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──¿Tú eres Park Jimin?

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──¿Tú eres Park Jimin?

El peli naranja asintió al hombre a quién serviría esa noche.

──¡Pero si eres un niño!

──Ya tengo 17, no soy un niño, usted tampoco se ve viejo.

──Tengo 39 años.

22 años de diferencia.

──Estoy acostumbrado a estar con hombres mayores. ¿Es casado?

──No. ¿Duermes con hombres casados?

──La mayoría de los hombres que me buscan son casados, me usan un rato y luego vuelven a sus vidas matrimoniales.

La forma tan robótica en la que el menor hablaba hizo que el corazón de Yoongi se inquiete.

──Eres muy joven para mí, lo siento.

──Puedo satisfacerlo bien señor, si me permite.

──No voy a pedirle a un niño que haga nada por mí. ──dijo tomando sus cosas para marcharse.

Jimin se desesperó, pues sabía lo que le esperaba en su casa si no llegaba con el dinero del cliente.

──S-señor... Por favor, déjeme hacerle cualquier cosa, por favor, no puedo llegar a mi casa sin dinero.

Suplicó, y el corazón de Yoongi volvió a sentir aquel tirón doloroso.

──¿Harás cualquier cosa por mi?

──Sí.

Jimin se preparó para recibir la orden de algún fetiche extraño, aunque posiblemente ya haya conocido todos los fetiches posibles, sus clientes le pedían hacer cada cosa.

──Ayúdame a organizar algunos papeles que tengo pendientes.

──¿Qué?

──Dijiste que harías cualquier cosa, pues ya te lo dije, o me voy.

──¡No! Le ayudaré.

El mayor asintió y los dos se sentaron en una mesa que había en el centro de la habitación del hotel. Yoongi pidió servicio a la habitación y se vio enternecido como el peli naranja devoraba sus mochis con emoción.

──Uff... Esto es cansador. ──dijo el mayor quejándose.

Miró en dirección al menor y vio como supo acomodar los documentos por fecha y totalmente ordenado. Sonrió complacido.

──Muy bien hecho, serías un buen asistente. ¿Qué planeas estudiar en la universidad?

──No estudiaré nada.

──Pero por qué, si se ve que eres un chico inteligente.

Y tenía razón, las notas de Jimin eran altas en el colegio, pero su madre siempre le decía que era por abrir las piernas, aunque Jimin se pasaba las noches libres leyendo libros y estudiando.

──Mi madre dice que tengo que llevar dinero a casa, si entro a alguna universidad no podré llevar la misma cantidad.

──Eso es explotación laboral. No deberías dejar que te impidan seguir tus sueños.

──Si no hago lo que ella y su novio me dicen, me echarán de la casa.

Yoongi lo observó por un minuto, el rostro del chico parecía serio, sin emociones, su piel era de porcelana, como si fuera una muñeca.

Una muñeca vacía.

──Pero si buscas trabajo puedes pagarte un lugar para vivir.

──Soy menor de edad, aún dependo de mi madre.

──¿Cuánto falta para que cumplas 18?

──Varios meses.

Yoongi no preguntó más, Jimin estaba algo reacio a responderle y también se notaba que no quería tocar el tema de su madre.

Vio como el pequeño bostezaba y frotaba sus ojitos, se le hicieron bastante tierno.

──Aún nos quedan unas horas, ve a la cama, a dormir.

Jimin lo miró con cierto deje de incertidumbre.

──¿Se irá sin pagarme?

Yoongi rió bajito. La desconfianza del menor le pareció algo tierno.

──No lo haré, pero se nota que tienes sueño.

──Entonces duerma conmigo.

Yoongi se sorprendió de aquello, iba a negarse pero cuando vio los somnolientos ojos del menor accedió y se quitó los zapatos para acostarse con él.

Giró a mirar la silueta acostada a su lado, la respiración de Jimin era suave. Su piel hermosa y sus mejillas abultadas y rosáceas.

Yoongi pensó que era lindo.

Yoongi no supo cuando pero se quedó dormido a lado del hermoso niño.

Y Yoongi se sintió cálido.

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Atracción Genética © YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora