Myers se encontraba en su oficina analizando los datos que habían recolectado de la criatura, lo acompañaba el teniente Alvarado y entre los dos buscaban entender qué clase de criatura era Sheila:
— Esto no tiene sentido – Dijo el teniente – Según esto, su cuerpo es prácticamente idéntico al de un humano, pero eso...
— No importa si es parecida a los humanos o es diferente, lo que importa es que, con estos datos, podemos concluir que nuestras armas funcionan en ellos. Sin embargo, todavía necesitamos confirmarlo para estar seguros.
Un soldado entró corriendo a la oficina y se lo notaba alterado. Myers reconoció al soldado como parte del escuadrón que lo había acompañado a la ciudad:
— ¡General! La criatura se ha ido – Myers lo miró incrédulo.
— ¿Qué cosa? – Preguntó.
— ¡Movilicen a los soldados y encuentren a esa cosa de inmediato! – Ordenó Alvarado.
— ¿Señor? – Preguntó el soldado mirando a Myers.
— ¿Acaso está sordo, soldado?
— ¡No, señor! – El soldado se fue corriendo para buscar a los demás miembros del escuadrón y comenzar la búsqueda.
— Esto no me gusta, señor – Dijo Alvarado – ¿Cómo pudo escapar? No es posible.
— No lo hizo sola – Aclaró Myers – Alguien la ayudó. Tenemos intrusos en la base.
— ¡Debemos movilizar a todos para encontrarlos!
— Eso lo sé, teniente. Sin embargo, creo que deberíamos activar a los androides, pues no sabemos de qué sean capaces los intrusos y no quiero que haya bajas de nuestro lado.
— Entiendo, señor. Buscaré al teniente Alfonso para que comience a activar a los androides – En ese momento entró el teniente Samuel Alfonso, llamado "Sam" por sus compañeros – Teniente Alfonso, justamente estábamos hablando de usted. Necesitamos que...
— Los androides no pueden activarse – Eso hizo que ambos oficiales lo miraran sin entender nada – Algo hizo que se desactivaran. Sospecho que pudo ser un pulso electromagnético, pero no me explicó cómo es que la base entera no se vio afectada – Myers apretó los puños, cada vez más furioso.
— Encuentre la manera de reactivar a los androides y hágalo rápido – Ordenó Myers y Sam salió corriendo hacia el hangar – Supongo que no queda de otra – Se volvió hacia el control del megáfono y se preparó para hablar.
Myers no tenía idea de que afuera de su oficina había alguien escuchándolo todo. Fires se había colocado el desvanecedor que le dio Rick para poder escuchar la conversación de Myers. Justo cuando Myers terminó de hablar por el megáfono apareció otro soldado, esta vez de la unidad de Fires:
— Señor, parece que hay un incendio en el ala este – Myers entornó los ojos – Las puertas se cerraron y...
— ¿Pudieron confirmarlo? – Preguntó el general.
— No, señor – Dijo el soldado – Seguimos el protocolo de evacuación.
— ¿Y cuál es? – Preguntó el general.
— Si tres alarmas de incendio se activan simultáneamente en tres sectores diferentes, se debe evacuar el edificio de manera inmediata. El sistema se encargará de cerrar las puertas automáticamente para evitar que el incendio se extienda por toda la base – Respondió el soldado. Myers pensó por un momento.
— ¿Las alarmas se pueden activar manualmente? – Preguntó Myers, mientras que Fires sentía un escalofrío recorrer su espalda.
— Sí, señor – Myers pareció entender la situación, pero necesitaba confirmarlo.
ESTÁS LEYENDO
Algo de otro mundo a mi lado
Science FictionEsta es la historia de Rick, un adolescente que vive junto a su madre, Olivia, científica militar del ejército de los Estados Unidos. Una noche, cuando estaba solo en casa, se encuentra con Sheila, una extraterrestre que sobrevive a un accidente en...