Atracción Genética © YOONMIN

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Jimin miró a su madre que estaba riendo, y luego miró el arma que estaba entre ambos. El arma apuntaba al estómago de Seomin. Jimin agarró el arma y ella rió a carcajadas, hasta que las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

—¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio! —gritó.

Jimin agarró el rostro de su madre. Y besó su mejilla. —Yo te odio más. Y ahora me quedaré viviendo feliz con Yoongi, con mi padre, mientras tú ardes en el infierno.

Seomin gritó y Jimin agarró el arma, le disparó en el estómago, luego en el pecho y finalmente en la cabeza.

Se apresuró a correr junto a Yoongi, y quitó el cuchillo que estaba en su pierna, Jimin lloró y abrazó a Yoongi, el cuerpo sin vida de su madre estaba allí tendido en el piso.

Jimin lloró y gritó en los brazos de Yoongi. Él había matado a su propia madre. Él es un asesino. Escuchó vagamente que Yoongi llamaba a alguien. La mente de Jimin estaba nublado, sentía que en cualquier momento su madre se levantaría a hacerle algo.

Jimin comenzó a vomitar, y Yoongi solo lo sostenía, no podía moverse por el dolor en sus piernas. Jimin estaba balbuceando cosas inentendibles.

—¡Jimin! ¡Mírame! Tranquilo amor... ya pasó.

—Yo la maté. Yo la maté. Yo la maté. Yo la maté.

—¡Jimin! ¡Jiminnie!

—Ella vendrá por mí. Yo la maté y ella vendrá por mí.

Yoongi estaba desesperado, Jimin estaba totalmente fuera de sí, no lo escuchaba, hasta que el menor comenzó a tener un ataque de pánico. Jimin cayó en los brazos de Yoongi.

Yoongi estaba llorando, tratando de despertar a Jimin. Pero no pudo, la lluvia intensa impedía que pudiera escuchar más. Solo rogaba porque todo acabara de una vez y que la salud mental de Jimin esté bien.

El hombre que estaba en el piso se levantó, y tomó rápidamente el arma. —Malditos hijos de putas. Esa mujer iba a pagarme un buen dinero, y ahora no lo tendré por culpa de ustedes.

Apuntó a Yoongi y a Jimin, y gracias a la fuerte lluvia no escuchó el momento en el que la policía llegó. Abrieron la puerta y saltaron sobre el hombre, le quitaron el arma y lo llevaron esposado en la patrulla. Ayudaron a Jimin y a Yoongi a ir al hospital.

Yoongi solo decía el nombre de Jimin hasta que se quedó dormido.

Yoongi estaba en una silla de ruedas, sus heridas fueron tratadas y la bala fue extraída de su pierna derecha. El doctor dijo que tuvo suerte de no haber lesionado un nervio o una arteria importante.

Ya pasaron tres días de lo ocurrido y Jimin aún dormía. Despertó un par de veces pero lo tuvieron que sedar, porque todas las veces gritaba descontroladamente. Todos los traumas que vivió desde su niñez y lo que pasó hace unos días hicieron que su nivel de estrés llegará hasta el tope.

La salud mental de Jimin no estaba bien. Yoongi tenía tanto miedo, de que no pudiera estar con él. De que quisieran llevarlo a una clínica lejos.

Ese día, Yoongi le dijo a la policía que fue el hombre quién disparó contra Seomin. Y él sólo declaró como la víctima, el hombre ya tenía varios cargos contra él y una orden de captura. Así que ellos quedaron libres de ese tema.

Pero sabía que para Jimin sería muy difícil olvidar. Literalmente él mató a su propia madre, y Yoongi se lamentaba tanto no haber sido él quien la mató, así Jimin no llevaría esa carga sobre sus hombros.

Esa mujer aún después de la muerte seguía atormentando a su hijo. Yoongi se sentía culpable, si hubiese sido más cuidadoso, esa mujer no habría hecho lo que hizo. Jimin no tendría que presenciar todo lo que vio.

Yoongi aún recuerda con asco que esa mujer lo montó. Jamás se sintió tan mal como en ese momento, ahora entendía un poco de lo que Jimin sintió, porque no quería que nadie lo tocara.

Yoongi se sentía sucio.

Y no quería estar sucio para Jimin. Él quería estar limpio. Pero no importa cuántas veces se bañara, los toques asquerosos de esa mujer seguían allí.

Hobi estuvo con él todos los siguientes días. Jimin no podía mantenerse despierto un segundo porque ya tenía ataques de pánico. Taehyung vino a visitarlo y aunque a Yoongi le molestaba no dijo nada, pensó que tal vez Jimin estaba escuchando mientras duerme.

Pero Jimin no podía seguir siendo sedado. En una semana había bajado mucho de peso, su rostro estaba pálido.

Yoongi no sabía qué hacer. Hasta que Jimin despertó un día, no gritó, ni lloró, no tuvo un ataque de pánico.

—¡Jimin! ¡Despertaste!

Jimin lo miró con el ceño fruncido. Entonces preguntó. —¿Quién eres?

Yoongi se dió cuenta entonces, que Jimin tal vez perdió la memoria a causa del shock que recibió.

Soy tu papá.

—Soy Yoongi. Tu novio.