Capitulo 14

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Tan pronto como entré en el laboratorio submarino, pude oler instantáneamente el abrumador aroma de esa rara fragancia, haciendo que me cubriera la nariz con la ropa de hospital que llevaba puesta. Inhalé el olor de la medicina, el cual me ayudó a sobrellevar un poco los inexplicables mareos. Tampoco sabía por qué estaba reacio a levantar la cabeza para buscar la figura de Agares en el mundo submarino detrás del cilindro de cristal.
Estoy inesperadamente temeroso de ver a esa cosa... ¿O debería decir, verlo a él?
Desde que Davis me habló sobre su hipótesis, no podía ver al tritón como una bestia corriente. Simplemente sería demasiado vergonzoso e incómodo.
Bajé la cabeza y seguí los pasos de Sakarol por la escalera de caracol hasta la planta encima de la puerta de la escotilla. Este era un laboratorio sobre el depósito anular donde todo el piso estaba hecho de cristal transparente. Estar de pie allí me hizo sentir como si mis pies estuvieran flotando en el profundo mar azul, como si los grupos de peces debajo mío fueran como nubes flotantes, moviéndose y haciendo que el espíritu de uno se sienta tranquilo.
Por el rabillo del ojo, no pude evitar buscar la figura de Agares entre los grupos de peces. Afortunadamente, no había ningún rastro de él, lo que ayudó a aflojar mi corazón apretado.

-¿Qué buscas? ¿A esa bestia ruin? -Una mano aterrizó sobre mi hombro, dándome un susto. Giré la cabeza para ver a Rhine sondeándome con atención y una leve agitación.

Me sentí aturullado inmediatamente y repliqué por instinto, -¿De qué tonterías estás hablando? ¿Qué bestia ruin? ¿Cuándo usaste adjetivos tan horribles? Amigo, si no mal recuerdo, antes de que atrapáramos un tritón, ¡acaso no eras tú quien se jactaba ante mí de que todas las sirenas son hermosas y tentadoras demonios!

-Pero esa cosa es un macho, un bárbaro y feroz macho. ¡Desharow, no debes dejarte engañar por la apariencia de esa bestia despiadada! -La tez de Rhine se oscureció, pareció haber recordado algo cuando me miró a la cara. Soportó fuertemente el enojo, y exprimió un par de palabras de sus dientes apretados-. Esa bestia vil, él...
-Mira, Desharow, esta es nuestra obra maestra.

Sakarol gritó desde la delantera, por lo que levanté la cabeza y vi que bajaban una pared negra dentro de un cilindro al centro del laboratorio, revelando un revestimiento de cristal transparente. Cuando la vista de lo que había dentro se reveló por completo, no pude evitar soltar una sincera exclamación de admiración.

¡Esa era una sirena! ¡Dios!
Mis ojos fueron firmemente atraídos, mis pies caminaron involuntariamente hacia el cilindro y se inclinaron contra la pared del cristal, todavía incrédulo por lo que veía.

-Su nombre es Lilith, muy hermosa ¿no? Este producto fue fabricado a partir de una célula de sirena traída hace veinte años desde la costa de Australia por un viejo profesor de este instituto. Había estado congelada durante mucho tiempo, por eso se ve muy débil y frágil.

Sakarol me lo explicó lentamente.
Sí, sí que se veía muy débil y frágil. Sin embargo, este tipo de fragilidad hacía que esta sirena poseyera una belleza naturalmente pura y etérea. Desde el primer segundo que mi mirada aterrizó sobre ella, no pude asociarla con los adjetivos que Rhine usó para describir a los sirenios, pues no parecía verse como un demonio, sino como un verdadero ángel puro.

Esta era una sirena tropical de cola roja. Supongo que la causa de su corta duración de vida podría estar relacionada con la temperatura de agua fría en la que estaba viviendo.
Su congénito cabello blanco plateado flotaba como nieve pura y santa a la luz del reflejo brillante de las olas, su piel azulada pálida aparentemente emitiendo capas de neblina translúcida centelleante, un par de ojos esmeraldas claros relucían en el agua: parecía que estuviera llorando.

La sirena lucía muy deprimida y solitaria.

Mi mente fue inexplicablemente empujada por la expresión de la sirena. Esta sirena, clonada por humanos, tenía una profunda e inexplicable pena en sus ojos, como para suspirar sobre su soledad y desamparado destino.
-Lo siento... No tengas miedo, pronto te reunirás con tu propia especie, ¿bueno?

Las Aventuras De Una Sirena Caliente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora