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Entre suspiros, Rosalie se aleja del rostro de Keigo que suelta aún gruñido inconforme apretando su cintura entre sus brazos.

- No deberías estar trabajando?

- Auto proclame este dia, como mi día libre.- Sonrió levemente volviendo a unir sus labios. Ella soltó una risita alejándose de nuevo.

- Kei...debes irte.

- Me estás corriendo de mi propio apartamento?

- No, solo quiero ser la voz de la coherencia en tu cabecita.- peino su cabello hacia atrás con cuidado. El héroe le miró en silencio, sintiendo las caricias con alegría.- Tienes que trabajar.

- Pero...

- Cuando todo esto acabe, pasaremos todo el día en cama.

- Por que no hoy?

- Kei, ya lo hablamos. No quiero que lo nuestro sea una distracción para ti, tienes prioridades.

- En estos momentos la unica prioridad que tengo, eres tú.- Acarició su brazo con delicadeza.- Por que salvar a quien ya me odia?

- Ellos no te odian.

- ¿No los escuchaste cuando Deku llegó? Odian a los héroes. Haga lo que haga, no les hará cambiar de opinión.

- Kei...

- Preciosa, toda mi vida he deseado una familia, alguien que me reciba en casa, que me ame y que no se aleje de mi. Siempre desee una persona que me amara en verdad.- Sus ojos brillaron en lágrimas que no permitió salir.- y después de tantos años, lo encontré. Te encontré a ti, y sin darte cuenta, te volviste mi hogar, mi familia...así que, no voy a arriesgar lo que más he deseado por personas mal agradecidas.

Rosalie se sentó en la cama viéndole con suma tristeza.

- Y que hay de los que si están agradecidos? Eh? Los niños inocentes, las personas que desean volver a tener su vida.? Dejaras que por culpa de los malos, los buenos sufran?

- Rosalie...

- Se que tienes miedo, yo tengo miedo de que no vuelvas con vida de una batallas, de que mueras en acción como lo hizo mi abuelo. Pero se que es tu trabajo y gracias a eso muchos de nosotros estamos vivos.- Parpadeo las lágrimas que se escaparon de sus ojos y le observo con seriedad.- Nos diste esperanza Keigo, así que termina lo que empezaste.

El hombre limpio sus propias lágrimas y sin dudarlo le abrazo con fuerza contra su pecho.

- Lo haré.- Se alejo de ella unos centímetros tomando su rostro entre sus manos.- Lo haré por ti.

Ella sonrio levemente.

- Eso me es suficiente.- Recibió el beso que él le concedió, rodeando su cuello con ambos brazos sentandose sobre su regazo, Keigo acarició su cintura deslizando sus manos por su espalda haciéndola suspirar.- Woa, woa...no te di toda una plática de realidad para que la ignores.

El soltó una risita.

- Lose.- Beso su nariz.- Gracias mi cielo.

- Mis platicas no serán gratis.

- Eso también lo sé.- Acarició su mejilla con dulzura admirandole con devoción.- Es justo.

- ¿Esto me vuelve la consejera de los héroes?.- Comento emocionada haciéndolo reír.

- Consejera del héroe, solo mía. No quiero tener competencia en el trabajo.- Bromeo haciéndola reír.- Ahora preciosa, te bajaré de mi cuerpo o empezaré a realizar cosas que nos tendrán en la habitación por horas.

HERO KISSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora