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Los días iban pasando y cada día le iba mostrando la belleza de la capital y del mar que le rodeaba, en una ocasión fueron a uno de los más famosos bares de Jeff, sorprendiendo a Mile de la calidad del lugar; teniendo un toque místico y sensual a la vez;  al regresar al departamento se divertían hablando de las aventuras de la universidad, la primera vez que Tong cambió pañales y como le enseñaba futbol a su sobrino; Mile podía ver que en verdad Apo era feliz a pesar del dolor del pasado, pasado que poco a poco él iba disipando como la bruma,  viéndolo bostezar decidió llevarlo a la habitación.

-Pareces cansado- tomándolo en brazos.

- Han sido unos días maravillosos.

-Concuerdo contigo mi huracán- dándole un vuelco el corazón, pues quería que su intrépido huracán se quedara a su lado- pero por ahora quisiera besarte toda la noche-colocándolo en la cama y arrancándole la ropa.

-No creo que sólo quieras besarme si me has arrancado la ro...- sintiendo la boca de Mile sobre su miembro- ¡Mi...le!




Colocándose sobre él, empezó a quitarse la camisa, Apo sentándose le iba acariciando los brazos poco a poco, pasando sus manos por su pecho y besándole detrás de las orejas de manera seductora; Mile le acariciaba la espalda, pero Apo no le permitía tocarlo. 

-Déjame hacerlo yo... aunque tal vez no sea bueno seduciéndote.

-Tienes un poder de seducción único huracán...no creo tener buen autocontrol-sintiendo como  le besaba el cuello.

-Y si me sigues diciendo así menos te dejaré tocarme- tomando su mano y besando cada dedo.

-¿Regresaremos a eso de "no me toques"? Sería agradable escucharte decir lo contrario-intentando besarlo.



Dejándola levantarse, se recostó en la cama, no podía soportar el no tocarlo, lo que le estaba haciendo parecía una tortura, poco a poco le quitó los pantalones y Apo sólo quedó con una ropa interior de color negro. Se fue acercando de nuevo a su boca, pero no dejaba besarlo, besando las mejillas, sus párpados y su frente.

-Hura... can ...Apo-diciendo con dificultad.

-Puedo tardarme mas... mucho mas-diciéndole en un susurro y dándole un beso rápido en la boca.

-Lo siento... pero no puedo... vas a hacer que termine antes de empezar- tomándolo del cuello para besarlo.

-¡Mile!




Girándolo para colocarlo en la cama, comenzó a besarle el interior de sus brazos, a mordisquearle las orejas y diciendo su nombre en un murmullo, recorriendo su cuello y quitándole la camisa para lamer su morena piel, que tanto le gustaba.

-Tienes un sabor delicioso- escuchándolo reír- Si aun eres consciente, eso quiere decir que no estoy haciendo que pierdas la cabeza todavía. 

-Por... por... que quieres... que pierda la ca...beza- arqueando la espalda por el placer que estaba sintiendo con los toque de Mile.

-Porque me encanta ver tu rostro lleno de pasión y deseo- besándolo e introduciéndose en él.

-¿Eres mío Mile?- sintiendo las envestidas una y otra vez y rodeándolo con las piernas.


Huracán de PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora