Prólogo:

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«Vengativo plan»

SERENA:

Lo conocí una tarde, por mera casualidad, después de que me rescató de un posible atropello. Y aunque no me gustaba admitirlo, quedé prendada por él desde un principio, y no fue por ese porte elegante, ese rostro bello y esos ojos azules que brillaban como valiosos zafiros y que realmente lo caracterizaban. Si no que me dejó encantada con su forma de ser, con ese trato dulce y esa caballerosidad que siempre tenía hacia mí. Fue inevitable que, tras seguirnos frecuentando, no quedara enamorada de él al poco tiempo. Y todo entre los dos, era tan perfecto, que me sentía en un bello sueño. Pero como siempre, los sueños a veces suelen ser horribles pesadillas. Pues un día, mi tan amado mundo de ensueño se desmoronó, y ¡Oh desilusión que me llevé! Pues tarde me di cuenta de que, el hombre del que tontamente me enamoré, aquel que creí que podría ser el nuevo compañero perfecto para compartir una vida, aquel que me haría creer de nuevo en el amor, era solo un hombre despechado, que buscaba vengar su orgullo herido y pisoteado a como diera lugar. Pero lo que terminó de abrirme los ojos, fue saber que yo solo había sido usada con el fin para obtener su vengativo plan. Se me hizo perfecto cuando creí que, además de guapo, era amable, generoso, y lindo, no solo conmigo, sino con todo aquel que me rodeara. Pero fui muy estúpida al dejarme engañar tan fácilmente. Incluso terminé más lastimada que la primera vez que me enamoré. Por lo que, con el corazón peor de herido y destrozado, no tuve más remedio que huir a algún lugar para poder sanar aquellas terribles heridas. Pero, mientras intentaba rehacer mi vida, fue cuando me di cuenta de que él no me dejaría ir, así como así. Pero yo ya no podía tenerle la misma confianza que antes. Si lo hacía, me arriesgaba a que terminara de aniquilar lo poco que quedaba de mi destrozado corazón. Pero él estaba decidido a hacer lo que fuese necesario, con tal de obtener mi perdón. Solo que, esta vez, yo no estaba dispuesta a ser tan dulce y gentil. Esta vez, aunque aún lo amara con toda mi alma, sabía que se arrepentiría de lo que su cruel venganza había hecho. Sabía que pagaría con creces por haber utilizado mis sentimientos a su antojo.

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ATRAPADA POR EL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora