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—Lo siento, tengo que irme

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—Lo siento, tengo que irme. —Yoongi se levantó rápidamente y casi sin despedirse salió del lugar.

Jimin quiso salir corriendo detrás de Yoongi. Pero su madre lo detuvo. —Déjalo en paz, ha de ser traumático para él saber lo puta que es su hijo. ¿Creías que no sabía que te follabas a Jungkook?

—Él me dijo que tú me echarás a la calle, él me obligó...

Una bofetada hizo que su rostro quedara hacia la derecha. Jimin quiso agarrar los cabellos de su madre y arrastrarla hacia cocina, clavarle un cuchillo en la garganta y que así por fin sea libre de ella. Se asustó por sus repentinos pensamientos.

—¡Tú lo sedujiste! Por eso él me dejó, todo es por tu culpa, desde que naciste mi vida fue un infierno... pero ahora ni te atrevas a decirle algo a Yoongi, lo voy a recuperar y tú no vas a meterte, no sabes de lo que soy capaz Jimin.

Jimin subió a su habitación, ese día no comió nada. Pero no sintió hambre, solo un dolor inmenso en su pecho, no quería que su madre le quitara a Yoongi, no quería.

Yoongi miró sus manos llenas de sangre, al llegar a su casa rompió todas las cosas que tenía enfrente hasta que la mesita de vidrio que tenía lo cortó

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Yoongi miró sus manos llenas de sangre, al llegar a su casa rompió todas las cosas que tenía enfrente hasta que la mesita de vidrio que tenía lo cortó.

Sabía que si se quedaba un minuto más en esa casa terminaría cometiendo homicidio, ahora le daba asco pensar que alguna vez estuvo enamorado de una persona tan horrible.

Su sangre aún hervía al recordar cómo esa maldita mujer tenía la osadía de insinuar que Jimin es una puta, y lo que más le enojó es saber que ella no cuidó a Jimin y dejó que su novio jugara con él.

Es que estaba a punto de agarrarle del cuello y romperla, todos esos momentos en los que Jimin le buscó llorando fueron culpa de ella, esa mujer es la culpable de su sufrimiento y el de un ángel como Jimin.

Pero no dejaría que Jimin esté con ella ni un minuto más, y no dejaría que esa mujer camine por ahí libre después de todo lo que hizo.

Inmediatamente llamó a Hobi.

—¿Yoongi? ¿Qué sucede?

—Hobi, necesito tu ayuda. Quiero que me ayudes a contactar a una persona.

¿A quién?

—Al hombre que te ofreció a Jimin. Jeon Jungkook.

Está bien, pero ten mucho cuidado.

Yoongi suspiró. Necesitaba reunir todo su autocontrol para hablar con ese hombre. Pero era necesario para llevar a cabo su plan.

Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos, fue a abrir. Allí se encontraba Jimin, con la respiración agitada, se notaba que corrió hasta su casa.

—¡Tus manos! ¿Qué te sucedió?

—Tranquilo cariño, solo... fue un accidente.

Jimin entró a la casa y vio todas las cosas tiradas allí. Todo estaba roto como si un animal hubiese entrado a destruirlo todo.

—¿Esto es mi culpa? Te pusiste así por lo que mi mamá te dijo... tú... ¿Le creíste?

Yoongi lo observó totalmente serio, sus ojos estaban oscuros y su mirada parecía una daga que trataba de entrar en el pecho de Jimin.

—No es tu culpa.

—Entiendo, debe ser horrible saber que tu hijo... tuvo relaciones con su padrastro, al parecer, atraigo a todas las figuras paternas de mi entorno.

—Bueno, cualquier hombre se pondría mal si sabe que su hijo fue abusado y que la madre no supo cuidarlo.

—¿Entonces no le creíste? —Jimin tenía los ojos bien abiertos. Un rayo de esperanza apareció en ellos.

—Jamás lo haría, tú eres mi niño, mi bebé.

—¿Entonces por qué te fuiste?

Yoongi se acercó a Jimin y tocó su rostro, la sangre de su mano manchó la tierna piel de Jimin, pero el menor no se inmutó, solo cerró los ojos y dejó que la grande y venosa mano de Yoongi bajara por su cuello, untando su sangre por él.

—Si me quedaba unos minutos más hubiese matado a tu mamá, y no puedo darme el lujo de irme a la cárcel y dejarte en sus manos.

—Lo siento.

Yoongi se fijó que las mejillas de Jimin estaban muy rojizas, como golpes.

—¿Qué te pasó aquí? ¿Esa mujer se atrevió a tocarte?

—Estoy bien, eso no importa. Déjame curar tus manos.

Yoongi estampó a Jimin contra la pared. El menor gimió y entonces metió su lengua en su boca. Jimin quería detenerlo, pero Yoongi devoró sus labios.

—No me digas que estás bien, no lo estás. Pero yo estoy aquí, haré que esa mujer pague por todo.

—Por favor, no me beses... no deberíamos hacer esto, me está matando saber que eres mi papá.

—¿Quién dijo que un padre no puede besar a su hijo? Además... ¿No te excita saber que mi sangre corre por tus venas? Porque a mí sí, eres mío Jimin... eres tan mío en todos los sentidos, me estás volviendo loco mi amor.

Jimin gimió cuando Yoongi chupó su cuello, si pensaba de esa forma, sí le excitaba saber que Yoongi y él estaban unidos de distintas formas. Le gustaba.

—Yoongi... tus manos, déjame... curarlas.

—Después de hacerte el amor mi pequeño.

El cuerpo de Jimin se tiñó de rojo, y Yoongi lo folló toda la noche, hasta que se cansó. Jimin era totalmente suyo, y Yoongi se lo haría saber a esa mujer.

 Jimin era totalmente suyo, y Yoongi se lo haría saber a esa mujer

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Atracción Genética © YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora