me tenia sin cuidado, lo que me preocupaba era lo que podía venir con ella, no quería que nadie viera mi lado débil, mínimo en mi casa estaría solo, donde nadie pudiese verme.

Decidimos irnos, guarde mis cosas rápidamente y me dirigí a la salida cuando me tope con un profesor.


-Señor Crosszeria, podría ayudarme con estos papeles- dijo enterrándome una pila de papeles- llevárselos al director, por cierto lindo día.


¿QUE SE CREE? si yo no soy la sirvienta de nadie, los maestros siempre abusan de su autoridad, corrupción en la escuela!.

No me quedo de otra mas que llevarlos, lo cual me tomo un rato dado que a pesar de llevar una semana y poco en el instituto no me había explorado en su totalidad.

Entregue los papeles y fui a la salida pero escuche algo que me dejo la piel helada... había empezado a llover, mire por la ventana mas cercana para ver una luz surcar las nubes, seguido de aquel ruido que tanto temía... un trueno...

Deje caer mis cosas, no me importaba nada mas que salir corriendo del lugar, entre al salón mas cercano y me escondí abajo de la mesa del profesor, no podía moverme, el miedo había tomado posesión de mi cuerpo.

Uno no es suficiente para dos (Pausada)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora