Capítulo 16

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Rick no entendía lo que su madre estaba proponiendo:

— Mamá, no es por contradecirte ni nada, pero ¿En serio crees que es buena idea llevar a la niña de papi psicópata para buscar a Sheila? – Le preguntó sin entender nada.

— Estoy junto a ustedes – Le recordó Roxanne.

— Lo sé – Respondió Rick, Olivia suspiró.

— Escuchen, no hay tiempo para esto – Aclaró Olivia – Ustedes conocen el bosque mejor que yo. Además, hay cuatro teléfonos en la casa y no quiero arriesgarme a que Roxanne use alguno.

— ¿Cómo que cuatro? – Preguntó Roxanne.

— El mío, el de Rick, el teléfono de pared y el de Sheila – Aclaró Olivia.

— Son cinco contando el de Roxanne – Dijo Rick.

— ¿Le dieron un teléfono a una invasora? – Preguntó Roxanne sin entender nada. Olivia se volvió a su hijo y lo miró con seriedad.

— Vayan a buscarla, yo me quedaré en casa por si regresa.


*****


Los dos hermanos caminaron por el bosque, pero con pensamientos muy diferentes en sus cabezas. Rick no dejaba de pensar en Sheila y en por qué había escapado. "¿Qué estás haciendo, Sheila?" se preguntaba una y otra vez. Roxanne, que caminaba detrás de él, no entendía por qué su hermano estaba tan preocupado. Aquella criatura no era una persona, no era humana ¿Por qué se preocupaba tanto por ella? ¿Acaso lo estaba manipulando? Roxanne no podía entender la actitud de su hermano. Lo único que estaba claro para ella es que su hermano ahora era un criminal. "No importa si es tu madre, tu hermano, incluso yo. No importa quién sea. Un enemigo del Estado es una amenaza para el país y, como tal, debe ser castigado por la ley" eso era lo que su padre solía decirle cada vez que Roxanne lo cuestionaba sobre por qué era tan agresivo en los interrogatorios.

Caminaron un par de metros más y Roxanne se detuvo un momento junto a un árbol. Al darse la vuelta, Rick notó que era aquel viejo árbol que él, Roxanne y Thomas, cuando aún se hablaban, visitaban para jugar. Todavía tenía las iniciales de sus nombres escritas en el tronco: R+T+R. Rick sintió un nudo en la garganta. Tal vez fuera la nostalgia de volver a ese lugar luego de tantos años, o quizás estaba muy preocupado. Roxanne lo miró y Rick no supo identificar su expresión:

— ¿Por qué lo haces? – Le preguntó – ¿Por qué arriesgas todo por... ella? – Rick dedujo que Roxanne quería decir "Esa criatura" o "Esa cosa", pero se contuvo.

— Porque ella no le ha hecho daño a nadie – Le dijo – Ella vino del espacio exterior y terminó en este planeta solo por casualidad. No tiene familia, ni siquiera sabe dónde están sus padres. Si estuvieras en esa situación ¿No querrías que alguien te ayudara? – Roxanne no respondió nada – No hay tiempo para esto. Sigamos.

Rick continuó caminando y Roxanne lo siguió unos segundos después. Mientras caminaban por el bosque, Rick mantenía su mirada puesta en el suelo, cuando Roxanne observó mejor el piso del bosque notó varias ramas rotas y hojas pisoteadas delante de ellos, lo que indicaba la presencia de pisadas por la zona. Dicho rastro era demasiado grande como para ser de una serpiente o una ardilla, lo que dejaba dos posibilidades: O alguien había dado un paseo por la zona o Sheila había pasado por ahí. Roxanne sonrió para sus adentros "No lo olvidaste" pensó.

Su padre les había enseñado a seguir un rastro cuando eran niños, así como también a orientarse en el bosque. Lógicamente, Roxanne tenía más experiencia y conocimiento que Rick, pues había estado con su padre por seis años antes de volver. Rick comenzó a frenar un poco el paso y se agachaba cada vez más para mirar el suelo. Roxanne miró un momento al cielo y notó que las nubes estaban moviéndose sobre el bosque, nubes muy espesas. Se llevó el dedo a la boca y lo mojó con saliva, levantó su brazo lo más que pudo y notó que el viento estaba soplando con algo de fuerza:

— Hay que volver – Le dijo y Rick la miró con rabia – Mira, respeto lo que intentas hacer. No puedo entenderlo, pero lo respeto.

— Directo al punto – Pidió el chico.

— Pero no podemos seguir aquí afuera – Le señaló las nubes que estaban cubriendo el cielo sobre el bosque – Se acerca una tormenta y no sabemos a qué animales les gusta cazar bajo la lluvia.

— Acabas de darme todas las razones por las que debo seguir aquí – Le respondió el muchacho – Puedes volver si quieres, pero de aquí no me voy hasta que la encuentre.

Rick siguió caminando, dejando a su hermana sin palabras por su reacción. La idea de darse la vuelta y regresar a la casa se le cruzó por la cabeza, pero en lugar de hacerlo alcanzó a su hermano:

— Que conste que solo lo hago para evitar que mueras – Le dijo con sarcasmo y fastidio.

— Lo que digas, hermana – Le respondió Rick.

A medida que caminaban y los minutos pasaban, comenzaron a notar que tenían la tormenta encima. Los animales comenzaron a refugiarse en los agujeros y recovecos más cercanos. Mientras más avanzaban, el viento comenzó a soplar con mucha fuerza y esto no era bueno. No solo porque estaban en el bosque a pocos minutos de una tormenta, ese solo era un problema menor. El verdadero problema era el rastro que se estaba desvaneciendo en el suelo. Rick maldijo mientras se agachaba en el suelo tratando de encontrar un rastro que ya no existía:

— ¡No, no, no! ¡Mierda! – Maldijo el chico – ¡Perdí el rastro!

Rick estaba al borde de un ataque de nervios, pero Roxanne decidió que lo mejor era mantener la calma. Se agachó junto a él justo a tiempo para mirar como la última hoja que marcaba el rastro de Sheila se iba volando con el viento. Roxanne supo que la tormenta estaba muy cerca y que debían buscar refugio, en eso llegó una idea a su cabeza. Tuvo que examinar muy bien a su alrededor, pero reconoció los árboles, incluso luego de tantos años. Examinó los troncos y encontró lo que buscaba: Musgo. Se volvió hacia Rick:

— Escúchame bien, Rick – Le dijo con seriedad – Tenemos la tormenta encima de nosotros y buscarla en la lluvia será imposible – Rick se levantó para encararla.

— ¡No voy a...!

— ¡Déjame terminar! – Le espetó Roxanne – El rastro que seguíamos estaba muy fresco, lo que significa que no nos llevaba mucha ventaja. Probablemente, se dio cuenta de que la tormenta estaba llegando y fue a refugiarse. Al norte de aquí hay una cueva ¿Lo recuerdas? No es la primera vez que nos pasa algo así.

— Sí – Rick lo entendió de inmediato – Hace años nos atrapó la lluvia y tuvimos que refugiarnos en la cueva.

— Exacto – Dijo Roxanne – Y si esa chica fue al norte no tardará en encontrar la cueva – Explicó y Rick recobró las esperanzas.

— Bien, espero que tengas razón – Comenzaron a caminar.

Unos cinco minutos después de empezar a caminar sintieron la primera gota caer sobre sus cuerpos. Al poco tiempo estaban empapados. La cueva no estaba muy lejos y no tardarían demasiado en llegar. Sin embargo, el suelo enlodado y pantanoso del bosque les dificultaba mucho el caminar debido a lo resbaloso que era en algunas partes. Finalmente, llegaron a la cueva y notaron que había alguien en la entrada. Cuando se percató de su presencia se levantó de un salto. Una chica de piel roja, cabello blanco, ojos azules y cola larga los miraba desde la entrada de la cueva. Incluso a esa distancia, Rick pudo notar el miedo en su mirada.

"Por favor no vayas a correr" pidió Rick para sus adentros. Sheila salió corriendo hacia la lluvia con dirección al bosque. Rick corrió tras ella:

— Lo que faltaba – Dijo Roxanne mientras corría detrás de los dos.

Algo de otro mundo a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora