CAPITULO - 25

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Narrador.

Iron miraba afuera del carruaje el paisaje de su amada nación, siempre la había gustado la vista de este pero está le era muchos más agradable.

No como antes que grandes tropas de soldados marchaban, hombre caminando de forma severa y mujeres que estaban a lado de ellos igual de pulcras, niños oprimidos por el sistema educativo que apenas salían y jugaban.

Era como ver otro mundo, padre, madre he hijos saliendo sin miedo solo disfrutando de la vida, ancianos disfrutando de su tiempo y jóvenes soldados pasando un rato agradable sin presiones de la guerra.

Le hubiera gustado vivir eso, pero al menos fue más pacífico que la mayoría por su posición de príncipe heredero en aquellos años lejanos.

-es Buenos que los jóvenes disfruten de esto- dijo en voz alta para si mismo, le faltaba poco para llegar pero podía relajar su agotado cuerpo dura te unos momentos más.

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Luego de casi media hora por gin el antiguo general el dragón del este había llegado a su destino, siendo recibido con todo el honor de alguien de su estampa.

-principe Iron se le da la bienvenida a el palacio, permítame lo acompaño hasta donde la dama del fuego Mei- hablo el comandante de la tropa en turno.

-¿Dónde está mi sobrino el señor del fuego?- le extraño saber que no se encontraba en el palacio siendo esto que había viajado de tan lejos para verlo lo antes posible.

-hasta dónde se sabe salió del palacio a una importante misión junto con el Avatar, la maestra katara y la guerra kihoshi Ty Lee- le informo sin quitar en lo más mínimo su recta postura.

-comprendo- le hizo saber para poder calmarlo -llévame con la dama del fuego entonces, el tema que quiero tratar con ella es de suma importancia y el tiempo es crucial-

Tras decir esto el comandante escoltó al el príncipe por los pasillos del poco concurrido palacio.

El de barba contempló cada parte, estando feliz de que su sobrino guardara la mayoría de las viejas cortinas que daban un aspecto intimidante para así permitir pasar ma sola luz y dejar ver un lugar más pacífico.

-hemos llegado príncipe Iron- informo con la misma seriedad y respeto.

-gracias, puede retirarse- tras despedirlo el soldado se fue no sin antes hacer una reverencia para luego alejarse de ahí.

El mayor un vez solo en el pasillo tocó la puerta de la sala a la que estaba apunto a entrar (la oficina de Zuko)

Tras recibir la afirmación de su presencia se le invito a pasar.

-buenas tardes Mei, ¿Cómo has estado?- pregunto el mayor entrando a el lugar interrumpiendo el trabajo de la más joven.

-Iron es bueno verte- le saludo Mei con su monótono tono de hablar pro con una pisca de simpatía- algunos problemas con estos terroristas pero esperemos por los espíritus que esto acabe cuánto antes- trato de ser optimista (tenía tiempo trabajando en ello)

-es bueno que se esfuercen tanto, pero vengo por esto- dijo sacando el emblema que le habían enviado- temo mucho que los problemas solo están empezando a seguir, pero quisiera que Zuko y el avatar estén aquí para hablar con ellos ¿No sabes cuánto tiempo tardaran?- le pregunto.

-no tengo idea de cuánto puedan tardar, hasta donde se fueron a buscar a Azula- le confesó.

-¿Azula?- incrédulo cuestión, había años no sabía nada de su joven sobrina.

-asi es, lograron encontrala después de tanto tiempo, no tengo muchos detalles solo que vive entre la frontera del Reino tierra y nuestra nación en el territorio no reclamado-

-estoy puede ser más preocupante- opino con miedo de que la de ojos dorados fuera parte del problema, sería un desastre de ser asi.

Esto fue notado por la joven que de inmediato detuvo el torrencial de pensamientos.

-lo dudo, según Aang y sus amigos ella a estado ejerciendo como doctor durante todo este tiempo- termino de dar el informe.

-necesitamos ponernos al corriente, que me expliques de mejor manera a detalle todo lo que pasa- propuso.

-en eso pueden ayudar más sokka y Thop posiblemente, sokka este con Suki paseando por el palacio y Thop tal vez entre los muros-

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¡¡HAAAAAAAAAAAAAA!!

¡¡AYUDA POR FAVOR!!

¡¡UN DOCTOR RAPIDO!!

¡¡NO QUIERO MORIR!!

¡¡TRAIGAN AYUDA!!

-bisturi...- Dijo mientras extendía su mano para tomar el instrumento de su maleta.

Estaba sola en ese momento.

Los gritos en busca de ayuda no paraba y la presión aumentaba.

Maestros tierra de aquí a haya levantaban rocas tan rápido podían y generaban nuevos y más resistente cimientos.

-cierra para huesos-...

¡¡HAAAAAAAAAAAAAA!!

Gritaba el hombre mientras su pierna era separada de su cuerpo, la anestesia no había tenido tiempo de reaccionar pero tampoco podía esperar mucho.

-necesito un poco de más luz-...

Decía la doctora mientras realizaba una amputación, una de las minas había colapsado por lo cual habiendo ido de emergencia atender a los heridos de gravedad.

Una vez termino el corte empezó a cerrarlos aplicando varios puntos de sutura y venteando con fuerza sin retirar el torniquete, no era como su quirófano, no tenía tiempo ni para cerrar la herida.

Estaba contra el reloj.

Era desesperante, era claro que no salvaría a todos esa noche.

-no dejen de apretar el torniquete, no queremos que se desangre aquí mismo- ordeno a otros de los mineros que arrastraba el cuerpos de su compañero el cual gritaba de dolor.

Sin más la joven fue corriendo a el siguiente herido.

-Agni deja salvar uno más, solo uno más es todo lo que pido- dijo ésto mientras preparaba su instrumental, limpiado de forma tosca por ella misma.

Sujin y Ming estaban en la entrada de la mina ordenando a los heridos y ayudarlos lo más posible con su malestar junto con la ayuda de otros habitantes.

-muerda esto- dijo extendido un pañuelo el cual el sujeto mordió- estará bien lo prometo - siguió para poder sacar una jeringa con un poco de anestesia.

El hombre no duraría mucho, más de la mitad de el estaba bajo las rocas y su cuerpo solo sobrevivía de milagro, pero aún así lo intentaría aún así fracasará.

Estando a punto de pinchar este apartó la jeringa de el con un movimiento de su mano.

-déjame morir- suplico mientras no dejaba de escupir sangre por la boca, posiblemente desangrado interno o un órgano perforado pero no lo podría confirmar hasta no tratar de quitar las rocas.

-no puedo hacer eso, usted vivirá y tendrá muchos hijos...- decía esto mientras varios maestros tierra llegaban y quitaban más escombros aprovechando para inyectar por fin al sujeto -la vida es tan hermosa que incluso usted necesitará dejar un poco de si en ella- una vez más despejado empezó a trabajar sobre el y tratar de curarlo.

...

-¿De que te escondes?-

-no me estoy escondiendo maestro- contesto.

-claro que lo haces, todo el mundo lo hace, pero nunca sabremos de que nos escondemos hasta que lo vemos a la cara así que dime... ¿De que te escondes, Azui?¿O debería decir princesa Azula?- le cuestión su primer maestro mostrando un arfiche con la cara de la joven.

AZULA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora