ATRAPADA POR EL AMOR

Capítulo 21:

«Karma»

(En este capítulo, les hago la misma observación que en los anteriores, en donde el diálogo es de Mina. Cuidado no se vayan a confundir.)

***Las Vegas***

***Flashback***

—¿Armand? —murmuré sin poder asimilarlo.

—¿Qué es lo que tramas, Mina? ¿Por qué estas vacaciones tan precipitadas? —resoplé.

—No tengo por qué contestar a tus preguntas. En cambio, tú si tienes que responderme. ¿Por qué estás aquí? ¿Qué acaso no te quedó claro que ya no quiero nada contigo? —vi como su mandíbula se apretó al sentirse molesto.

—Si me quedaba alguna duda, ahora mismo termino de confirmar que solo fui un pelele que al parecer te sirvió únicamente para salir del apuro en el que estabas, ¿No? —reí.

—¡Obvio! Eso estaba más que claro desde un principio. ¿No me digas que creíste ilusamente que lo nuestro podría llegar a algo más? —su silencio me dio la respuesta. Por lo cual no pude hacer más que volver a reír. —Eres un imbécil. ¿Cómo puedes siquiera imaginar que iba a pretender algo serio contigo? ¡Eres un hombre casado! Y por si eso no fuera poco, además te acabas de convertir en padre. ¿Tienes acaso un poco de dignidad o decencia? Digo, sí, nos la pasamos muy rico, pese a que fue por poco tiempo, pero no hubo nada más. Nunca tuve ni la más mínima intención de relacionarme sentimentalmente contigo.

—¡Llegué a amarte, Mina! —su declaración me dejó muda momentáneamente, pero después me eché a reír sin control.

—De nuevo te lo repito. Eres un iluso. No sé cómo dices que te enamoraste de mí en tan poco tiempo, si para mí, no fuiste más que un escalón momentáneo que tuve que tomar forzosamente, como ya bien dijiste, para salir del apuro —me tomó de los brazos, sacudiéndome ligeramente.

—Pasamos tantas horas juntos. Tantas cosas... No me digas que... —rodé los ojos con fastidio.

—Todo ese tiempo que dices que compartimos, la verdad me dio absolutamente igual. Incluso ya estos últimos días que estuvimos conviviendo juntos me estaba abrumando y aburriendo de tu presencia. Sobre todo, porque te pusiste demasiado intenso. En pocas palabras ya no te soportaba. Por eso decidí irme, sin importarme si me arruinabas o me corrías del bufete. A fin de cuentas, tengo otro atajo con el cual sé que puedo salir adelante —me soltó apesadumbrado. Y pude ver esa clara humillación en sus ojos. Un gesto que me gustaba tanto ver en ellos.

—No.... no puedo creer que seas así. No puedo creer que no tengas corazón ni remordimiento —resoplé sonriente.

—¡Qué puedo decir! Así soy, y lo he sido siempre. No creas que eres el único idiota que se ha enamorado de mí. Al contrario. Es absolutamente normal que me vean encantadora, sexy... —me encogí de hombros. —He dejado llorando a varios en el camino, pero no me importa. No estoy interesada en esa estúpida ideología del amor. Y así voy a continuar, porque dudo que llegue a mi vida algún hombre que me haga desistir de mis ideales —claramente mentí al decir esto último. Pues, aunque admito que no siento amor por ese único hombre con el que me he obsesionado, también sé aceptar que me gusta cómo me hace soñar con un futuro juntos. Un futuro en el que puede darme la vida de reina que tanto me merezco. Su cariño, y esos buenos momentos, serían solo un plus de beneficios que obtendría con ello.

—Algún día de estos, vas a pagar caro por todo lo que haces. La vida te lo regresará con creces... —sonreí.

—"Algún día..." tal vez me tocará sufrir ese bendito karma. Pero hoy, solo me queda disfrutarla.