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-¡Es que, tan solo míralo.!,Veintidós años y es el hombre más exitoso de la época. El héroe número tres,Con dinero, seguramente una buena casa con un gato persa,además, es de buen ver,sin ningún maldito defecto.

- ¿Te digo algo que el no tiene?- Su madre detiene sus manos sobre el teclado para regalarle una rápida mirada a su única hija.- Un título universitario.

Rosalie se dejó caer sobre el mostrador viendo la televisión con desgana.

- Pero el tiene un trabajo interesante.- Su voz fue bajando de volumen, de nuevo aquel nudo en la garganta fue creciendo.- ¿Por que Dios no me hizo igual de increíble?

- Por que ya eres increíble.

- Lo dices por qué eres mi mamá.- La mujer sonríe levemente viéndola de reojo, para luego volver a su trabajo.

- Obviamente, eres la mujer más hermosa de la tierra. ¿Sabes por qué? ¡Por qué te hice yo!

- Muy humilde.

- Me llevaré todo el crédito, fuiste muy difícil de traer al mundo, prácticamente tuvieron que obligarte a nacer.

- Era una señal clara, yo no quería nacer.- Un pequeño borrador se estrelló contra su frente haciéndola quejarse.- ¡Auch!

- Di eso frente de mi otra vez y te lánzare el mouse.- Gruñe la mujer, Rosalie suspira.

- Bien.- El sonido de las campanadas de la puerta principal indican la llegada de un nuevo cliente al lugar. Rápidamente olvida su gesto depresivo para sonreír y decir.- Bienvenido a la pastelería Monique, ¿busca algo en especial?

El cliente es silencioso, incluso algo nervioso al entrar. Rosalie sabía que su menú era extenso y realmente abrumador, y solía hacer que los visitantes se quedarán callados para pensar su orden, pero ese cliente en específico se mantenía nervioso viéndola a ella y no al cartel que colgaba sobre el mostrador.

Una alarma silenciosa salto en su cabeza y dió un vistazo de reojo a su madre que parecía enfrascada en su computadora con las facturas del mes.

El hombre alto y vestido completamente de negro se acercó al mostrador con una mano en su chaqueta.

- Dame todo tu dinero, y nadie saldrá herido.

Sus sospechas fueron confirmadas. Dió un vistazo a su madre, al hombre y a lo que ocultaba bajo su chaqueta.

El tintineo de la campanilla de la entrada resonó de nuevo y voces infantiles inundaron el lugar, el hombre se tenso.

Habían dos opciones.

Ella le daba el dinero al hombre causando un escándalo que pudiera horrorizar a los niños y empeorar las cosas.
O
Despachaba primero a los niños y se encargaba del hombre después.

Sus labios hablaron primero.

- Mamá, podrías ir a la bodega por más capacillos?

- Por Dios, no ves que estoy trabajando?!- Exclama molesta la mujer. Rosalie hace todo de si para no temblar de horror y no asustarla.

- Por favor.

La mujer suspira irritada levantándose del asiento para salir, rápidamente ella volteo hacia el asaltante.

- Escuché, no quiero que nadie salga herido. Déjeme atender a los niños primero para que salgan de aquí, y luego le daré todo lo que pida. - Susurro nerviosa viéndole a los ojos.

El hombre duda, pero al ver cerca de él un bebé de no menos de dos años apuntando emocionado el cartel, asiente haciéndose un lado.

Rosalie siente un escalofrío recorrer su columna, sonríe tensa hacia los pequeños que solían ir solos a la tienda para comprar cupcakes.

- Hola Rosie! Hoy trajimos dinero para comprar el cupcake rojo!- Chilla el mayor dejando torpemente el billete en el mostrador.

- Eso me suena perfecto.- Toma tres de ellos para ponerlos en una cajita con las manos temblorosas y se los entrega.- Listo.

- Nos alcanzan para tres?!- Chillo la del medio emocionada.

En realidad solo les alcanzaba para uno, pero no quería negociar con los niños en esos momentos.

- Si, ahora corran con mamá para mostrarselos.

Los pequeños rien emocionados y tomados de las manos salen del establecimiento, en cuanto la puerta se cierra. Rosalie mira al hombre.

- Voy enseguida.- susurra acercándose a la caja registradora, la abre y comienza a dejar el dinero encima para que el hombre lo tome y lo coloque en una bolsa de tela.

El dinero tintinea al chocar entre si y los billetes susurran como si gritaran ante la injusticia que se estaba viviendo.

- A la próxima prepara todo antes de abrir.- La voz de su madre les asusta, la mujer se detiene y al ver la escena, deja caer el paquete para correr hacia la palanca  de emergencias.

Pero antes de llegar, el hombre saca su arma, Rosalie siente que el corazón se le sale del pecho al verlo apretar el gatillo no pudiendo evitar gritar.

- ¡No!

Pronto la escena se torna oscura, casi imposible de observar. Una especie de humo púrpura envuelve el pequeño local de postres llamando la atención de los transeúntes que se detienen para admirarlo, cosa que llama la atención de cierto héroe de ojos dorados.

El ruido de la alarma, el humo denso y el silencio ensordecedor estremece las calles de aquella brillante tarde de junio.

Ante el movimiento de sus enormes alas, el humo comienza a desaparecer poco a poco, avanza dentro del local con cautela, alerta a cualquier movimiento en falso.

- ¡¿Hola?! ¡¿Hay alguien aquí?!

El llanto de alguien le hace detenerse, entre cierra los ojos y ve a un hombre en el suelo meciendose en su lugar con la mirada perdida y con la piel pálida cuál papel.

- ¡Ayuda por favor!

Detrás del mostrador se encontraba una joven mujer de largos cabellos oscuros y ojos lilas, que sostenía el cuerpo de una mujer similar a ella que sangraba del vientre.

- Tranquila, las sacaremos de aquí.- Dice el héroe saltando el mostrador para ayudarlas, la joven no deja de observar a su madre apretando la herida de bala.- ¿El que causó el humo escapó?

- Yo lo hice.- Susurro ella.- Es mi Kosei.

Hawks no sé contiene ante la sorpresa alzando ambas cejas, observa a la chica con curiosidad.

- ¿Puedes hacer que desaparezca?

Ella asiente, y con un simple movimiento de manos el humo comienza a aclararse dejando que la luz entre de nuevo y con ella los paramédicos que no dudan en auxiliar a la mujer.

La joven se queda en el suelo viendo a su madre agonizar ante el dolor. Hawks mira al hombre que temblaba ahora inconsciente en el suelo.

- No está muerto, solo está en shock.- Masculla la joven abrazándose asi misma.- Le mostré su peor miedo.

- Increíble.- Susurra él paramédico que trataba al hombre.- Es el que buscaba la policía desde hace meses. El ladrón de sucursales!

- Es usted muy eficiente, señor Hawks.- Exclama el oficial que recién entraba para corroborar la situación.

- No lo hice yo.- Masculla viendo a la joven que salía tras la camilla realmente preocupada.

- Señorita, necesitamos su declaración. - Una oficial la detiene, ella mira a su madre preocupada.- Ella estará bien, podrá ir a verla en cuanto nos diga que sucedió.

Asintió molesta viendo a la mujer que la guía hacia una de las mesas, bajo la atenta mirada del héroe.

Humo denso, peor pesadilla...

¿Acaso se trataba de una villana bajo perfil?

NO COPIAS NI ADAPTACIONES.

MAJO

HERO KISSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora