Capítulo XVI 𝙀𝙧𝙚𝙨 𝙩𝙖𝙣 𝙥𝙚𝙡𝙞𝙜𝙧𝙤𝙨𝙤

8 3 1
                                    


Olivia asintió viendo a su mejor amiga y a su nuevo novio separarse. Había comenzado a llover otra vez, pero no podía detenerse, sentía que debía ir con Daniel por alguna razón, esa extraña sensación en su pecho no la dejaba en paz. No quería asustar a su padre pero así era siempre. Desde pequeña había escuchado que cuando un familiar estaba en peligro siempre se siente esa presión en el pecho, esa pequeña vocecita que decía que algo andaba mal y que debía correr. Para mala suerte de Olivia esa voz no se había callado desde que vió la corona y aquella frase sobre la banda.

Se detuvo debajo de una de las lámparas de la calle que iluminaban sus manos buscando su celular. No había llamadas ni mensajes; nada, ni siquiera tenía conexión o saldo en su celular como para llamar a Bástian o a Daniel. Sacó los audífonos de su bolsillo trasero para poder escuchar algo de música y ver si eso podía relajarla en su camino. Ambos audífonos entraron en sus oídos, rogaba que no se mojaran pero no sintió la más mínima gota en sus orejas. Con ambas manos arrojó su cabello hacia el frente cubriendo sus orejas, su dedo apretó la canción que apareció en su inicio de biblioteca, Dangerous de Cascada, y comenzó a caminar. Sus paso se apresuraban uno detrás de otro con rapidez, sentía el golpeteo en su pecho nuevamente por lo que no lo pensó más y comenzó a correr hacia casa de los Taboada.

Corrió calle abajo, quería evitar tropezar por los charcos que se formaban bajo sus botas. La lluvia había dejado empapado su cabello y rápidamente su rostro escurría cómo si estuviera sudando. En medio de la música escuchaba un ruido ahogado constante que, además de sus pasos, se marcaban al ritmo de los suyos. Se detuvo debajo de una de las lámparas nuevamente con el aire golpeándole el pecho y arrojando su rubio cabello hacia atrás, dejando ver mejor aquellas pecas que habían sido cubiertas por las plastas de pelo y agua.

Olivia lo había olvidado, no lo creyó. Le había salido mal y ahora estaba en esa situación. A su memoria llega aquél Halloween hace un año, cumpleaños de Bástian, en el que estaban viendo el remake de Cuando un extraño llama y Bástian detuvo la película para mirarlas y decirles: "Nunca, pero nunca se debe salir solo en una situación de alto peligro cuando ya se le conoce." Y era lo que Olivia había hecho.
TongueTwister estaba parado detrás de ella girando la hoz en su mano y con la cabeza inclinada. La hoz giraba sin detenerse, la lluvia parecía caer más lento y todo alrededor de Olivia se había interrumpido de golpe, el ritmo de las cosas ya no era igual, solo era ella y TongueTwister. Olivia caminaba lentamente hacia atrás, los pasos lentos se convirtieron en caminata y después en trotes hasta llegar al punto de correr por su vida.
Sentía que todas las luces de la calle habían cambiado de color, a ese tornasol del disfraz. Sentía que resbalaría, era un deja-vu por lo que corrió hacia la mitad de la calle y continúo corriendo.
-¡Ayúdenme! -. Gritó en dirección a las casas que habían cambiado la iluminación dentro de ellas, colores vivos y destellantes que vibraban al ritmo de la canción que estaba escuchando.
Cayó al suelo gracias a que TongueTwister la derribó tirándosele encima para girarla hacia él una vez que quedó arriba de ella. La hoz quedó en el aire mientras caía hacia el cuello de Olivia pero esta se movió rápidamente para esquivarla y sujetar una roca de la calle. Agradeció que el pavimento debajo de ella estaba roto porque así pudo golpear con él a su agresor. TongueTwister se tiró en su espalda tocándose la cara, Olivia se apresuró a tomar la hoz y clavarla en la espalda del asesino, lo lograría, iba a vencerlo; sin embargo, este logró derribar una vez más a Olivia golpeando sus pies contra los de ella, justo en el tobillo.
Olivia había quedado nuevamente en el piso hasta que pateó a TongueTwister en la cara con sus botas. -¡Hijo de puta!-. Gritó levantándose y tratando de correr pero su pie estaba adolorido, no podía sostenerse en él por lo que cojeaba con rapidez. Miró detrás de ella para encontrar que TongueTwister ya no estaba.
Miró a todos lados bajo la lluvia para tratar de encontrar esa máscara, pero no había nada, solo la calle que se abría ante ella para seguir su camino. Trató de avanzar unos pasos más hasta que la sujetaron por el cabello y la arrojaron hacia uno de los jardines de las casas sobre la acera; levantó su mirada y estaba frente a casa de la señora Craven. Trató de levantarse una vez más pero TongueTwister colocó su pie sobre su espalda para mantenerla dominada, nuevamente levantó la hoz para clavarla en Olivia que miraba todo por el reflejo de una de las ventanas de la casa.
-¡No seré una víctima más!-. Gritó tomando un rastrillo pequeño de jardín e incrustándolo en el pie de TongueTwister al girarse. Escuchó al asesino quejarse pero no había logrado procesar el sonido del todo ya que este la levantó bruscamente por el cabello. Olivia lloró tratando de liberarse de entre los dedos pero le era imposible, parecía que TongueTwister había enredado su mano al tomarla pero no era si no más que la rabia de la figura que la sostenía.
La hoja de la hoz se precipitó hacia Olivia y esta vez logró incrustarse en su cuerpo. La sacó y al tratar de repetir el acto, Olivia, se libró del agarre empujándolo.
La puerta estaba cerrada pero eso no había sido un impedimento para que Olivia lograra hacerla ceder ante sus intentos desesperados por entrar. Solo debía tomar algo, pensó. Y podría sobrevivir. Su sangre atravesaba su mano que había colocado sobre la herida, con la esperanza de detener un poco la hemorragia aunque no parecía ayudar; se sentía mareada y el dolor era inmenso, quizá y solo quizá, logró herirla en algún órgano importante.
Miró dentro de la casa, lo primero que encontró fue el atizador cerca de la chimenea, así que lo tomó. Con un giro rápido y sin siquiera pensarlo logró golpear a TongueTwister, quien ya estaba listo para acuchillarla una vez más. Trató de clavarlo en su cuerpo pero fallaba a cada intento hasta que TongueTwister volvería a acertar a la herida que ya le había hecho a Olivia, pero sin sacar el arma, la retorció dentro de ella. Esta soltó el atizador y lentamente caía al suelo.

-N-no... -Olivia trataba de hablar mientras su sangre llenaba su boca. El rostro de TongueTwister había quedado justo frente al de ella, como si ambos estuvieran bailando lentamente. Su mano rodeaba la cintura de Olivia con un agarre doloroso-, lograrás... m-matar a B-Bástian.

TongueTwister giró una última vez la hoz en su mano y ondeándola por última vez se la clavó en el estómago a Olivia para comenzaron a jalar el arma hacia su rostro rasgando cada intestino dentro de ella.

-Peleé y te h-herí... Yo gané-. Dijo Olivia al retorcerse de dolor mientras podía sentir como su interior quedaba expuesto. Sin darle la satisfacción aguantó las lágrimas que querían brotar, la últimas, pensó.
Recordó a su padre, a Daniel, a Bástian, Crystal y ahora a Jeremy y ese último beso que sintió remarcado en sus labios como si estuviera besándolo en ese momento aunque de su boca sólo escupía sangre manchando la máscara de su asesino.

Olivia trató de tocar la máscara y TongueTwister lo supo, se la debía quitar, Liv había sido derrotada. No había peligro. Olivia miró todo apagarse detrás de aquel rostro que le sonreía con esa sonrisa; la luces de colores se habían ido, la música se había desvanecido y lo único que sentía era sueño.

Continuará...

Harper Hills Donde viven las historias. Descúbrelo ahora