Capitulo 64

2.9K 425 111
                                    

Volumen IV - "Conspiración en Venecia"

Página 1, 28 de noviembre de 1990

Hoy marcó el día 16 en que el avión del equipo de rescate en el que estaba se estrelló en el mar, donde luego fui rescatado del accidente por un equipo de salvataje marítimo. O quizás... este era el día 17. Desafortunadamente, todavía no puedo discernir con certeza cuánto tiempo estuve inconsciente y solo puedo confiar las descripciones del doctor que me atendió para llevar un registro. Kolov dijo que todos los rescatistas del helicóptero habían perecido, y que solo yo había sobrevivido milagrosamente.
Tuve mucha suerte de haber sufrido solo unas pocas fracturas en ambas piernas, junto con una conmoción cerebral leve. Además, no hubo ningún daño en mi columna. El doctor me dijo que dentro de medio año, debería poder recuperar mi habilidad de caminar, así como mis recuerdos perdidos. Por ahora, aún no puedo recordar cómo había aterrizado en este aprieto, lo que estaba empezando a hacerme sentir extremadamente frustrado.

Que Dios me bendiga para que me recupere sin problemas.

Página 157, 6 de mayo de 1991

¿Debería alegrarme de al fin poder recordar todo lo que había experimentado?

Seguí al Poseidón de regreso al mar costero de la isla de los sirenios para buscar a un Lafarre desaparecido y los demás, junto con... Agares, pero regresé con las manos vacías. Al parecer, la isla de los sirenios y la flota de nazis habían desaparecido sin dejar rastro, y cuando fui a una expedición de buceo submarino, al final, no encontré nada. Sentí que, tal vez, era porque el pasaje a Atlantis ahora se había cerró para siempre...

En el mar, llamé fuertemente a Agares, Lafarre y los demás, pero solo obtuve el silencio como respuesta.
Por lo tanto, el Poseidón y yo salimos de allí.

Página 158, 18 de mayo de 1991

Después de suplicarle repetidamente al capitán Kolov, el Poseidón finalmente navegó hacia la costa de Noruega, donde mi abuelo naufragó en el pasado. La expectación de que Agares apareciera me llenaba, yendo tan lejos como para fingir ahogarme en las aguas frías. Sin embargo, no hubo rastro de su presencia. Yo tampoco sabía por qué intentaba semejantes proezas: al principito quería escapar de Agares, pero ahora, estaba haciendo un gran esfuerzo para encontrarlo... Es realmente ridículo ¿no? Maldición. Terminemos de escribir esto.

Página 160, 20 de mayo de 1991
Fuimos a saquear un barco hundido y, como no obtuvimos ninguna de las "cosas valiosas" que prometí que habrían estado allí, el capitán Kolov se enfadó mucho, pensando que lo había engañado (aunque en realidad lo hice). Ordenó que el siguiente lugar al que partiéramos fuera el Océano Ártico, para que pudiéramos saquear algunos pedazos de un ovni que había caído allí tres semanas antes.

Pero me sentí muy feliz, ya que recuperamos una maleta en la misma zona antes de irnos. ¡Dios, ni siquiera podía atreverme a creer lo que tenía dentro!

Dentro había cosas de mi infancia y de mi abuelo, incluso una imagen que el tiempo había difuminado. Inesperadamente, en esa fotografía estábamos Agares y yo, juntos, y parecía estar cargándome mientras sonreía un poco siniestramente. Cuando los demás vieron la foto, pensaron que era una imagen de un monstruo, pero a mí, por otro lado, casi me dolió la nariz al mirarla.

Zarpamos de Noruega por la noche.

Página 201, 1 de enero de 1992

Aún no podía creer que pasamos casi medio año en el polo norte. Sin embargo, con la constante perseverancia del Poseidón, ello nos permitió a todos ganar una gran fortuna. ¡En serio, no podíamos creer que pudiéramos encontrar una cantidad tan grande de gemas en los restos del ovni! Las cosas realmente no podían ser mejor, eran muy buenas noticias para nosotros, los "gitanos del mar". Esto significaba que, durante el resto del año, no teníamos que ir por todo el mundo para saquear más naufragios y afrontar los peligros del mar. En lugar de eso, al fin podríamos pasar un buen rato.
Desde mi punto de vista, esto no era una suma menor. Sin embargo, para el fugitivo buscado que era ahora, ¿de qué servía todo este dinero?
La Guerra Fría ya había terminado. Quería volver a Rusia, pero era una lástima que nunca tuviera la oportunidad de hacerlo.
Ya no soy Desharow, el estudiante de San Petersburgo, sino un mercenario errante llamado "Derte" contratado por el Poseidón.

Las Aventuras De Una Sirena Caliente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora