CAPITULO - 29

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Narra Ty Lee.

Debés en cuando miraba a Azula, se miraba un pico rígida, como si resistiera el impulso de lanzarse en contra de nosotros y hacernos carbón en estos mismos momentos.

Pese lo deliciosa que era la comida, era difícil de disfrutar por la tensión que había.

Cualquiera de nosotros pensamos que si decíamos algo por más mínimo que fueramos a desataramos una gran batalla en la cocina de la casa/hospital de Azula.

Terminamos todos la comida al mismos tiempo por lo cual empezamos a recojer la mesa y dejamos los platos en el fregadero para así lavar estos.

No ocupo dar muchas explicaciones apartir de aquí ya que solo fue ordenar todo.

Hasta que otra vez escuché la voz Azula, pero era diferente había una gran cantidad de cansancio en cada una de sus palabras y una enorme cantidad de desesperación enfermiza.

-Su, muestrales dónde dormirán está noches... Si me necesitan estaré en mi despacho terminando los informes- no dijo nada más y solo se fue.

Mire a Sujin la cual parecía querer decir algo pero contuvo sus palabras y cambio su mueca de tristeza a una de resignación como si eso se repitiera más de lo que nos imaginamos normalmente.

-siganme por favor- nos pidió por lo cual obedecimos.

...

El cuarto era pequeño, así que tendríamos que compartir pero pareciera que eso no sería ningún problema, al menos para mí (ventajas de vivir en la casa de los guerreros)

Deje mis cosas ordenadas en una esquina y me puse más cómoda para así poder descansar.

...

¡MALDITO AGNI!

Me desperté asustada de mi lugar por el grito, que se escuchó, mis compañeros de viaje parecían no inmutarse por el sonido ya que seguían dormidos (el trabajo de aquel día los había dejado agotados a más no poder)

Mire dónde la cama de Sujin y Ming pero ninguna de las dos estaba, por lo cual me levanté y fui a la puerta, a el otro lado el sonido era más fuerte por lo cual distinguir el sonido de las tablas moverse entre pasos pesados y torpes.

Llegué al fando del pasillo donde estaban las dos enfermeras con la cabeza agachada en pena y frustración, mentiras hablaban, agudice más mis oídos buscando persibir algo.

-sabes que no podemos hacer nada en absoluto- escuché la voz de quién supongo era Ming, parecía preocupada pero parecía controlar su tono.

-estoy se lleva repitiendo desde que llegaron ellos hace un mes- la de ojos verdes se empezó a aquejar, por lo cual me escondí para tratar de escuchar mejor de que hablaban.

-pero no podemos hacer nada- -sabes lo que pasó la última vez que entramos ella estando asi- parecía importante. Preste más atención.

-casi pierdo la cejas, pero es difícil no preocuparse, pese ser una buena doctora también necesita ayuda- argumento, pero antes de poder continuar se escuchó otro golpe.

Y el rechinar de la puerta mientras se habría, me asome un poco viendo a una desarreglada Azula que sostenía una botella en su mano mientras daba un sorbo bastante grande.

-vallanna dormir aún es muy tarde para estar despiertos-

Para luego cerrarla nuevamente, escuché los suspiro de cansancio y el inicio de los pasos de ella dos que regresaban a descansara por lo cual fui más rápida para llegar a el cuarto y así no notarán que las estaba espiando (lo cual no fue problema)

Me arope rápido y fingir estar dormida, luego de que ellas dos llegarán y después de intuir que habían dormido solté un suspiro, era muy temprano aun.

Baje de la cama nuevamente y en silencio salí nuevamente.

El camino a el despacho de Azula era corto, me coloque fuera de su oficina y en silencio abrí la puerta, podía ver una parte de su brazo mientras estaba de espaldas, no podía ver del todo de que era la botella, pero no dudaría en pensar que talvez sea algún licor.

Eso me extrañó mucho ya que incluso cuando nos ofrecieron por invadir Ba Sing Se ella lo rechazó de inmediato después de dar un sorbo y declarar en voz alta que era la peor cosa que había saboreado en su vida.

Escuché unos ligeros ronquidos por lo cula me aventure a entrar tratando de no despertarla.

Las tablas rechinaban un pico por lo cual me obligue a no recargar todo mi peso, con un poco de mi agilidad llegué al otro extremo de su escritorio, notando que justamente estaba dormida o eso creo.

Pero aún así no dejaba de ser aterrador, tenía los ojos abiertos mientras miraba por la ventana pero aún así no reaccionaba en absoluto.

Me di el lujo de ver un poco el lugar, solo muchos libros en estantes ordenados por clasificación y complejidad, esquemas clínicos de el cuerpo, un esqueleto humano (real), y una enorme variedad de medicamentos y objetos embotellados, lo más normal que un doctor podría tener.

Pase una de mis manos enfrente de ella tratando de comprobar que estuviera dormida y no me tomara el pelo, una vez comprobé que era verdad baje del escritorio haciendo mucho ruido.

...

En un momento a otro estaba en el suelo sometida, por la de ojos dorados quien solo me miraba mientras seguía tomando de aquella botella.

-crei que serías más inteligente Ty Lee para saber que no debías de irrumpir en mi oficina- me dijo, sus palabras salían arrastradas con cada cosa que decía pero parecía tener aún suficiente energía aún para una pelea.

-escuche un ruido fuerte y vine a ver qué ocurria, escuche a Sujin y a Ming hablando de un problema que tenías relacionado con nosotros- me expliqué aún más rápido cuando sentí que la presión que ejercía sobre mi aumentaba al igual que la temperatura de su mano, me quería asesinar aquí mismo -me escondí de ellas y vine a ver cómo estabas por mi cuenta- termine mi argumento de la mejor manera posible pero ni yo misma me puedo convencer de ello, siempre fue difícil mentirle a un mentiroso profesional

-y...¿Cómo crees que estoy?- me preguntó mientras daba otro sorbo, para luego soltarme y ella sentarse en el suelo de forma torpe.

Si la antigua Azula mirara a la actual es seguro que cometería asesinato contra ella misma... O suicidio...

-no lo sé... Tu aura... Tu aura es tan pesada y tan errática que no puedo ni distinguir que es que- me acomode mejor, no se cuento dure esto pero dudo que mucho.

-bien...- siguió bebiendo, ella noto que miraba aquel líquido por lo cual ella lo miro también y por último a mi -lamento no poder ofrecerte... Pero es jugo de cactus- sin más se lavando y seguí su ejemplo.

-yo... Buenas noches Azula...- me despedí de ella.

-es Azui- fue lo último que escuché de ella antes de que regresará a su silla y no moverse de ahí.

Tengo que contarle esto a Zuko en un lugar mas privado.

Apresure mi paso para poder hablar con el antes de que amanezca por completo.

AZULA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora