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El resto del día, Rosalie se quedó pensativa, su madre la había estado ignorando el resto del turno.

Un héroe seria capaz de sacrificar a los que ama por un buen mayor.

Keigo, no sería capaz de eso. ¿Verdad?

Nerviosa y ansiosa, salió a su hora de comida en dirección hacia el departamento de Keigo deteniendose abruptamente en el pasillo al verlo hablar con otro de los héroes. No queriendo interrumpir, decidió retroceder y volver pero se detuvo al escuchar la voz de Hawks.

- No voy a permitirlo, ella no me está distrayendo.

- Faltaste a la junta de esta mañana. No podemos permitirnos fallar está vez, Hawks.

- Por si no lo recuerdas, sigo herido. Es normal quedarme dormido, Rosalie no es la causante de mi ausencia.

- Eso espero Hawks. Te necesitamos centrado en esto, no podemos perder otra vez.

El silencio dejo escuchar el corazón acelerado de rosalie que apretó sus labios y Retrocedio lentamente de ahí, sintiendo la culpa carcomer su pecho.

Entro al baño más cercano con la respiración agitada, se miro en el espejo los ojos cristalizados y apretó sus dientes con fuerza queriendo contener un Sollozo.

¿Cómo es que había Sido tan egoísta?

Estaban en una guerra, y ella estaba viviendo como si estuviera en una novela romántica.

Habi gente herida, sin hogar y muchos cuerpos en las calles. ¿Cómo es que solo se había enfocado en ella misma?

La situación era grave, no debía permitirse fantasear con una vida romántica con un héroe que tendría que ir a la guerra.

¿En qué estaba pensando al empezar todo con Hawks?

- ¿Estás bien?

Una de las mujeres pregunto al verla en silencio frente al espejo, Rosalie parpadeo sus lágrimas y asintio avergonzada.

- Estoy bien.

Era la realidad. No había espacio para romanticismos.

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Keigo en la noche espero pacientemente a Rosalie, la cena consistía en ramen instantáneo con cerveza. Se esmero en preparar el de Rosalie agregándole ingredientes frescos que había robado de la cocina. Miro la hora en su reloj y suspiro ansioso.

Quería verla.

Durante todo el día, Keigo no había podido evitar añorar estar con su chica de nuevo, se sorprendió de las veces en las que ansió verla pasar por aquellas puertas con aquella sonrisa que le hacía sentir cosquillas en el estómago.

Estaba jodidamente enamorado y eso por lo que Beast jeanist le comento, todos lo notaban. Estaba distraído no lo iba a negar, pero no podía evitarlo.

Tras el regaño de Beast Jeanist ante su ausencia a la primera junta, había asistido a las demás estando con la mente en las nubes la mayoría del tiempo.

Keigo estaba consiente de que eso estaba mal, pero disfrutaría de esa sensación hasta que el día de la misión se concretará.

Ansioso se levantó de la cama y tras vestirse decidió salir del departamento en busca de Rosalie, pero grande fue sorpresa al verla de pie frente a la puerta indecisa de si entrar o no.

- ¿Cuanto llevas aqui afuera? Llevo horas esperándote.- Exclama divertido abriendo los brazos para abrazarla con fuerza, ella se refugia en su pecho cerrando sus ojos.

HERO KISSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora