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- ¿Entonces lo aceptas?

Rosalie alzo la vista de sus manos viendo a Richard cruzado de brazos.

- ¿Que cosa?

- Ser la villana entre los héroes. ¿Que más vas a aceptar?

- Pensé que me preguntabas si aceptaba que amaba a Keigo.

- ¿Para que preguntaría eso? Ya se la respuesta.

- ¿Y cuál es?- Preguntó nerviosa, Richard alzó una ceja.

- ¿No sabes si lo amas? Mierda, estás jodida. Keigo se debe sentir en las nubes ahora mismo, y no hablo literalmente...¿como puedes dudarlo?

- Nose...yo tengo miedo...supongo.

- ¿Miedo a qué?

- No lo se...- Mordió sus uñas ansiosa.- ¿Crees que me haya escuchado?

- No lo sabremos hasta que vuelva, o que te llame.- Se encogió de hombros.- Es cuestión de esperar.

- Odio esperar.

- Es notorio.- Se burló de sus nervios.- No llevan ni dos meses saliendo y ya le dices que lo amas...no muy prometedor.

- ¿Tu huirias si tú pareja dice que te ama antes de tiempo?

- Lo pensaría dos veces antes de responder, mucho más si ambos somos héroes.- al verla ansiosa, se sentó a su lado.- Pero no soy Keigo, y es el hombre más terco que he conocido, pero también el mas leal...solo escúchalo.

Mientras tanto del otro lado del país, ocultos en unas bodegas junto a Allmight y endevour, Beast jeanist entro tras Hawks que se quedó en un rincón, ido y realmente sorprendido.

- ¿Y a ese que le pasa?- Endevour preguntó al verlo caminar hacia ellos lentamente.

Beast jeanist suspiro.

- Su novia le dijo que lo amaba.- rodó sus ojos.

- ¿Ella estaba en peligro?- Allmight preguntó curioso ante la actitud del héroe joven.

- No, simplemente le llamo para decírselo.- Se encogió de hombros.- Amor juvenil supongo.

- Por que está así? No es la gran cosa.- Endevour Exclamó al verlo acercarse.

- Para mi si lo es.- Hawks alzó la voz volviendo a ser el mismo de siempre dejando atrás su expresión aturdida y conmocionada.- Vayamos al grano, no vine a hablar de mi vida amorosa.

Los héroes accedieron comenzando a hablar sobre los planes. Pero Keigo no podía dejar de escuchar la voz de su novia en su cabeza.

Te amo.

Rosalie le amaba, le amaba en verdad. Le amaba igual que él lo hacia. Por fin tenía a alguien, ya no se encontraría solo.

Suspiro ordenando sus ideas, sin embargo, su pie se movía ansioso. Deseando volver al lado de Rosalie cuánto antes.

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El tiempo de espera para la respuesta que le darían al director llegaría a su fin dentro de una hora y Rosalie no sabía que decir.

Tenía miedo.

La puerta de la habitación se abrió, dejando ver a Yamada entrando lentamente, al verla despierta sonrió avergonzado ocultando tras su espalda los globos y el peluche de lobo que había conseguido para ella.

— P-pense que seguías dormida.

— Ya dormí lo suficiente.- Ella se sentó en la cama viendolo acercarse. miro los obsequios con una ligera sonrisa.— No es necesario que me traigas cosas.

— Yo quiero hacerlo.- Respondió de inmediato apretando el peluche de lobo entre sus manos.

El ambiente era realmente incómodo, asfixiante y agotador. Los intentos del héroe para agradarle y por ser cercano a ella no habían pasado desapercibidos por Rosalie que trataba de no tomarle mucha importancia apesar de sentir ganas de llorar ante sus acciones.

Queriendo quitar el rostro avergonzado del rubio, estiró su mano hacia el peluche que él le entrego. Rosalie miro al animal de felpa acariciando su lomo y sus ojos de cristal negro, sonrió enternecida ante su rostro infantil.

— ¿Cómo supiste que me gustan los lobos?

— Yo...ví tus redes sociales.- Admitió avergonzado rascando su nuca.

Rosalie soltó una risita viendo con ternura la nariz del peluche.

— Eres muy moderno.

— ¡¿Cuántos años crees que tengo?!- pronto la personalidad extrovertida y escándalosa del rubio salió a la luz al verse en duda su juventud. Rosalie sorprendida volvió a reír.

Al escucharla reír, Yamada sonrió levemente sintiéndose orgulloso de haberla hecho reír.

— No lo se, lo suficientemente joven como para no tener canas....a menos que te las pintes.

— No compartiré los secretos de mi juventud, querida.- cruzo sus brazos causando otra vez su risa.

— Supongo que eso lo saqué de ti, me veo más joven de lo que en realidad soy.- Sonrió levemente.— En la universidad solían pedirme mi identificación para ver mi edad y poder dejarme pasar a cualquier lado.

— Si, también me pasó...pero nada pudo detenerme, solo es cuestión de hablar.

— Si, bueno en ese aspecto soy muy diferente a ti. No me gustan las personas.

Hizashi sonrió levemente al verla removerse incómoda, se acercó un poco más confiado a la camilla sentándose a los pies de la cama.

— Eso es completamente normal, pero te aseguro que eso es lo que atrae más personas ¿o me equivoco?

— En lo absoluto.- sonrió levemente.— Así es como conocí a Keigo y a Richard, trate de alejarlos pero ellos simplemente volvieron.

Hizashi sonrió con tristeza.

— Así es como conocí a tu madre...en un grupo de extrovertidos elegi a la mujer que no se reía de mis chistes y parecía no escuchar mi voz...y eso es un pecado, soy sorprendente.

Rosalie sonrió, pero luego se quedó en silencio abrazando sus rodillas.

— ¿Que pasa si me niego a hacer lo que me dicen? ¿Tu vas a protegerme?

— Te busque toda tu vida para protegerte, ahora que te tengo aquí. No dudaré en hacerlo.

—No quiero que los ciudadanos me odien o me teman.- Admitió sin verlo a los ojos, ella no sabía por qué confiaba tanto en él, o siquiera por qué le estaba contando eso, pero se sentía cómoda junto a él y eso en esos momentos era más que suficiente.

— Eso siempre pasará, no podemos caerle bien a todos.

Rosalie suspiro cerrando sus ojos.

— Le hice prometer a Richard que me noqueara, en caso de que mi poder se salga de control. ¿Puedo hacerte prometer lo mismo?

— Si es lo que deseas...si, lo haré.

— Bien, Entonces llama a esa psicóloga. Necesito conocerla antes de hacer esto.

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MAJO

HERO KISSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora