Capitulo 69

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No había ni una sola alma en el Instituto de Investigación Acuática abandonado, aunque, para empezar, eso no debía preocuparme porque cuando Agares me llevó al gran depósito dentro del instituto, mi cuerpo de repente tuvo una reacción anormal: la mutación que se había detenido repentinamente durante esos dos años, volvió a suceder, tomándome con la guardia más baja que nunca.

Observé impotente cómo muchas relucientes escamas plateadas se formaban poco a poco en mis piernas. Había una cantidad excesiva de tejido muscular que crecía sin control entre la parte interna de mis muslos, fusionando mis piernas en una y, además, numerosos filamentos delgados y translúcidos que se extendían en mis empeines, torciéndose fuertemente alrededor de mis pies como hilos tejidos a máquina, los que luego se desplegaron rápidamente en una afilada aleta caudal circular.

Mi cuerpo estaba mutando rápida y violentamente, como si hubiera legiones de células actuando como demonios embravecidos, librando guerras y explosiones debajo de mi piel. Esto hizo que mi sangre hirviera en mis venas mientras se dispersaban, y una enorme fuerza burbujeó dentro de mí, haciéndome sentir como si fuera a despedazarme en cualquier momento. No hubo tiempo ni advertencia sobre la conmoción o el dolor, solo pude cerrar los ojos y soportar todo lo que estaba ocurriendo mientras mi cuerpo convulsionaba violentamente.

Durante este tortuoso proceso, Agares no dejó de abrazarme hasta que se completó mi mutación. Descansé en su firme y amplio abrazo, con mi cabeza aún embrollada. Sin embargo, inesperadamente después de la mutación, mi celo volvió como un fantasma que me persiguía, haciéndome enrollar, torcer y frotar instintivamente mi débil cola de pez que acababa de tomar forma, tanto que incluso parecía estar coqueteando con la cola de Agares que era mucho más grande y áspera que la mía, coqueando hambrienta y torpemente como un recién nacido que necesitaba la leche de su madre.

No podía describir este maravilloso sentimiento...

Cuando toqueteé mi nueva cola, definitivamente pude sentir que la estructura arriba de mis muslos no era diferente de mi forma humana (excepto por la delgada capa de membranas con fisuras invisibles, de mi vértebra caudal hasta el agujero en mi trasero). Incluso la función de estas estructuras no debería tener ninguna diferencia significativa con respecto a mi forma original. Sin embargo, se sentía como si todos mis puntos sensibles estuvieran cubiertos por las escamas, y solo frotarme contra la cola de Agares ya me hacía sentir tan cómodo que me sentía en el cielo.

Debido a esto, no pude evitar recodar la escena en la que acaricié descuidadamente la cola de Agares en el barco. Ahora sabía por qué se comportó así en aquel entonces, porque, por un lado, acariciar su cola con tanta impetuosidad era como tocar su zona sensible, y por el otro, ello también desprendía involuntariamente una señal de cortejo: "Oye, vamos. ¡Te pertenezco, ven y hazme tuyo rápido!".
Las colas de pez no son algo que uno pueda tocar de manera casual, por eso Agares debió haber pensado que lo estaba seduciendo, diablos...

Reflexioné mientras tocaba aturdido las escamas en mi mitad inferior, pero entonces la figura de Yukimura apareció ante mis ojos y mi alma comenzó a caerse. ¿Todavía puedo volver a ser humano? ¿O estoy destinado a seguir siendo un tritón por el resto de mi vida? Negué con la cabeza, y entonces Agares me abrazó fuertemente mientras besaba con cariño mi oreja alada recién formada. Este pensamiento parpadeante se extinguió rápidamente en mi cabeza, hundiéndose en el oscuro abismo, sepultado por la tentadora esencia que se acumulaba en mi nariz.

-¿Aún sientes dolor, Desharow?
Agares no sabía en lo que estaba pensando, solo me peinó tiernamente el cabello con sus manos palmeadas y movió mi cabeza para descansarla sobre su hombro. Pero, independientemente de cómo me tocara, eso solo provocaba que mi sangre se precipitara aún más.

Las Aventuras De Una Sirena Caliente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora