Atracción Genética © YOONMIN

012

Yoongi estacionó su auto al costado de una plaza, bajó y buscó con la mirada a Jimin. Entonces lo vio, una cabellera rosada revoloteando con el viento, sus mejillas sonrojadas y mojadas a causa de sus lágrimas, sus pestañas largas y aguadas.

Un pequeño puchero en sus labios rosados y gruesos, podía ver cómo levemente temblaban éstos, no sabía si era por el frío que hacía ese día o porque estaba tratando de contener su llanto.

—Jimin...

El menor levantó su mirada y sin pensarlo dos veces se lanzó a los brazos de Yoongi, las manos grandes del señor Min apretaron su cintura y acariciaron su sedoso cabello.

—Hyung... Me pinté el cabello... Hyung. ¿Le gusta? —decía entre lágrimas.

—Estás hermoso Jiminnie, eres como un ángel.

Yoongi sostuvo a Jimin por un largo tiempo, hasta que el día comenzaba a hacerse noche y los vientos se volvieron más fríos, llevó consigo a Jimin en su auto y se dirigieron para su casa. Allí le dio un cambio de ropa a Jimin para que pudiera ducharse, mientras Yoongi le preparaba un café caliente con pan dulce. Jimin salió con el pelo mojado de la habitación de Yoongi, y él podía jurar que anhelaba ver esa imagen todos los días de su vida.

—Ven Jiminnie, te hice un café, siéntate aquí mientras te secó el cabello.

Jimin obedeció y se sentó en el sofá, tomó su sorbo del café y se sintió cálido. Las manos de su hyung acariciaban suavemente su cabello mientras lo secaba.

—Te queda muy hermoso este color, aunque cualquier color se vería bien en tí, tienes que usar un shampoo especial para cabellos teñidos.

—¿En serio? No lo sabía.

—Sí, iremos a comprar todas las cosas que necesitas, así que no te preocupes.

Jimin asintió y sonrió después de haber llorado tanto, se sentía bien, se sentía cálido y sobre todo mimado como nunca antes en su vida.

—No me preguntó por qué lo llamé.

—Me lo dirás cuando estés listo, no quiero incomodarte Jiminnie, puedo esperar.

Jimin sintió su corazón palpitar más fuerte. ¿Por qué Yoongi era tan bueno y tan especial con él? Lo más probable es que el señor Min veía en Jimin a su ex novia, aquella mujer a la que tanto amó. Aquel pensamiento hacía doler el corazón del menor.

—Tengo una amiga, ella es mi única amiga en la escuela, no sabe que es lo que hago pero aún así siempre fue muy buena conmigo y tiene un novio... Él... Yo...

—Jimin, no tienes que-

—Él me dijo que le diría a ella toda la verdad y me pidió que lo atienda como a un cliente... Él lo hizo y luego me pagó por mis servicios... Hyung...Soy una basura.

Yoongi apretó su mandíbula y se controló un momento, quería preguntar por el nombre de ese chico y su dirección para ir a partirle la cara. Tomó el rostro de Jimin y lo acunó en sus manos.

—Jimin... Jiminnie, tú no eres una basura, eres un ser precioso, o de lo contrario no te dolería esto. No es tu culpa, el idiota es él, él es quién hizo eso teniendo una novia... Tú no tuviste la culpa. Jimin hizo un pequeño puchero y Yoongi sintió que iba a desmayarse. Sin

pensarlo acercó sus labios con los contrario y dejó un beso pequeño y tierno en ellos.

Jimin lo miró sorprendido y con las mejillas rojas como un tomate. Yoongi rió internamente por la expresión confundida del peli rosa, y entonces se dio cuenta.

Yoongi estaba cayendo por aquel niño, y haría lo que fuera para salvarlo.

Porque Jimin hizo que su corazón vuelva a sentirse cálido después de tantos años. Jimin estaba salvando a Yoongi de la oscuridad.

—Vamos a dormir Jiminnie.

Jimin asintió abochornado y Yoongi lo cargó entre sus brazos, lo llevó a su habitación y acarició su cabello toda la noche, vigilando que el menor durmiera bien.