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Usando una de las computadoras que Richard le prestó, Rosalie busca noticias sobre su madre en sus redes sociales, encontrando fotografías con dedicatorias hacia su persona por parte de sus amigos. Su madre no había publicado nada desde su supuesta muerte, ya habían pasado tres semanas de aquel día.

Reviso las noticias de la explosión encontrando una imagen del que pareció ser un homenaje, su madre aparecía al lado del señor William y un hombre rubio con gafas de sol abrazándola de costado.

Curiosa busco más fotografías, y en las pocas que encontró, salía ese hombre apegado a su madre siendo su pilar en el homenaje.

Suspiro abrumada cubriendo su rostro.

- Sea quien seas, gracias por cuidarla.- Susurro a la imagen. Cerro sus ojos y la sentir que de nuevo volvería a llorar, decidió distraerse viendo un poco de televisión.

Durante esas dos semanas, la televisión fue su único entretenimiento, de no ser por qué Richard siempre hablaba con ella al estar en la casa, no hablaría con nadie. Las cosas con Keigo fueron de mal en peor, ninguno se hablaba y Rosalie prefería encerrarse en su habitación que verlo de nuevo.

En las noches, tenía pesadillas con el corte de aquella pluma en su cuello y la mirada frivola del héroe sobre ella era una cosa que no quería volver a ver jamás.

Queriendo distraerse de sus pensamientos busco la película perfecta, y cuando lo hizo, fue a poner palomitas. Richard se había ido, era su día de descanso y preparo todo para que ella pudiera estar tranquila esos días de encierro.

Le había comentado, que se quedaría dentro de la casa de Hawks hasta que terminara la misión que le habían encargado. Richard no le dió muchos detalles sobre eso, pero si que le comento que gracias a su supuesta muerte, Keigo había podido avanzar en sus planes y era cuestión de tiempo para que todo se desarrollará.

Rosalie no tuvo otra opción más que acceder a sus palabras, no tenía a dónde ir y por más que quisiera huir, tenía miedo de encontrarse con aquellos villanos o arriesgar a su madre.

A eso de las dos de la mañana, Rosalie escuchó pasos torpes y arrastrados en la entrada, volteo levemente soltando un jadeo preocupada encontrando a Keigo recargado en la pared jadeante y con un brazo rodeando su abdomen con una mueca de dolor en su rostro sucio de ollin y sangre seca.

- ¿Estás bien?- Susurro de inmediato sin siquiera pensarlo.

Keigo se sorprendió al escucharla, y trato de erguirse pero se quejo ante el intento. Cerro sus ojos con fuerza y Mascullo entre dientes.

- ¿Y Richard?

- Salió, dijo que tenía el día libre.- Se acercó a él con cautela viendo las heridas en su cuerpo y en sus alas.- ¿Q-qué te sucedió?

- Un villano idiota que controla el fuego.- Se quejo ante el dolor de sus plumas, dió unos cuantos pasos pero tropezó siendo sostenido por Rosalie que lo llevo al sillón con cuidado.- Mierda.

- Llamaré a Richard.

- El está fuera del estado, dijo que iría con su padre.- Susurro adolorido.- Me pondré una pomada y ya está...

- Tienes que ir a un hospital.

- Estaré bien.

- Estás demente, que tus alas se regeneren no quiere decir que te confíes.- Se levantó para ir al baño por el botiquín que Richard le había enseñado semanas atrás.

Le hizo tomarse unas pastillas, y comenzó a untar la crema por su espalda desnuda y realmente irritada por el calor del fuego.

- Te estas vengando, ¿verdad?- se quejo ante el dolor, Rosalie bufo.

HERO KISSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora