Capitulo 78

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Tan pronto como el pensamiento me golpeó, una masa de chispas increíbles explotó estrepitosamente desde la proa del barco, y de repente, muchas figuras que huían frenéticamente aparecieron ante mis ojos. Un joven vestido con un kimono también salió corriendo desde el interior de la cabina. Lo reconocí inmediatamente como Yukimura, la misma persona que conocí en la isla de los sirenios en aquel entonces.

Grité su nombre por instinto, pero miró a su alrededor con prisa y una mirada desesperada, como si no pudiera ver mi existencia en absoluto.

La fría e inclemente brisa marina abrió la solapa de su túnica de kimono, haciéndolo lucir como un pájaro lamentable y triste, pero hermoso. Se tambaleó en retroceso hacia el borde del barco, como si tuviera mucho miedo de algo.

Seguí su línea de visión y vi a lo que le tenía miedo...

Era un tritón con una cola púrpura oscura. El luminoso fuego abrasador y las chispas brillaban sobre su cuerpo empapado de sangre, haciéndolo parecer más siniestro dentro de la noche, como un espíritu vengativo que se había arrastrado fuera de su tumba. Poco a poco salió de la cabina inferior a los escalones de la cubierta, su cabello azabache mojado se arrastraba sobre la cola de pez, como una multitud de anguilas parasitarias. Noté entonces que había una katana perforada por su espalda que salía por la parte delantera de su abdomen, mas no parecía obstaculizar su movilidad. Rápida y brutalmente, capturó a las personas que huían en el barco y destrozó sus cuerpos sin piedad como un carnicero experimentado. En cuestión de minutos, la cubierta se convirtió en un baño de sangre. Además, durante el lapso de estos eventos y acciones, miró fijamente a Yukimura, con los ojos llenos de cierta emoción frenética que se acercaba a la insania.

Estaba seguro de que la mirada en sus ojos no era odio, sino todo lo contrario.
Un amor feroz.

Estas palabras se me vinieron a la mente, pero no me atreví a adivinar qué tipo de enredo tenían entre sí, porque el protagonista de la historia que se mostraba ante mí no era yo. Aun así, como si estuviera hechizado, miré aturdidamente esta escena extremadamente espeluznante mientras se desarrollaba, como si hubiera visto por accidente la esquina de una página de un diario que registraba el pasado secreto de otro.

-Lo siento...

De repente escuché gritar a Yukimura, con lágrimas brillantes que reflejaban las ardientes chispas circundantes deslizándose por sus blancas mejillas. Inclinándose contra el borde del barco, se arrodilló, pero aun así mantuvo la etiqueta tradicional bajo la situación frenética. Se postró en el suelo de una manera similar a ofrecerse como sacrificio, inclinándose ante ese tritón y levantando la cabeza de nuevo, riendo mientras sollozaba. -Eres un dios del mar... ¿Cómo podría atreverme a ofenderte? Te ruego que hagas la vista gorda por la gente en este barco y finjas que nunca me conociste...

-Session... Session...

El tritón cantó esta palabra como una maldición, serpenteando a través de las pilas de cadáveres en la cubierta y acercándose lentamente al postrado Yukimura. Le levantó la mandíbula con una mano repleta de sangre, forzando a este último a levantar la cabeza en su dirección.

Yukimura lo miró obedientemente. Estiró una mano trepidante como si quisiera tocar las manos palmeadas del tritón, pero la dejó colgando en el aire con los dedos temblando. Había un profundo anhelo suprimido en esos hermosos ojos. Sentí que también estaba enamorado de este tritón, pero aparte de esto, pude leer un sentimiento más profundo de desesperación y dolor en su expresión.

Un mal presentimiento de repente surgió en mi corazón. Entonces, en el segundo siguiente, mis sentimientos fueron confirmados.

Vi a Yukimura agarrar el mango de la katana a una velocidad increíble. Terminó de embestir la afilada hoja a través de la espalda del tritón, con la punta perforándolo a sí mismo también. Abrazó firmemente al tritón, llevándolos a caer de espaldas al vasto océano, juntos como una pareja íntima que muere en nombre del amor...

Las Aventuras De Una Sirena Caliente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora