Capítulo 3:

465 60 25
                                    

«Una nueva esperanza»

DARIEN:

—Así es como dejo estipuladas mis acciones. Espero y estas se cumplan como deben de ser. Y ya por último, agradezco a los demás accionistas. Amigos y conocidos, por haber trabajado con esfuerzo y dedicación en nuestros hoteles. Que saben bien, son patrimonio no solo de mi familia, sino de cada uno de ustedes. Deseo que continúen trabajando con la misma dedicación. Pero recuerden siempre, que antes de cualquier patrimonio monetario...

—Está la familia... —susurré esa frase que siempre nos decía a mi padre y a mí. A lo que mi padre, al escucharme, sonrió y asintió a la vez.

—Fue un gusto haber trabajado con ustedes. Y haberlos conocido —el abogado levantó la cabeza, terminando de leer. —Eso es todo —concluyó, y solo hasta que tomó asiento de nuevo, fue que yo me incliné sobre la mesa para hablar con mi padre.

—Papá, ¿Tu sabías algo...de esta decisión? ¿Sabías que mamá había puesto a mi novia en su testamento? —soltó una risita.

—Por supuesto que lo sabía, hijo. Incluso me preguntó si a mí me parecían bien sus decisiones.

—Pero... pero... ¿Por qué hizo eso? ¡¿Cuándo fue que hizo estos cambios?! —insistí sin poder salir del asombro.

—¿Por qué? ¿Te molesta? —resoplé.

—¡Por supuesto que no, papá! Es solo que.... me ha tomado completamente desprevenido. Digo, de Andrew lo entiendo. Ha convivido con nuestra familia por más de quince años. Es como un hermano para mí. ¡Se lo merece, carajo! ¿Pero mi novia? ¡Mamá apenas la conoció hace más de dos meses! ¡Y solo ha convivido en unas cuantas ocasiones con ella! ¿Tanto así la estimaba? ¡¿Tanto así se ganó su confianza?! —rio.

—Tanto así, hijo. Tu madre tuvo buen ojo en esa muchacha. Sabía que era la correcta para ti. Incluso me dijo que, estaba tranquila, ya que, el amor que decía tenerte, se le notaba hasta en la mirada. Tu madre simplemente fue inteligente —asentí incrédulo. —Llámalo intuición femenina si quieres. Pero tu madre supo que esa muchacha era tu alma gemela. Tal como ella fue la mía. Así que, ya sabes. Ahora debes hablarle a tu novia de lo que se habló en esta junta. Y decirle que, a partir de hoy, es dueña del cinco por ciento de los hoteles Shields. —¡Mierda! Estaba en serios problemas. ¿Ahora qué carajos iba a hacer? ¿Cómo carajos le diría a Serena que es dueña de los hoteles también, si ni siquiera quiere saber de mí? Pero principalmente, ¿Cómo le haría para encontrarla? Si se fue sin dejar rastro alguno. Y la verdad, dudaba mucho que su familia me diera pistas sobre su paradero.

—Disculpen —uno de nuestros abogados, se acercó a nosotros, interrumpiendo mi diatriba mental. —La señora Neherenia ha dejado estas cartas para cada una de las personas que mencionó en su testamento —murmuró dándonos el sobre cerrado que nos correspondía a cada uno. Y no pasé desapercibido, como a papá se le cristalizó la mirada, y hasta agarró el sobre con cariño y anhelo.

—Gracias. Por cierto, disculpe, pero.... ¿Yo podría recibir el sobre de la señorita Tsukino? Como ya lo dejó escrito mi madre, ella es mi novia —murmuré con algo de pena, pues todavía no se me olvidaba la cara de asombro que pusieron y me dieron todos, cuando se dijo que esa mujer mencionada en el testamento, era mi prometida. Pues mamá había mentido un poco, y lo había hecho más formal, para evitar demasiadas especulaciones o conflictos. Pero por suerte, no hubo nadie que protestara o que estuviese en contra.

—Bueno, no creo que haya problema alguno. Aquí tiene —tras agradecerle con un apretón de manos, el abogado se retiró.

—¿Les parece si salimos a comer los tres, para conversar sobre esto? —propuso papá, invitando a Andrew a nuestra comida, a lo que, sin ningún problema acepté que se nos uniera.

ATRAPADA POR EL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora