Capítulo 24

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Cuando mi visión borrosa se aclaró, el techo de cristal sobre mi cabeza apareció a la vista, seguido del rostro recrecido de Sakarol y los ojos que me miraban inquisitivamente detrás de un par de lentes dorados.

-Hola Sr. Desharow, ¿has estado bien?

-Yo...

Conscientemente me di cuenta de que todavía estaba en el laboratorio submarino, y usé mi entumecido brazo para auparme. Mis ojos de inmediato se dirigieron irresistiblemente hacia el gran depósito circular de agua no muy lejos a las espaldas de Sakarol. Agares me estaba mirando perpetuamente detrás de la pared de cristal, una amplia sonrisa pegada en su rostro.
Todo mi cuerpo se sintió entumecido e indefenso, incapaz de moverse un centímetro. Dos días de terrible trauma habían inundado mi cerebro. Nada más que zumbidos y sonidos de ajetreo se escuchaban en mi cerebro, todo mi cuerpo temblando un par de veces y casi haciéndome caer de la cama.
Sakarol enseguida me agarró del brazo.

-Oye, Sr. Desharow, ¿estás bien? ¿Quieres que llame a un doctor? Tu cara está muy pálida y parece que tu nivel de azúcar en la sangre es muy bajo. ¿Podría ser que no comiste?

-¡No, no llame a un doctor!
Ciertamente no comí mucho, pero eso es porque... porque he estado tan absorto en mi investigación -sostuve mi palpitante frente mientras me limpiaba el sudor frío que tenía en la cara. Dije al azar algunas palabras absurdas, sintiendo que mi propia mejilla se calentaba por esta vergonzosa mentira.

Mi cambio de expresión debe haber sido obvio, así que no me atreví a mirar a Sakarol. Sintiéndome nervioso, quise levantarme, pero de repente vi a Sakarol gritando y girando la cabeza hacia un lado, haciéndome detener mi movimiento. Me señaló, -Sr. Desharow, tú... no llevas nada de ropa.

-¡Ah, ah, lo siento mucho!

De repente me di cuenta de que estaba desnudo con la mitad del edredón ya deslizado hasta mi abdomen. ¡La marca roja que quedó de esa violación estaba clara como el día entre mis piernas, y pude verla con facilidad bajo mis propios ojos! ¡Debería alegrarme que Sakarol hubiera apartado la vista!
¡Los libros y los instrumentos de investigación estaban esparcidos por el suelo, y a unos metros de distancia estaba la bata de investigación llena de los fluidos corporales del tritón que yo había abandonado!

Aún no he destruido la "evidencia", pues no esperaba que Sakarol regresara tan pronto, ¡especialmente durante el momento en que me faltaba conciencia!
Miré fijamente el grupo de cosas sin decir una palabra, pero mi corazón libraba una tormenta, mi rostro luciendo pálido y ceniciento...
No sé si lo notó todavía.

Mi cerebro resonaba constantemente esta oración, como si fuera una especie de hechizo. Con mis manos tiritando levemente, no respondí o siquiera noté que Sakarol ya me había estado llamando varias veces. No recobré el sentido hasta que apareció frente a mí.

-Oh Dios, ¿por qué estás más avergonzado que yo? Parece que tú, Sr. Desharow, realmente eres un encantador alumno erudito. No es de extrañar que Rhine te aprecie tanto.
Sakarol me dio unas palmaditas en el hombro, me hizo un guiño juguetón antes de reírse entre dientes. Forcé un par de carcajadas falsas y huecas mientras mi corazón ardía con extrema vergüenza y nerviosismo. Mis nervios se apretaron en el momento en que Sakarol se volteó hacia Agares.

Para mi sorpresa, la cara de Sakarol estaba llena de admiración. -Sin embargo, tengo que maravillarme con tus increíbles habilidades de comunicación. Ese tritón ya se ve increíblemente dócil en comparación con hace dos días. ¿Cómo hiciste que se quedara obedientemente aquí? ¡Si debes saber, con su comportamiento agresivo de hace dos días prácticamente podría haber destrozado este cristal reforzado!

-No, no. ¡Me siento halagado, pero este mérito no debería ser mío! -levanté la cabeza de inmediato, agité la mano apresuradamente a modo de rechazo y respondí con palabras incoherentes. Mis dos mejillas se ruborizaron, volviendo a traer la sensación de vergüenza y deshonestidad. Sabía que mi tez debía estar tan roja como cuando uno tenía fiebre, los poros de todo mi cuerpo parecían abrirse con sudor.

Las Aventuras De Una Sirena Caliente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora