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Jimin se despertó temprano para arreglar su cabello, le gustaba el color rosado que tenía, era un día muy especial, su cumpleaños

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Jimin se despertó temprano para arreglar su cabello, le gustaba el color rosado que tenía, era un día muy especial, su cumpleaños. Por fin cumple 18 años y es oficialmente un adulto que puede tomar sus propias decisiones, al menos ya no tendría que esconderse de su madre, ella ya no tenía poder sobre él.

Dos meses pasaron desde que Yoongi le dijo a Jimin que estaba enamorado de él, aún no podía creer que eso fuera real. Desde aquella vez, los besos se fueron dando todos los días, Jimin se tocaba a veces pensando en su hyung, pero no podía evitarlo, cada día lo deseaba más.

Pero hoy por fin, podían unirse en un solo cuerpo, pues su hyung le había dicho una noche en la que Jimin quiso ir más allá, que espere hasta que cumpla 18 años, para hacer bien las cosas.

—Feliz cumpleaños cariño. —Yoongi rodeó a Jimin de la cintura y besó su cuello, mientras éste estaba preparando el desayuno.

—G-gracias...

"Esta noche vendré más temprano, no te preocupes por la cena, yo lo haré".

Jimin estaba tan feliz, que le daba miedo que todo fuera perfecto. Pareciera que esa alegría se esfumará en un segundo.

En el día recibió algunas felicitaciones, Hoseok le envió un mensaje, y también SeokJin, aunque fue algo incómodo para Jimin, recibir tantas disculpas por parte de aquellos chicos. Taehyung vino a traerle un regalo, dos anillos con unas escrituras antiguas en color rojos, según le dijo el chico, era un anillo con el símbolo del amor verdadero; si se la daba a la persona que más ama, se volverían a encontrar en la próxima vida que tengan.

Jimin rió cuando Taehyung le explicaba aquello como si fuese de verdad, realmente no cree que exista una reencarnación, pero sería bueno volverse a encontrar con su amor si hubiese una próxima vida; con Min Yoongi.

—Así que es como un hechizo para volver a encontrarte con tu pareja en otra vida. —preguntó Yoongi, cuando Jimin le contó sobre el regalo que recibió, al llegar de su trabajo.

—Sí, aunque no creo en esas cosas... m-me gustaría que usted tenga el otro anillo.

—Ya te dije que puedes tutearme. ¿Y... te gustaría encontrarte conmigo en tu próxima vida cariño?

—Sí es usted sí, quiero decir... si eres tú, quiero ir a donde sea.

Yoongi agarró el otro anillo y se lo puso, Jimin sonrió tan grande que el corazón de Yoongi comenzó a palpitar muy fuerte.

—Jimin, quiero hacerte mío.

Jimin se sonrojó ante aquellas repentinas palabras y asintió. —Ve a la habitación, yo arreglaré aquí y voy enseguida...quiero que estés desnudo cuando vaya.

Jimin se apresuró a ir a la habitación, y se desvistió lo más rápido que pudo, su hyung le había preparado una deliciosa cena e incluso le compró un pastel, todo era tan perfecto y ahora por fin haría el amor con Yoongi.

Se acostó en la cama y abrió sus piernas, sus manitos recorrieron su cuerpo en anticipación, escuchó la puerta abrirse y allí estaba Yoongi, caminando hacia él con una mirada oscura y lujuriosa.

—Eres tan precioso. —susurró mientras se subía a la cama y quedaba justo enfrente de las piernas de Jimin.

Acarició los muslos de Jimin y sus manos fueron subiendo lentamente hasta llegar al pene rosáceo y duro del menor.

Jimin gemía levemente y cuando su hyung agarró su pene, cerró sus ojos. Hace tanto que nadie lo tocaba que pensó que iba a correrse enseguida, y así lo hizo. Se corrió tanto con las manos de Yoongi que fue tan vergonzoso para él.

—Yo- es que no lo hago hace mucho.

—Tranquilo bebé, no necesitas resistirte... quiero que hoy disfrutes.

Yoongi esparció el semen de Jimin en su entrada y metió un dedo, cuidadosamente comenzó a explorar el interior cálido del pelirosa.

En unos minutos ya tenía tres dedos, Jimin gemía y se agarraba de las sábanas, la otra mano de Yoongi estaba acariciando el torso del menor, su piel tan suave, sus pezones oscuros y erectos, todo era perfecto en él.

—Hyung... ya estoy listo.

Yoongi sacó sus dedos y se sacó su ropa bajo la atenta mirada de Jimin, se puso un preservativo y derramó abundante lubricante sobre su pene. Se metió entre las piernas de Jimin y llevó el glande en la entrada del menor, lentamente fue introduciendo.

Jimin se sentía apretado, tal vez porque pasaron meses desde la última vez que lo hizo. Yoongi lo besó para distraerlo del dolor inicial, el menor se aferró a la espalda de su hyung y lo apretaba más hacia él, como si quisiera que fuesen una sola piel.

Yoongi esperó a que Jimin se acostumbre a su tamaño, las muecas de dolor desaparecieron y fueron reemplazadas por pequeñas lágrimas.

—Puedes moverte hyung. Por favor.

 Por favor

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Atracción Genética © YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora