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La exposición transcurría con todo su esplendor y éxito, pero Apo ya no veía a ese sujeto que le robó el aliento con sólo una mirada; cuando todo finalizó se dirigió a su oficina junto con Job, Bas y Build para festejar en privado con un champan espumoso.

-Por el éxito obtenido -decía Bas.

-Porque todo salió estupendo- decía Job, dando pequeños saltos de felicidad.

-¡Por la persona que lo hizo posible!- decía Build.

-Tú no cambias... salud- chocando las copas.

-Creo que por esta noche fue suficiente... ¿nos vamos?- decía Bas mirando a Job.

-Ustedes adelántense... quedé de llamarle a Tong para decirle como me fue, si no lo hago estará enojado mañana.

-A pesar de tener casi 30 años... te sigue cuidando como si fueras un bebé.

-Lo sé, pero no podría reclamarle... lo adoro.

-De acuerdo, pero no tardes... nos vemos el lunes- decía Job, tomado de la mano con Bas.



Viendo salir al director de la galería junto con otros dos jóvenes pensó que era él, pero se había equivocado, no quedaban muchos autos en el estacionamiento así que decidió seguir esperando, después de todo tendría que salir ¿o no? pero no sabía que lo hacía retrasarse tanto.

-¿Sigues esperándolo?- decía Bible en la llamada, ya se había retirado a la mansión. 

-Aun no ha salido- viendo hacia la puerta- No pensará quedarse una noche en el museo ¿verdad?-viendo su reloj una y otra vez.

-Eso sería muy divertido... aunque te recuerdo que es una galería, my friend.

-Mmmm...







Cuando estaba marcando el número, empezó a recordar su infancia en Chiang Mai, rodeado de sus tíos y su primo, los días que disfrutaban en la playa y de los juegos de futbol, sonriendo para sí y reflejándose en la ventana ¿Por qué esta nostalgia de ir a casa?

-¿Cómo te fue?-diciendo soñoliento, Apo casi podía asegurar que estaba tallándose los ojos sentado en su estudio, con su bata favorita.

-No lo vas a creer... otros museos me están pidiendo trabajo.

-¿Los vas a aceptar?-bostezando.

-¡Estás loco... me daré a desear un poco!-riéndose y escuchando la risa de Tong.

-Me alegra que todo haya salido excelente-bostezando- Ahora puedo dormir en paz... llámame cuando esté más despierto-colgando.

-Si, yo también te quiero- riendo.



Al terminar la llamada toma sus cosas y la maleta con su ropa, estaba demasiado cansado para cambiarse otra vez y después de llegar a su casa hacerlo de nuevo, decidió que era una pérdida de tiempo; salió del estudio, tomó el elevador y se dirigió a su auto, al ser el único en todo el estacionamiento se dio prisa para entrar en él, cuando sintió que lo jalaban y lo estrellaban contra su propio auto, aturdido vio como otro sujeto golpeaba al atacante y este huía en el auto de Apo, levantándose con dificultad se toca la herida en la frente.

Huracán de PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora