Capítulo 42

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Rick comenzó a despertar y lo primero que sintió fue que algo faltaba. No podía sentir su brazo derecho. "¿Qué raro? ¿Por qué no puedo sentir mi brazo?", se preguntaba. Lo siguiente que sintió fue que algo envolvía su mano. Parecía un listón que apretaba suavemente, casi sin fuerza. Abrió los ojos y la luz lo cegó por un momento, pero sus ojos no tardaron en acostumbrarse. Lo primero que vio fue un techo blanco y una gran ventana. Mientras veía el techo llegó otra sensación en su cuerpo, sentía un pinchazo en su brazo izquierdo, era la intravenosa. Antes de voltear su cabeza a otro lado, los recuerdos comenzaron a bombardear su mente. Recordó cómo habían entrado a la base, que sacaron a Sheila del ala médica y que estaban escapando cuando el auto se volcó. Luego de eso, sus recuerdos eran borrosos. Recordaba la pelea contra su padre, pero no podía recordar bien lo que pasó luego de que su padre lo dejara en el piso. "¿Qué pasó luego de eso?", se preguntó.

Giró la cabeza para encontrarse con una cabellera totalmente blanca recostada a un lado de la cama. Rick la reconoció al instante, pero también reconocía la sala en donde estaban. "Un hospital" dedujo. Desde luego, también sabía que Sheila no estaba usando su inductor de imagen y eso significaba que todos podían ver su verdadero aspecto. Intentó hablar, pero tenía la garganta seca y terminó tosiendo. Esto llamó la atención de Sheila, que de inmediato levantó la cabeza y miró a Rick como si estuviera viendo a un fantasma. Se lanzó a abrazarlo y el chico le correspondió como pudo con su brazo izquierdo. Roxanne se percató de la situación y corrió a la puerta:

— ¡Despertó! – Gritó – ¡Ya despertó! – Olivia escuchó los gritos de su hija y fue corriendo hacia la habitación.

Sheila estaba hecha un mar de lágrimas en el pecho de Rick. El muchacho solo se quedó en silencio, en parte para dejarla desahogarse y en parte porque tenía la garganta seca y no podía ni hablar. Rick se sentó en la cama teniendo cuidado de no moverse demasiado. Olivia llegó a la habitación y en poco tiempo Rick estaba rodeado en un abrazo por Roxanne, su madre y Sheila. Cuando se separaron el chico indicó que le dolía la garganta y pidió un vaso de agua. Olivia se lo alcanzó y luego de beberlo y suspirar el muchacho por fin habló:

— Uf, sí que lo necesitaba – Dijo mientras se aclaraba la garganta.

— Un gusto tenerte de vuelta, amigo – En la puerta estaba Thomas y se le notaba feliz por verlo despierto.

— Lo mismo digo – Rick dejó la sonrisa y puso una cara seria – Mamá, no quiero preocuparte, pero... ¿Por qué no puedo sentir mi brazo derecho? – Olivia intentó pensar una respuesta, pero no se le ocurría nada.

— Mira muchacho, no hay forma fácil de decir esto, así que lo diré sin rodeos – Martín apareció en la puerta – Perdiste el brazo derecho – Dijo sin rodeos.

Rick creyó que le estaban tomando el pelo, pero recordó todo lo que había sucedido ese día. El cómo su padre lo dejó en el suelo y ordenó al androide matar a Sheila, pero él se lanzó para apartarla del camino y luego... dolor. La expresión en su rostro cambió y bajó la mirada para después destapar su cuerpo de la manta que lo cubría. Ahí, donde antes estaba su brazo derecho, había un brazo de metal completamente diferente al suyo:

— Tuvimos que colocarte una prótesis para reemplazar tu brazo – Explicó Martín y luego suspiró – Tuviste mucha suerte, muchacho. Si no hubiese sido un corte limpio, hubiera sido imposible instalar la prótesis – Rick advirtió que estaba hablando en serio.

Una vez la sorpresa inicial pasó, y Rick pudo calmarse, procedieron a explicarle cómo funcionaba su nuevo brazo:

— Intenta cerrar el puño – Le pidió Jules, pero Rick no podía hacerlo.

— Yo... no puedo sentir la mano, no sé cómo...

— Funciona igual que un brazo normal, chico – Le explicó Martín – Solo piensa en lo que quieres y hazlo – Le dijo el hombre.

Algo de otro mundo a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora