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Jimin se miró al espejo, inhaló y exhaló lentamente, como su psicóloga le había enseñado

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Jimin se miró al espejo, inhaló y exhaló lentamente, como su psicóloga le había enseñado.

—No estoy sucio. No estoy sucio.

Repetía una y otra vez mientras miraba su delgado cuerpo, las marcas de los moretones ya estaban desapareciendo y notó que subió más de peso, sus costillas ya no se notaban tanto como antes.

Su parte baja ya no le dolía, la hinchazón bajó completamente, según la revisión que tuvo con el médico hace unas semanas.

Y sobre todo, hace un mes que no tenía sexo con nadie, ninguna persona usaba su cuerpo para darse placer, Jimin era un chico normal ahora.

—No doy asco. No doy asco.

No le doy asco a mi hyung.

Pequeñas palabras que se repetía todos los días, y le estaban ayudando a enfrentarse a sí mismo y a todo lo que le pasó, fue una recomendación también de su psicóloga.

Hace un mes que Yoongi contrató a una psicóloga. La primera sesión fue la más difícil, tuvo muchos problemas para hablar de su vida en la casa de su madre, pero gracias a la paciencia y la amabilidad de la psicóloga, pudo hablar.

Nunca había llorado tanto como ese día. Siempre pensó que él no merecía nada en esta vida, y que sólo servía para ser usado, pero el señor Min le dijo claramente, "Eres el chico más valioso que conocí en toda mi vida, te mereces todo lo mejor". Recuerda como esa misma noche lloró en su habitación, mientras su hyung permanecía sentado junto a él en el suelo, dejando su mano cerca de la mano de Jimin, para no incomodar.

Jimin se sonrojó al pensar como después de eso su hyung lo ayudó muchísimo, le preparaba el desayuno y la cena, no lo dejaba salir de casa, a menos que sea con él, y le sugirió hacer un curso rápido en línea, para terminar la escuela, lo cuál el peli rosa agradeció totalmente, porque no se sentía capaz de regresar a la escuela.

En cuanto a su madre... le había enviado unos cuantos mensajes.

Mamá: Dónde mierda estás Jimin? Tienes que traer dinero a la casa.

Mamá: Maldito idiota malagradecido, cuando te encuentre sabrás.

Mamá: Espero que estés feliz pequeña mierda, Jungkook me abandonó por tu culpa, porque ya no traes dinero y no tengo como pagar nuestros gastos. Espero que te mueras en algún callejón.

Mamá: Cariño, perdóname, vuelve a casa sí... Me enteré que tuviste una pequeña pelea en la escuela... Te prometo que te cuidaré mejor... Vuelve, mamá te ama.

Mamá: No querrás que tú madre pase hambre y frío verdad?

Mamá: No sirves para nada solo para abrir las piernas... Vuelve inmediatamente maldito mocoso así tal vez te perdone.

Jimin simplemente apagó su celular, no aguantaba ver tantos mensajes, y Yoongi le dijo que le compraría otro celular, porque se dio cuenta cuán mortificado estaba Jimin sin decirle a su madre donde estaba.

Se vistió con un lindo suéter afelpado de color rosa que su hyung le compro. La tela era tan suave que jamás en su vida pensó tener algo de este tipo.

Jimin sonrió mientras salía de su habitación e iba directamente a la sala, dónde vería una película con su hyung. Los domingos eran días de descanso y pelis, y se quedaba horas viendo alguna serie o algo divertido.

Jimin vio a Yoongi llevarse unos pororós a la boca mientras buscaba algo en la televisión. Sonrió y se sentó a su lado en el sofá.

—Jiminnie... ¿Quieres ver algo? Hice mucho pororó para que no se terminen mientras vemos la película.

—Palomitas de maíz. —corrigió el menor con una risita.

—Pororó.

—Palomita de maíz.

—Pororó de maíz.

—Eres muy terco hyung. —se rió el menor.

—Es lo mismo que el aguacate, algunas personas lo llaman palta, esas personas son totalmente raras.

—Yo les digo palta.

—A tí se te perdona por ser lindo.

Jimin se sonrojó y se llevó unas palomitas a la boca. No sabía que responder a los halagos. Y su hyung le decía cosas bonitas todos los días.

Sin querer su rodilla tocó la rodilla de Yoongi, su corazón comenzó a bombear muy rápido, y sus mejillas se calentaron por el momento.

Yoongi lo notó y puso una expresión incómoda, y se alejó más de Jimin, puso el bowl de palomitas en medio de ellos para poder mantener la distancia.

La sonrisa de Jimin se desvaneció completamente y apretó sus puñitos sobre sus muslos.

Era bastante obvio que el señor Min no querría tocar a alguien como Jimin, tal vez todo lo que la psicóloga le decía era mentira, tal vez el señor Min lo halagaba por lástima, tal vez Jimin realmente estaba sucio y daba asco.

Jimin sentía una aguja clavándole el corazón, quería llorar pero no quería parecer un niño infantil que solo sabe soltar lágrimas, ya lloró bastante en el último mes.

Su madre le había dicho que solo servía para abrir las piernas, y que no valía nada, tal vez su madre tenía razón.

Su hyung jamás va a tocar a alguien como Jimin, jamás. 

 

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Atracción Genética © YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora