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Rosalie suspiro por décima vez esa Mañana, se abrazo a su taza de café queriendo sentir el calor de esta en sus mejillas y cerro sus ojos.

- Dormiste muy tarde anoche?- Preguntó Richard curioso al verla somnolienta.

- Alguien no me dejó dormir.- Mascullo entre dientes viendo a su novio tararear en la cocina ajeno a la mirada matadora de su pareja.

- Dios, no quiero saber tus cochinadas.- El albino arrugó la nariz con disgusto, Rosalie soltó una risita ante su actitud.

- Que es tan divertido?- Preguntó Keigo curioso dejando el desayuno en la mesa.

- Que rosalie tiene sueño.

- Cállate richard.- Gruño avergonzada con un intenso colorete en las mejillas.

Keigo le miro preocupado, y pronto noto las ojeras marcadas en su bello rostro.

- Lo siento mi cielo.- Susurro inaudible frente a su rostro, ella solo nego sonriendo levemente en su dirección.

- Estoy bien.- Recibió el beso en su frente y tomo de nuevo su café.- En fin, Richy. ¿Que hay de tu padre?

El aludido dejo de cortar su omelette al escuchar la pregunta, alzó una ceja.

- ¿Que tiene?

- Ayer te reuniste con él.

- Ah, si.

El choque de los cubiertos con la mesa, mostró su repentina falta de apetito. Hizo una mueca.

- Y entonces?- Rosalie preguntó curiosa, Keigo se acercó también recargado en el respaldo de la silla de Rosalie con una taza en la mano.

- Se irá.

- De nuevo?

- Se enfocara en su aprendíz.- El rencor se oía en su voz baritona.

- Richard...

- Se que eso suena mal, pero yo nunca sentí que él me quisiera como a un hijo.- Sonrió con tristeza bajando la vista a su plato.— Siempre estaba ocupado, y cuando podíamos hablar el simplemente dormía en los días en que iba a visitarlo...pero ahora que llegó este mocoso, el le ha dado todo lo que nunca me dió a mi, una paternidad afectuosa.

— ¿Ya hablaste con él sobre esto?- Rosalie preguntó con tristeza tomando su mano por sobre la mesa.

— ¿Para que? Ya tiene demasiadas cosas en las que pensar.

— Una más no lo matara.- Keigo exclama haciendo que Richard le vea.— Eres su hijo, tienes más derecho de reclamarle que Izuku.

— Pero, ¿no es demasiado infantil que un hombre de veinticuatro este celoso de un mocoso de dieciséis?

— ¡Claro que no!.- Rosalie niega de inmediato.— A veces yo me pongo celosa de como mi madre cuida de los demás antes que a mí...es completamente normal desear algo que no recibimos.

Richard sonríe entre lágrimas apretando sus manos.

— Gracias chicos. Hablaré con él.

Antes de que Rosalie se fuera junto a Richard a hacer voluntariado en el comedor de la academia, Keigo la detiene encerrandose en su habitación.

— ¿Volverás para cenar?- Preguntó al verla juntar sus cosas.

— Probablemente.- Asintio colocandose uno de sus aretes, busco el otro con curiosidad.— ¿Dónde dejaste el otro?

— Si bueno, después de pincharme la lengua con el, lo lance por los aires ayer.- Contesto sin remordimiento alguno, Rosalie le lanzó una almohada buscándolo entre las sábanas.

HERO KISSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora